Con mucha actitud, sin juego, pero con destellos de su ídolo, Boca se impuso 3-0 a Gremio en la final de la Copa Libertadores y quedó parado de manera inmejorable para la revancha del próximo miércoles en Porto Alegre.

El equipo local salió con el fuego que le impulsó su gente, pero esa llama apenas duró unos minutos. La razón fue que Gremio se encargó muy rápido de apagar esa luz, con una presión asfixiante en tres cuartos de campo. Con esa premisa, los brasileños se encargaron de desactivar el ímpetu de Boca. Al equipo de Russo le sorprendió la actitud de los visitantes, mucho más combativos de lo que podía suponerse.

El objetivo de Gremio fue cortar la circulación de los volantes de Boca, y sobre todo aislar a Riquelme. Partido en el medio, Boca no encontraba la fórmula para generar situaciones de peligro, ante una defensa ordenada que se paraba lejos de su arquero. Con ese panorama, el partido se le hizo incómodo al conjunto argentino. Estaba claro que Gremio se sentía más a gusto con el desarrollo, pero igualmente Boca no sufrió en su arco.

Apenas una entrada de Tuta que salvó Caranta se puede contar como situación de peligro, pese a que el dominio estratégico le correspondía. Cuando peor la estaba pasando porque Diego Souza manejaba los tiempos del juego, Boca encontró su gol. Y fue de manera literal. Riquelme ejecutó un centro y los delanteros locales hicieron una acepción particular de la regla “dos cabezazos en el área es gol”. Palermo y Palacio la modificaron por “dos pifias en el área es gol”. Nada le importó al atacante bahiense, que festejó con todo su tanto.

Ese gol no significó un cambio para la geografía del partido: ni Boca se tranquilizó ni Gremio perdió la calma. El equipo de Russo siguió buscando con pelotazos frontales, mientras los visitantes continuaban con su idea de presión pero sin ataque a fondo. De esa forma, el desarrollo se tornó monótono y apenas sacudieron la modorra un derechazo alto de Palacio y un remate desviado de Riquelme. La única diferencia, además del gol, era la ambición.

La actitud de Boca en la segunda parte fue algo más agresiva. Gremio no ahogó tan arriba, lo que le dio al conjunto local más aire para tener la pelota. También encontró un poco más de profundidad, lo que se tradujo en un par de chances de peligro en los pies de Palacio. Incluso, Teco salvó sobre la línea lo que hubiese sido el segundo tanto, tras una gran maniobra en la que participaron Riquelme, Clemente y Cardozo. Gremio no fue el mismo de la primera parte, y mucho menos cuando se quedó con diez por la expulsión de Goiano. Para colmo, un ratito después Riquelme aumentó con un exacto tiro libre, luego de que Morel le tocara la pelota. Sin desesperarse, Boca buscó algo más de diferencia, ante un rival que ya estaba resignado a perder por poco.

Cuando ya parecía que Boca se conformaba con el resultado, en una gran maniobra de Riquelme, que se sacó dos hombres de encima y mandó un derechazo que desvió Saja, Palermo pudo sacar un centro y cuando Ledesma cabeceó, en su afán de sacarla, Patricio no hizo más que convertir contra su arco. Así, en una noche muy trabajada, sin mucho fútbol pero con oficio, Boca se llevó el triunfo que buscaba y por una ventaja casi decisiva.

3-BOCA

Caranta; Ibarra, Díaz, M. Rodríguez, C. Rodríguez; Ledesma, Banega, Cardozo; Riquelme; Palacio, Palermo.

DT: Miguel Russo.

0-GREMIO

Saja; Patricio, William, Teco, Lucio; Gavilán, Sandro Goiano, Souza; Tcheco; Tuta, Carlos Eduardo.

DT: Mano Menezes.

Estadio: Boca.

Arbitro: Jorge Larrionda (Uruguay).

Goles: 18m Palacio (B), 73m Riquelme (B), 89m Patricio (G) en contra.

Cambios: 67m Dátolo por Cardozo (B), 72m Lucas por Tuta (G), 80m Douglas por Tcheco (G), 81m Battaglia por Banega (B).

Incidencias: 57m expulsado Sandro Goiano (G).