ECONOMíA › ALDO FERRER REFLEXIONó SOBRE EL LUGAR DE ARGENTINA Y BRASIL EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL
“Podemos insertarnos de otra manera”
El economista aseguró que China se comporta como la Inglaterra del siglo XIX y que se configura una relación centro-periferia, que es un camino sin salida. “Tenemos que dejar de utilizar la idea de la complementariedad con este nuevo polo de crecimiento”, afirmó.
Por Javier Lewkowicz y Cristian Carrillo
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@“Lo que está en crisis no es la globalización sino el neoliberalismo, que propone insertarse en la globalización a partir de los intereses trasnacionales. En un tiempo nosotros fuimos sujetos de ese enfoque neoliberal, ahora son los países centrales los que han quedado atrapados en su propio invento. Argentina y Brasil no tienen capacidad para cambiar el mundo, pero sí podemos insertarnos de una manera muy distinta.” Así caracterizó al actual escenario internacional Aldo Ferrer. El reconocido economista participó del panel “La inserción internacional de la región y el rol de Argentina y Brasil para el desarrollo con integración”, en la convención de la UIA. El evento organizado por la entidad patronal giró alrededor de la integración regional como modo de impulsar la industrialización.
Ferrer plantea desde la década del ’70 la necesidad de “vivir con lo nuestro”. Ayer volvió a explicar que “hay que enfrentar algunos viejos clichés del pasado, como que tenemos que recurrir al ahorro externo, al capital extranjero. Los recursos los tenemos; el ahorro interno es la principal fuente de acumulación. Eso no excluye la presencia de las empresas extranjeras, siempre que no sean sustitutas del capital nacional”. En relación con la inserción internacional de la economía nacional en el nuevo contexto de ascenso de los países asiáticos, señaló que “en cierto sentido China se está comportando como la Inglaterra del siglo XIX, durante su revolución industrial. Se configura una relación centroperiferia, que es un camino sin salida. Tenemos que dejar de utilizar la idea de la complementariedad con este nuevo polo de crecimiento y, en cambio, avanzar en los sectores de ventajas no estáticas”.
Junto a Ferrer participó Julián Eguren, presidente ejecutivo de Usiminas en representación de Techint, firma que ingresó en 2011 en el gigante brasileño de fabricación de aceros planos. Reflejo de la problemática sectorial, indicó que “China no es la solución para nuestro desarrollo industrial sino un problema. Las empresas chinas están subsidiadas y nosotros tenemos restricción para ingresar a ese mercado”. La competencia asiática es uno de los principales problemas para Techint. La compañía siderúrgica se beneficia de las medidas oficiales de control de importaciones sobre la chapa, en particular los antidumping. Eguren advirtió que “las exportaciones de Brasil a China se componen de soja, minería, petróleo y azúcar, mientras que las importaciones, de autos, línea blanca y otras manufacturas. La dependencia de los recursos naturales no es sustentable”.
Una posición distinta en relación con China mostró, en un panel que tuvo lugar más temprano, Sergio Silva do Amaral, ex ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil bajo la presidencia de Fernando Henrique Cardoso. Compartió datos sobre la complementariedad de las economías de la región respecto de China, que otorga buenas perspectivas para la venta de alimentos. Por eso dijo que “la estrategia de industrialización tiene que comenzar por los recursos naturales, donde hay ventajas comparativas”, y agregó que “la protección industrial tiene que ser puntual y limitada”.
Silva do Amaral debatió frente a Mario Cimoli, reconocido economista de la Cepal, quien advirtió sobre el riesgo de la primarización. “Es una cuestión de precios y rentabilidades”, sostuvo y puso el caso de las ganancias extraordinarias de la minería. Destacó también el carácter fuertemente proteccionista de la política comercial brasileña y “la desesperada presión para vender de parte de los países industrializados frente a la coyuntura global recesiva”. En la misma línea, el economista jefe de la UIA, Diego Coatz, moderador en ese momento, aseguró que “el camino es a través del crecimiento del comercio intrarregional”. Apuntó que “la región tiene en general un déficit de 233 mil millones de dólares anuales en manufacturas industriales. De ese total, alrededor de un tercio, unos 70 mil millones de dólares, se podrían sustituir por producción regional en el corto plazo”.
La apertura de la convención estuvo a cargo del titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, Daniel Scioli y José Urtubey, gobernadores de Buenos Aires y Salta, respectivamente, y Robson Braga de Andrade, presidente de la Confederación de la Industria de Brasil. El industrial advirtió que en su país aumentó la participación de China en muchos mercados. Pidió mayor coordinación entre las políticas económicas, en particular alrededor de la administración del comercio, y sostener el control de importaciones desde Asia, aunque destacó que “mientras las ventas brasileñas a Estados Unidos y Europa se cayeron, Argentina aumentó la demanda”. El comercio regional, sin embargo, no está exento de roces. El presidente de la Asociación Brasileña de la Industria Textil, Fernando Pimentel, en diálogo con este diario, se quejó de que Brasil haya perdido participación en el mercado argentino a manos de China, situación que vinculó a la política comercial del gobierno nacional, “que genera incertidumbre para vender y comprar”.