Domingo, 27 de marzo de 2011 | Hoy
EL PAíS › REPRESORES EN LA INTERNA DEL PERONISMO DISIDENTE
Por Gustavo Veiga
Unos noventa represores detenidos por delitos de lesa humanidad pidieron permiso para votar en las elecciones internas del Peronismo Federal (PF) que se realizarán del 3 de abril al 29 de mayo. La mayoría de los solicitantes, unos sesenta, está alojada en el penal de Marcos Paz, y un porcentaje que se reduce a un tercio de aquella cifra cumple penas de prisión en la Unidad 34 de Campo de Mayo. Todos pretendían elegir al candidato presidencial de aquel espacio político en los comicios abiertos que enfrentarán a Eduardo Duhalde con Alberto Rodríguez Saá, pero vieron su deseo frustrado. La intención de ejercer un derecho que suprimió la dictadura a la que ellos sirvieron con fe de cruzados, fue confirmada a Página/12 por una fuente del Sistema Penitenciario Federal (SPF). La respuesta que recibieron es que sólo tienen la chance de participar en las elecciones generales, siempre que no cumplan condenas firmes, como el ex capellán Christian Von Wernich y el ex comisario Miguel Etchecolatz. Los pedidos llegaron al SPF que rechazó algunos y trasladó otros a los diferentes juzgados que tramitan las causas por violaciones a los derechos humanos y donde se les respondió con una negativa. Hace una semana este diario había informado sobre la labor proselitista a que se abocó Abel Posse, el ultramontano y efímero ex ministro de Educación de Mauricio Macri, en Marcos Paz. El escritor aseguró ante un módico auditorio de dictadores y secuestradores de monjas (estaban Reynaldo Bignone y Alfredo Astiz) que Duhalde les garantizará un futuro mejor. Una circunstancia que estimula la hipótesis de por cuál precandidato hubieran votado.
El pabellón de “Lesa”, como identifican el resto de los internos al sector de represores que cometieron delitos de lesa humanidad, se transformó en un foro de discusión política. La interna del Peronismo Federal o peronismo disidente, acicateó la curiosa vocación democrática de estos reclusos condenados a multiplicar canas y años en prisión. Los pabellones 5 y 6 donde se alojan, con celdas individuales de 2,5 por 3 metros y con el confort y acceso a electrodomésticos que no caracterizan al resto del Servicio Penitenciario Federal, fueron el escenario de este irrefrenable deseo de participar. “Se trató de un grupo de noventa internos que quería votar en las elecciones del Peronismo Federal. Alrededor de sesenta están en Marcos Paz y el resto en Campo de Mayo”, describió de manera extraoficial el SPF, que tuvo a su frente hasta fines de 2010 a un civil, el abogado Alejandro Marambio Avaria.
En Marcos Paz y el Instituto Penal Federal de Campo de Mayo donde se encuentra detenido el dictador Jorge Rafael Videla, parece que avanza una súbita corriente de evangelización republicana. Los pedidos para votar en las internas del PF llegaron a distintos juzgados. Los presos pueden participar de comicios generales (siempre que estén procesados y no condenados), pero no de internas partidarias, como quedó demostrado en este caso. Pablo Llonto es abogado querellante en varias causas por violaciones a los derechos humanos, como una que se sigue contra el ex policía Luis Patti, detenido en el Instituto Fleni de Escobar. Explicó que “los represores con prisión preventiva pueden votar, siempre que los autorice el juez de Primera Instancia, y los condenados que apelaron fallos deben pedírselo al Tribunal Oral que los juzgó. Hay muy pocas sentencias firmes, como las que recibieron Etchecolatz y Von Wernich. Ellos no podrían hacerlo”.
Los presos votan desde las elecciones presidenciales del 28 de octubre de 2007, cuando lo hicieron unos 860 en cárceles del SPF de todo el país. Esto fue posible gracias al decreto 1291/06 que firmó el ex presidente Néstor Kirchner, cuando reglamentó el artículo 3 bis del Código Electoral Nacional, para permitir el voto de los detenidos sin condena. Todavía se recuerda que ese año, en Marcos Paz, paradójicamente pudo votar Raúl “El Nazi” Rebaynera, un torturador de la Unidad 9 de La Plata durante la dictadura. Este penitenciario fue condenado a prisión perpetua por el Tribunal Federal Oral Nº 1 de esa ciudad. Su ensañamiento con las víctimas, y sobre todo las de origen judío, le valieron el mote que lleva.
En el “Lesa” se juntaron en determinado momento 89 represores. Etchecolatz dormía en el pabellón 5, detrás de una heladera que compartía con los demás condenados y procesados. Hasta ese lugar, según describió Horacio Verbitsky en su artículo “Duhalde invoca a López Rega”, del domingo 20 de marzo, llegó “Abel Posse conducido por el ex rugbista del Liceo Militar San Martín, Oscar Alfredo Vigliani, y por el presidente de la Corporación de Abogados Católicos, dependiente del Episcopado Católico, Eduardo Bieule. Después de abrazarse con su viejo compinche en la Cancillería durante la dictadura, Juan Carlos Rolón, Posse discurseó en la capilla del penal ante Alfredo Astiz, Benito Bignone y el cura Christian von Wernich. Dijo que ‘los samurais que defendieron al hogar, la patria y Dios’ pueden confiar en Duhalde. Una de las encargadas de conseguir el apoyo electoral para Duhalde, a cambio de su promesa de acabar con los juicios, es la hermana de Astiz, Lucrecia”.
El ex presidente provisional tiene premura en que se acaben los juicios contra los represores. Lo ha hecho saber en más de una oportunidad, como el 24 de marzo del año pasado, en ocasión del 34º aniversario del golpe del ’76. “Hay que dejar esa confusión entre crímenes de lesa humanidad y derechos humanos”, pidió. Y ratificó su voluntad de que “se deben terminar los juicios, porque lo importante es que hay que mirar para adelante”. Los jueces que investigan los crímenes de la dictadura no le dieron demasiado el gusto. En 2010 condenaron a 111 represores en distintas provincias. Pero restan más juicios y más sentencias. A Duhalde se le acaba el tiempo y trata de captar voluntades donde no abundan.
Al que no lo intimidan las elecciones contra el aparato de su adversario es a Alberto Rodríguez Saá, aunque se queja de una posible entente entre Duhalde y Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires. El 12 de marzo denunció que “la Policía Metropolitana iba a custodiar las urnas” en las internas porteñas que se realizarán el 3 de abril para elegir el candidato del PF. También interpretó: “Sería una atrocidad que una fuerza de seguridad que responde a un poder político sea la que custodia las urnas, y además vote, sobre todo teniendo en cuenta que hubo un pacto entre este poder político y Eduardo Duhalde, uno de los candidatos”. Finalmente, el puntano acordó que la Metropolitana sería prescindente en la interna. Aunque la elección está atada con alfileres porque muchos de sus protagonistas quieren suspenderla, los represores dispuestos a votar, que se sepa, no traman una huelga de hambre como protesta.
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