Sábado, 18 de diciembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › NILDA GARRé PUSO EN FUNCIONES A CAPDEVILA, CON LO QUE PASó A RETIRO A UNA CAMADA DE TRECE COMISARIOS GENERALES
Con un acto en la sede central de la Policía Federal, la ministra de Seguridad puso en funciones a Capdevila y su segundo Di Nizo. En la fuerza hablan de “normalización” porque había ascensos que estaban muy postergados.
Por Raúl Kollmann
La ministra de Seguridad Nilda Garré puso ayer en funciones a los nuevos jefes de la Policía Federal, los comisarios mayores Enrique Capdevila y Alejandro Di Nizo, con lo que pasó a retiro a toda una camada de 13 comisarios generales. Quienes conocen de cerca la fuerza sostienen que más que una purga se trata de una normalización porque con la jefatura ejercida por Néstor Valleca durante siete años hubo un taponamiento a los ascensos, que se dieron en cuentagotas. “Mejorar las instituciones es un proceso permanente y dinámico en el que la policía no es una excepción –señaló Garré en el Patio de Palmeras de la sede central de la Federal–. Los puntales de nuestra gestión serán el combate a la criminalidad organizada y las cosas que preocupan a la gente.” Garré tendrá todo el fin de semana para terminar de conformar su equipo pero, además, se dice que el lunes se anunciará, con la presencia de la presidenta Cristina Kirchner, la puesta en marcha de la operación en la que seis mil integrantes de la Gendarmería ocuparán puestos claves de custodia en la provincia de Buenos Aires. Se trata de una de las estrategias centrales del Ejecutivo: poner el acento en prevenir delitos.
La flamante ministra resolvió la designación el jueves a la noche, inclinándose por la alternativa que Página/12 señaló como la más probable: poner al frente de la fuerza a un comisario mayor y pasar a retiro a toda una camada de comisarios generales. “No habrá ningún malestar en la fuerza, más bien lo contrario. Esto pone un poco de aire, descomprime, porque una conducción ejercida por el mismo hombre, Valleca, durante siete años, producía el efecto de que los comisarios inspectores y mayores cumplían más de 30 años de servicio, lo que los ponía en situación de retiro sin lograr los ascensos que esperaban. La nueva situación abre expectativas. Por supuesto que Garré es un interrogante para casi todos dentro de la fuerza, pero de entrada no tendrá problemas. Veremos después”, confesó ante este diario un hombre de la Federal con vasta experiencia y conocimiento de la estructura policial.
En la asunción de Capdevila estuvieron presentes el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, y el jefe de la Metropolitana, Eugenio Burzaco. La relación con las autoridades de Seguridad porteñas es una de las claves de la gestión de Garré. Habrá que ver si la decisión de la Presidenta y de la ministra es convertir a la fuerza azul en una organización cada vez más federal, muy asentada en el interior y con el eje puesto en las investigaciones, mientras iría delegando paulatinamente en la Metropolitana todo lo que tiene que ver con la tarea cotidiana de seguridad en la ciudad de Buenos Aires.
La otra alternativa es la estrategia actual: seguir manteniendo una fuerte presencia de la Federal en el distrito porteño, compartir y hasta superponerse con la Metropolitana en lo que es la seguridad en la Capital Federal. Ayer, el nuevo jefe de la Federal hizo una referencia genérica al tema. “Tenemos que trabajar en conjunto con la Metropolitana y con la Policía Bonaerense. No conozco a Eugenio Burzaco y no hablé con Juan Carlos Paggi, el jefe de la Bonaerense. Pero ya tomaré contacto con ellos en las próximas horas”, sintetizó. De todas maneras, en este terreno las decisiones correrán indefectiblemente por cuenta de la Presidenta.
Los pases a retiro de los trece comisarios generales y varios comisarios mayores con más antigüedad que los nuevos jefes, obligan a designar a una nueva cúpula y, por lo tanto, a los responsables de todas las superintendencias: entre otras, la de Investigaciones Complejas, de Investigaciones Federales, de Seguridad Metropolitana, que está a cargo de las 53 comisarías de la Capital Federal; de Drogas Peligrosas, Asuntos Internos, Planeamiento Estratégico y la Policía Científica.
Como era previsible, Garré revisó los legajos de los comisarios mayores y se inclinó por Capdevila, a cargo de la Dirección de Orden Urbano, y por Di Nizo, desde hace muchos años representante de Interpol en la Argentina. Un factor decisivo fue la relación de Capdevila con el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Za-nnini: ambos se conocen desde hace años. Ayer, en la asunción, Garré señaló que el nuevo jefe de la Federal “tiene mucha experiencia profesional, que está probada en el ejercicio de sus tareas, como gente competente, siempre con profesionalidad. Tenemos antecedentes de su honestidad y compromiso con la sociedad y la institución”.
Desde el punto de vista de la coyuntura, el primer desafío de Garré es la situación planteada en dos tomas de predios, en especial la del club Albariño. Anoche, la ministra se encontró con el jefe de Gabinete Aníbal Fernández y con el juez Daniel Rafecas para buscarle alternativas a la situación (ver página 7). El criterio adoptado fue el de saturar la zona con efectivos, sin armas y sin gases, con un tanque hidrante, y con el objetivo de evitar nuevos enfrentamientos. Dado que los ocupantes del predio no aceptan ni que los censen ni siquiera iniciar un diálogo, anoche se mantenía la propuesta del juez de aislar el terreno ocupado.
Después de la jura de Capdevila, el nuevo jefe de la Federal anunció “más patrullajes y más efectivos en la calle. Pondremos en marcha una ingeniería que nos permita dar más servicios y más seguridad en ese sentido” (ver aparte). Ese concepto parece ser uno de los puntos centrales de la gestión de Garré, al punto que el lunes sería la propia presidenta Cristina Kirchner quien va a poner en marcha el patrullaje de seis mil gendarmes en puntos calientes del Gran Buenos Aires. Personalidades como León Arslanian, el CELS, Alberto Binder y quienes elaboraron el Acuerdo para la Seguridad Democrática (ASD) han insistido en el concepto de multiplicar las acciones preventivas, lo que incluiría iniciativas como el despliegue de la Gendarmería en el territorio bonaerense.
En paralelo, como anticipó Página/12, se pondría en marcha un proceso de transparencia, incluyendo la transformación de Asuntos Internos en una dirección que no quedaría dentro de la Federal sino que sería una especie de auditoría externa, en la órbita del ministerio. El modelo sería el de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que diseñó Marcelo Saín, en el que Asuntos Internos no está bajo las órdenes de los jefes de la fuerza.
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