Domingo, 10 de abril de 2011 | Hoy
EL MUNDO › OLLANTA HUMALA ES EL FAVORITO CONTRA TRES CANDIDATOS DE LA DERECHA
Según todos los sondeos, Humala, demonizado hasta el cansancio por los medios, es el favorito, pero su triunfo no le alcanzaría para ganar en primera vuelta e iría a un ballottage en junio contra Fujimori, Toledo o Kuczynski.
Por Carlos Noriega
Desde Lima
La burguesía peruana está al borde de un ataque de nervios. En las calles de los barrios acomodados se respira el temor ante la posibilidad de una victoria de Ollanta Humala, el candidato de la izquierda, en las elecciones presidenciales de hoy. Según todos los sondeos, Humala, demonizado hasta el cansancio por los medios, es el favorito, pero su triunfo no le alcanzaría para ganar en primera vuelta y debería dilatar la entrega de resultados para ir a un ballottage en junio. La incertidumbre que vive el país es por saber quién competirá con el candidato progresista en la segunda vuelta. En la pelea están el ex presidente Alejandro Toledo, quien hizo un gobierno neoliberal entre 2001 y 2006, la congresista Keiko Fujimori, hija del dictador de derecha Alberto Fujimori (19902000), y el economista Pedro Pablo Kuczynski, el candidato de los grandes grupos económicos y el favorito de la clase alta y media alta.
Son 19 millones 950 mil peruanos –incluidos 754 mil residentes en el extranjero habilitados para sufragar, de los cuales 106.665 viven en Argentina– los que concurrirán hoy a las urnas para elegir al próximo presidente y renovar por completo el Congreso unicameral de 130 bancas. Los 4573 centros de votación abrirán a las ocho de la mañana (diez hora de Argentina) y cerrarán a las cuatro de la tarde.
Según las últimas encuestas procesadas ayer a las que Página/12 tuvo acceso –la ley prohíbe la publicación de sondeos desde el lunes—, Humala consolida su primer lugar con una cifra que bordea el 30 por ciento, muy cerca al 31 por ciento con el que ganó la primera vuelta en el año 2006. En la disputa por el segundo lugar, en la que hasta hace unos días había un triple empate, Keiko Fujimori se habría despegado entre dos y cinco puntos de Kuczynski y Toledo, que se mantendrían igualados. Pero la ligera ventaja que le dan las encuestas no le garantiza nada a Keiko.
Toledo y Kuczynski han basado su estrategia final de campaña intentando presentarse como la mejor alternativa para detener a Humala y evitar una segunda vuelta entre el candidato de la izquierda, al que le temen por sus propuestas de cambio del modelo económico, y la hija del ex dictador condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción. En ese intento, se han terminado anulando mutuamente y despejándole la cancha a Keiko Fujimori para colarse en el ballottage, aunque las cifras entre los tres siguen ajustadas.
El partido de gobierno se quedó sin candidato cuando su carta electoral, la ex ministra de Economía Mercedes Aráoz, renunció en enero porque su respaldo no pasaba el 3 por ciento El presidente Alan García, que tiene 70 por ciento de rechazo, apoyó primero al derechista ex alcalde de Lima, Luis Castañeda, cuando éste encabezaba las encuestas. Pero Castañeda se cayó. En los últimos días, el secretario general del partido oficialista ha pedido el voto por Kuczynski, pero otro sector de la dirigencia lo ha desautorizado. Toledo también ha buscado el respaldo del partido de gobierno. Sin embargo, con la alta impopularidad que tiene el gobierno, su apoyo puede ser el abrazo del oso.
Ha sido una campaña cambiante, que confirma la fama de volátiles e impredecibles de los electores peruanos. Luis Castañeda empezó encabezando con comodidad las encuestas. Se sentía fijo. Pero se cayó y hoy llega a la elección sin posibilidades. En enero, Toledo pasó a encabezar los sondeos. Pero después comenzó a caer tan rápido como subió. Humala saltó de un lejano cuarto lugar con 10 por ciento, cifra en la que había estado estancado varios meses, hasta el primer puesto. Los medios lo comenzaron a atacar con ferocidad, pero lejos de ser golpeado fue ampliando su ventaja. Kuczynski, impulsado por el apoyo de los medios, también ganó terreno en el último mes, especialmente en la clase alta y media alta que abandonó a Toledo, y se metió en la pelea. Mientras unos subían y otros bajaban, Keiko Fujimori se mantuvo siempre alrededor del 20 por ciento, el llamado voto duro fujimorista.
Ollanta Humala, el favorito, ha capitalizado el descontento de los amplios sectores de la población que no se han beneficiado del crecimiento económico que ha tenido el país. Propone cambiar el modelo económico neoliberal para mejorar la redistribución de ingresos, restituir derechos laborales y darle una mayor participación al estado en actividades estratégicas como energía y puertos, y renegociar la relación con las transnacionales que explotan los recursos naturales para que paguen más impuestos y el Estado tenga capacidad de decisión sobre el destino que se le da a esos recursos. Keiko Fujimori representa la continuidad del modelo neoliberal, que fue impuesto por el régimen autoritario de su padre, pero, como Humala, también capta el descontento de sectores populares con la clase política, que siguen viendo a Fujimori como el hombre que en los años ’90 sacó del poder a esa clase política tradicional. También tiene apoyo en las clases pobres, que se beneficiaron del extendido clientelismo que puso en marcha el gobierno de su padre. Alejandro Toledo propone mantener el modelo económico, pero asegura que les daría prioridad a los programas sociales y a una mejor redistribución. Kuczynski es el hombre del establishment económico.
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