Miércoles, 11 de mayo de 2011 | Hoy
ECONOMíA › PLAN DE APOYO A LA INDUSTRIA FARMACéUTICA
El Gobierno avanza con los foros estratégicos industriales. Al sector de medicamentos le planteó la necesidad de elevar la producción y disminuir las importaciones. Metas y plazos.
Por Javier Lewkowicz
El Gobierno pretende que para 2020 el sector de medicamentos triplique su producción, genere 40 mil puestos de trabajo y revierta su déficit comercial. En el tercer foro sectorial del Plan Estratégico Industrial 2020 organizado por el Ministerio de Industria, los empresarios se mostraron de acuerdo con los objetivos oficiales, aunque reclamaron más herramientas de financiación a largo plazo y apoyo para mejorar el rendimiento exportador. Uno de los principales problemas del sector es el creciente déficit comercial, que en 2010 llegó a 1300 millones de dólares, y el avance de los productos importados en el mercado local. El Gobierno busca que cada empresa equilibre su ecuación comercial, aunque sin desproteger el abastecimiento interno.
La industria farmacéutica realiza una fuerte transferencia tecnológica hacia el entramado productivo y produce bienes de alto valor agregado. En 2010 aportó el 5 por ciento del valor agregado industrial, cuenta con 28 mil empleados directos y 100 mil indirectos. Desde 2003, la producción se incrementó un 65 por ciento, y el empleo en el sector lo hizo en un 44 por ciento. El año pasado, las ventas locales se ubicaron en 4 mil millones de dólares, un 10 por ciento superiores a 2009. Los principales medicamentos vendidos fueron los utilizados para el sistema nervioso, digestivo y el aparato cardiovascular, según datos de la consultora Abeceb.com.
La Argentina es el cuarto mercado de América latina y unos de los pocos países donde las empresas de capital nacional tienen mayor presencia en el mercado que las de capital extranjero. El 73 por ciento del consumo interno de medicamentos está abastecido por producción nacional y 27 por ciento mediante importaciones. Sin embargo, la proporción de importados viene creciendo desde mediados de los ’90, cuando sólo ocupaban el 7 por ciento. Este proceso en buena medida se explica por la política de los grandes laboratorios europeos, que redujeron su producción local y optaron por la importación.
El año pasado, las empresas nacionales de medicamentos tuvieron un superávit de unos 125 millones de dólares, mientras que las multinacionales registraron un déficit de 1000 millones. El déficit comercial de todo el bloque farmacéutico pasó de 510 millones de dólares en 2003 a 1327 millones en 2010, un crecimiento de 160 por ciento. El 60 por ciento del déficit de 2003 se explicó por el intercambio de insumos, mientras que en 2010 la proporción se invirtió y casi el 70 por ciento se debió al comercio de medicamentos terminados.
“Bajo este esquema, el escenario de desequilibrio sectorial persistente no es sostenible en el largo plazo, si el objetivo es una industria de medicamentos competitiva”, fue el mensaje que los funcionarios de Industria les transmitieron a los empresarios. Estimaron que de no modificarse el patrón actual, el déficit de la cadena llegaría a 2800 millones de dólares en 2020, además de la erosión para la industria local que representaría continuar con la lógica actual de las importaciones.
La idea de Industria es incentivar la sustitución de medicamentos a partir del apoyo a la inversión de las industrias instaladas y facilitar el ingreso de multinacionales asiáticas para la fabricación de medicamentos genéricos. También se aplicó un criterio similar al utilizado con el sector automotor y el de maquinaria agrícola, ya que la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se reunieron con las principales empresas de medicamentos para pedirles que equilibren su ecuación comercial, con la salvedad de garantizar el abastecimiento interno. “Estamos instrumentando medidas que permitirán revertir el déficit creciente del sector”, señaló Giorgi.
Más difícil, según especialistas del sector, es sustituir las importaciones de la industria farmoquímica (materias primas de los medicamentos). Esos productos prácticamente no se fabrican a nivel local porque las firmas requieren escalas muy grandes para ser competitivas.
Marta Najera, de Capgen, la cámara que agrupa a las empresas nacionales de genéricos, explicó que “las exportaciones son reducidas, pero podrían potenciarse si se invirtiera para ampliar las plantas y poder certificar la calidad que exigen otros países”. Junto con Cilfa (Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos), plantearon extender el plazo de gracia de la línea de crédito del Bicentenario. “El plan estratégico nos resulta muy atractivo, son metas ambiciosas e interesantes”, indicó a este diario el director ejecutivo de Cilfa, Eduardo Franciosi. También participaron directivos de Caeme (extranjeros) y Cooperal.
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