EL PAíS › ENTREVISTA AL JUEZ DE RíO NEGRO JUAN PABLO CHIRINOS

“Me gritan ‘deténgala doctor’”

El magistrado que investiga el asesinato del gobernador Carlos Soria cuenta que en la calle y en tribunales lo increpan porque no arrestó a Susana Freydoz. Sus razones. Dice que “la hipótesis fue desde un comienzo el homicidio doloso”.

 Por Irina Hauser

La cajera del supermercado lo mira fijo y le pregunta: “¿Fue ella, no es cierto?”. “Deténgala doctor”, le gritan en la calle al juez de Río Negro Juan Pablo Chirinos. “¿Por qué no la pone presa?”, lo inquieren los vecinos. Se refieren a Susana Freydoz, la esposa del fallecido gobernador Carlos Soria y única imputada por su asesinato, el 1º de enero a la madrugada. Chirinos dice comprender esa inquietud del común de la gente. Aunque el planteo también se extiende puertas adentro de los tribunales donde trabaja, cuenta. “Existe esa presión desde el Poder Judicial, de empleados que asocian la prisión preventiva con el monto de la pena prevista para un delito y suponen que si está sospechada de homicidio tiene que estar detenida antes del juicio, pero no es así”, dice en diálogo con Página/12.

–La sensación reinante es que está en libertad por ser la mujer del gobernador. ¿Cualquier hijo de vecino no estaría en prisión por un homicidio?–le preguntó este diario.

–No es porque fuera la mujer del gobernador, sino porque no están dados los presupuestos de la prisión preventiva: el riesgo de que se fugue o de que entorpezca la investigación. Eso es lo que establece la jurisprudencia que se está aplicando, incluso la que viene aplicando la Corte provincial, más allá de que nuestro código diga que si el delito no es excarcelable debe haber preventiva y eso se aplique a veces a la ligera. Yo me baso, además, en lo que establece la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que es donde yo venía litigando antes de ser juez. Freydoz no puede entorpecer porque se preservó la escena del crimen desde el inicio; tampoco hay indicios de que pueda escapar y la condena social es demasiado grande. El mayor riesgo es que intente quitarse la vida. El primer informe forense, si bien decía que estaba lúcida, pedía asistencia psicológica.

–Tampoco la incomunicó. ¿Eso no le permite armar una versión con sus hijos?

–Supongamos que se pueda poner de acuerdo con los hijos para que la beneficien con su testimonial. Eso sucedería igual, incomunicada o no, porque la incomunicación no incluye al abogado defensor. Podría inventar una historia en quince días o en 48 horas. Además, como imputada no está obligada a decir la verdad.

–¿Recibió presiones políticas o de la Corte provincial?

–No recibí presiones políticas ni de (Víctor) Sodero Nievas. Sodero me llamó el primer día para aclararme que había dicho se estaba investigando un homicidio y no un accidente para defender al Poder Judicial frente a las versiones que hablaban de accidente doméstico. Después, por qué dijo que Freydoz había dicho “no quise matarlo”, hay que preguntárselo a él. Yo recibí el caso un día después del hecho. El juez original es Emilio Stadler, con quien me reuní, y la hipótesis fue desde un comienzo el homicidio doloso. Recibí a la mujer en libertad, no me llegó detenida. Tampoco el fiscal pidió la detención.

–¿A qué se refiere usted cuando habla de presiones desde el Poder Judicial?

–Durante la feria no tengo a mi tribunal entero trabajando conmigo, sino un empleado de cada juzgado y todos preguntan cuál es el estado de la causa y por qué no la detuvimos. Muchos empleados plantean: ¿si no la detenemos a ella cómo detenemos a otro con una pena más baja? En los últimos meses yo dicté cinco o seis prisiones preventivas, pero lo hice en casos en que se justificaba. Por ejemplo, un hombre acusado de homicidio que llevaba quince días fugado, cuando lo hallamos quedó detenido y enseguida fue a juicio; otra fue el caso de un chico que también se había escapado, que había querido asesinar a otro pero el disparo le dio a otra persona, de modo que si seguía libre podía intentar matar al principal testigo con quien tenía un enfrentamiento; otro que al subirse a un patrullero mordió al guardia. Son algunos casos, pero igual yo las preventivas las doy sólo por treinta días y para renovarla el fiscal tiene que justificar. La Comisión Interamericana dice que la preventiva no debe durar más de un tercio del mínimo de la pena. Yo soy el juez penal más joven de la provincia y no vengo de la Justicia, vengo de la defensa. Soy garantista y convencido de eso. Para la gente de acá es bastante disruptivo. Hay jueces que son más aficionados a meter gente presa que otros, y eso se ve en las estadísticas de los jueces de turno.

–¿Cuál es concretamente su hipótesis sobre cómo murió Soria?

–Si tuviera que describirle el hecho al momento de una indagatoria seguramente diría que el 1º de enero en el marco de una discusión Freydoz tomó un arma, le disparó a Soria y le provocó la muerte. No fue una discusión donde se disparó un arma por accidente, según lo que surge hasta ahora. La lógica es que llegue a indagatoria por homicidio doloso. Nosotros trabajábamos sobre varias hipótesis, una importante es que había una cuestión de celos que podría haber sido desencadenante.

–¿Pudo haber actuado bajo emoción violenta?

–No lo sé. La emoción violenta exige un disparador actual o una acumulación de cosas que la lleven a reaccionar. De todos modos, en este caso no sería un gran atenuante de la pena porque al estar agravado por el vínculo prevé de 10 a 25 años.

–¿Es cierto que Soria recibió un mensaje de texto de alguna mujer que pudo desencadenar la pelea?

–Por ahora no está confirmado.

–¿Ve alguna chance de que se declare inimputable a Freydoz, como quiere la defensa?

–Es hacer futurología, no sé. Es una defensa difícil de hacer en cualquier caso, pero es la que la dejaría afuera del delito, es lógico que se intente.

–¿Va a citar a Freydoz a indagatoria?

–No lo voy a hacer yo porque estoy hasta el jueves (por mañana) con la causa, y después tendría que resolver la situación procesal otro juez, Stadler. La citaría si estuviera hasta febrero. Ya tenemos un panorama bastante claro de lo que pudo pasar en la casa. Los testimonios de los hijos fueron muy importantes y fueron reales.

–¿Qué concluyó la pericia psiquiátrica?

–No conozco el contenido, pero confirma que puede ser indagada.

–¿Por qué visitó a Freydoz?

–Tengo la obligación legal de conocer al imputado; y además no le habían tomado las huellas dactilares. Además, para mí es normal siendo juez de ejecución.

–¿Cómo la vio? ¿Ella dijo algo?

–Muy deprimida, pero no dijo nada.

–Cree que el juez Stadler podría cambiar el rumbo de la causa?

–No creo, Stadler no me parece un tipo influenciable.

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Para el juez Juan Pablo Chirinos el “mayor riesgo es que (Freydoz) intente quitarse la vida”.
Imagen: Gentileza Diario de Río Negro
 
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