En un marco de estricta reserva, la delegación de alto nivel encabezada por el vicecanciller Alfredo Forti y el viceministro de Defensa, Eduardo Zuain, inició ayer las negociaciones con funcionarios de Relaciones Exteriores de Ghana para obtener la liberación de la Fragata Libertad, retenida en el puerto de Tema de ese país africano desde el 2 de octubre. “La reunión entre la delegación de Argentina y los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores ya está en marcha”, fue la escueta información que brindó el gobierno de Ghana a una agencia internacional desde Accra, sede del insólito episodio provocado por la decisión de un alto tribunal al darle cabida a la demanda de un fondo buitre con sede en las Islas Caimán, que reclama el cobro de 370 millones de dólares por bonos defolteados en 2001.

La fuente de la información en Accra no confirmó si los viceministros que lideran la misión argentina participaron de este primer encuentro. Tampoco hubo información desde el gobierno argentino. Sobre lo que no hay dudas es respecto de las instrucciones que llevaban los representantes del país para exponer ante los responsables de Relaciones Exteriores de Ghana: denunciar que la retención del buque escuela de la Armada argentina constituye una violación a la Convención de Viena, que otorga la protección de la inmunidad diplomática a todo navío militar.

El representante legal ante los tribunales de Accra del fondo buitre NML Capital –que presentó el pedido de embargo– había dicho, ante la prensa, que Argentina había renunciado previamente a la inmunidad referida a este caso, lo cual fue calificado como un “argumento falaz” desde Argentina. Como salida alternativa, el fondo demandante había ofrecido que Argentina depositara una fianza de 20 millones de dólares a cambio de que se le permitiese zarpar a la Fragata Libertad, pero esta supuesta solución también fue rechazada desde Buenos Aires. El gobierno argentino exige que se le reconozca el derecho de inmunidad diplomática pero, además, no está dispuesto a convalidar de ninguna forma la legitimidad de la demanda de los fondos buitre.

En el plano interno, la decisión de incluir a Ghana como escala en el trayecto de este viaje de instrucción ya provocó una crisis y renuncias en la Armada –ver nota aparte–, dado que se sospecha de una maniobra pergeñada para entregar al buque escuela como presa para los buitres. Se conoció, incluso, que existieron intentos de negociar con el gobierno argentino por parte de representantes de estos fondos especulativos, previo a la “captura” de la nave en Ghana, tal como se informó en el último domingo.

Lo dicho no es más que el correlato del accionar habitual de los denominados fondos buitre, que se hacen de bonos de deuda soberana de países en quiebra para luego litigar en tribunales sobre los que tienen influencia, para obtener fallos a favor. Argentina, con dos canjes sobre estos títulos defolteados, que dejaron un nivel de adhesión equivalente al 93 por ciento del monto total adeudado, ha resuelto dar pelea contra estos fondos especulativos, denunciándolos además públicamente. La retención de la Fragata Libertad no es más que el reflejo de la capacidad de lobby de estos grupos financieros y su falta de escrúpulos. Para la Argentina, es una demostración de contra qué rival se está peleando.