La chance del ascenso esa misma tarde ya no existía, porque Instituto le había ganado a Deportivo Merlo y las matemáticas no ayudaban. Sin embargo, River todavía tenía la ocasión de ganar para garantizarse al menos un desempate, pero no pudo. Con un gol de Leonardo Acosta en el comienzo del partido, Patronato lo venció 1-0 y le trasladó toda la presión y los fantasmas para la última fecha. Si bien el conjunto de Matías Almeyda sigue líder, ahora Instituto volvió a alcanzarlo y si Central derrota hoy a Chacarita, lo dejará en la segunda ubicación.

La primera chance del juego fue para River, pero terminó siendo un presagio de lo que iba a ser el resto de la tarde en Santa Fe: Trezeguet quedó en posición de gol y definió con un puntazo mordido, que Bértoli tapó abajo. La pintura se reflejó a lo largo del juego: el goleador no vivía una tarde inspirada y el arquero paranaense estaba impasable. Para colmo, en la primera respuesta a fondo de Patronato, llegó el gol de Acosta. Un tiro libre desde la izquierda encontró clavada a la defensa de River y el mediocampista paranaense cabeceó sin marcas en el área chica para vencer al estático Vega.

Más allá de la ventaja, River sabía que tenía juego y tiempo para revertir ese mal comienzo. Y así pareció entenderlo durante la primera mitad, cuando se llevó por delante a su rival y le generó numerosas ocasiones de gol. No obstante, siempre chocó con la seguridad de Bértoli, que tuvo tres intervenciones muy buenas. En la primera, manoteó un zapatazo de Cavenaghi, que luego dio en el palo y rebotó en su espalda antes de salir. Luego le sacó un remate a quemarropa a Trezeguet. Y por último, con un manotazo evitó un mano a mano de Cavenaghi. River había hecho méritos para igualar, pero le había faltado precisión en los últimos metros para trasladarlo a la red.

Distinta fue la historia en la segunda mitad. Con muchos nervios y casi nada de juego, el equipo de Almeyda chocó una y otra vez con la seguridad defensiva que mostraba Patronato. La fórmula de los paranaenses era sencilla, con mucha gente agrupada en el fondo y salida rápida para aprovechar los espacios que regalaba la última línea de River. Almeyda intentó variantes con los ingresos de Villalva, Rogelio Funes Mori y Bou, pero el trámite no variaba. River sufría el resultado y el desarrollo.

Cuando parecía que la suerte estaba echada, un manotazo de Boggino exagerado por Funes Mori motivó un discutidísimo penal cobrado por Lunati. Domínguez tenía en el pie derecho la chance de empatar, pero Bértoli se quedó parado en el medio del arco y tapó el remate. Ahí murieron las esperanzas de River, que se trae muchas dudas de su viaje a Santa Fe. La última imagen, con sus jugadores derrumbados y llorando en la mitad del campo, como si todo ya estuviese perdido, seguirá retumbando durante toda la semana, por más que River sigue dependiendo de sí mismo para ascender.