La conmemoración la última semana del centésimo aniversario de la Federación Agraria intentó presentarse como un gran encuentro de fuerzas opositoras para hacer oír su voz ante el gobierno nacional. El intento se convirtió en una fuente inagotable de “desencuentros” que quedaron expuestos en las horas siguientes al almuerzo del miércoles en Rosario. Uno de los principales transcurre en las filas de FAA, donde se hacen cada vez más subidas de tono las críticas a Eduardo Buzzi. Y “la fiesta” del centenario sumó más fracturas en su contra. Otro que no salió muy bien parado fue Hermes Binner, quien en estas horas padece algunos sinsabores por su notable acercamiento al titular de Federación Agraria. Hugo Moyano, el cuestionado titular de la CGT, fue a buscar apoyos en su gesta por mantener el cargo en la central obrera, pero recogió poco y dejó muchas heridas a su paso por Rosario. Estos son sólo algunos de los souvenires que dejó la ceremonia del miércoles último en el Patio de la Madera de esa ciudad.

Las precisiones que dieron varios participantes al almuerzo dan cuenta de que la convocatoria, pese a las evaluaciones que se hicieron públicas en el primer momento, tuvo resultados distantes de las expectativas. Quienes participaron de los preparativos aseguran que “el número objetivo” era reunir a dos mil representantes rurales. La concurrencia no pasó de 1200, contando no menos de 300 invitados entre políticos, funcionarios provinciales y allegados a la FAA. “Los esfuerzos de los últimos días por vender 500 tarjetas más entre los afiliados fracasó escandalosamente”, afirman. Quien no ocultaba su evaluación negativa era Alfredo De Angeli, dirigente de la filial entrerriana hoy enfrentado a Buzzi, que desafiaba a quien quisiera a concurrir a Urdinarrain, en pocos días, donde hará su propia ceremonia de conmemoración, para “hacer la cuenta y comparar”. El Melli garantiza que no juntará menos de cinco mil personas.

De Angeli no era el único ruralista a disgusto presente en el almuerzo. Muchos otros, que compartieron la ruta con Buzzi (en varios sentidos, por las movilizaciones en el conflicto de 2008, pero también por acompañarlo en varios tramos de su trayectoria) y hoy tienen alguna distancia, no pudieron disimular su desagrado con el video institucional exhibido antes del discurso del titular. Al mejor estilo de las purgas en regímenes dictatoriales, en la historia reciente fueron “borrados” dirigentes que, siendo parte de la conducción, mostraron alguna diferencia con su titular. “Quedó resumido en una historia personal de Buzzi”, comentaban en las mesas productores de distintas regiones. El propio De Angeli prometía ir a los archivos para “recordarle” a Buzzi su participación en los hechos de 2008, según le escucharon decir algunos.

En cuanto a la convocatoria política, Buzzi debió computar dos ausencias caras: la de Víctor De Gennaro y la de Antonio Bonfatti. El primero es el referente central de la CTA más alejada del Gobierno y una referencia permanente de Buzzi para “darle una pátina progre a su posición actual”, según sus críticos. “Hablé con Víctor”, “consulté a Víctor”, suele repetir en aquellos ámbitos donde De Gennaro es una figura especialmente respetable. Pero el fundador y ex titular de la CTA (antes de la fractura) prefirió eludir la foto con Biolcati, Cobos, Lavagna, De Narváez y el Momo Venegas.

Lo mismo hizo el gobernador de Santa Fe, Bonfatti, que aludió a “cuestiones de agenda” y se excusó quedándose en Buenos Aires a tratar “el problema del biodiésel”. Se preservó con un sentido de la oportunidad que Hermes Binner, su antecesor, no tuvo o no pudo eludir. Algunos recordaron la vinculación del ex gobernador con la contratación sin licitación de la realización del Monumento al Grito de Alcorta, a favor de un estudio de arquitectura de un familiar suyo; monumento para el que el gobierno nacional aportó dos millones de pesos, pero que nunca se hizo. El ex candidato presidencial del FAP permaneció en un lugar bastante aislado del salón –donde pidió especialmente que lo ubiquen–, lejos de los fla-shes y de otros políticos presentes, particularmente de sus “aliados” radicales, con quienes la relación no pasa por el mejor momento.

La presencia de Moyano tampoco le sumó puntos a Buzzi. Muchos dirigentes –en este caso, con total certeza puede decirse que la mayoría– recuerdan los enfrentamientos con el gremio de camioneros a partir del conflicto de la Resolución 125, cuando el titular de la CGT “nos mandaba camiones para romper piquetes, actitud que después mantuvo en conflictos posteriores”. De Angeli lo puso por escrito, en el volante que repartió cerca del encuentro, firmado por la línea interna que lidera en la FAA. “Nos preocupa que nuevamente este accionar zigzagueante de nuestro presidente nos lleve a establecer alianzas con quienes hasta ayer defendían al Gobierno con movilizaciones en nuestra contra”, señala.

Finalmente, el discurso de Buzzi abundó en frases que muchos recordaron ya habían sido pronunciadas por Hugo Biolcati pocas semanas atrás en la Rural: “Un gobierno autoritario”, que “persigue a la prensa”, que “tiene a los gobernadores de rodillas”, que “no respeta la institucionalidad”. Para no pocos, fue el símbolo de “cómo se corrió a la derecha políticamente”. En cambio, sólo hubo dos menciones al productor chacarero en todo el discurso. Toda una cuestión de prioridades.