“Es el premio más conmovedor que he recibido en mi vida”, sostuvo ayer el periodista Eduardo Aliverti al recibir el Premio Rodolfo Walsh, que entrega la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata (UNLP), de manos de la también galardonada Stella Calloni. El locutor y columnista de Página/12 destacó que ahora “hay mucha más gente avivada de que los medios son tan actores políticos como el Gobierno”.

Alrededor de las tres y media de la tarde, el Aula Anfiteatrada de la UNLP fue copada por estudiantes de periodismo y referentes de organizaciones sociales y sindicales como la Asociación de Residentes Bolivianos (Arbol), la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba), la Fundación Miguel Bru, la Federación Juvenil Comunista (FJC) y Carta Abierta La Plata. Entre ellos, se ubicaron los periodistas Edgardo Esteban, Mona Moncalvillo, Norberto Vilar, Marcos Caire, Ruben Silver; los representantes de la embajada venezolana, Juan Romero y Alfonso Ocampo, y el dirigente del Partido Comunista (PC), Patricio Echegaray.

El acto estaba programado para el martes de la semana pasada, pero los bloqueos de la CTA y CGT opositoras imposibilitaron su concreción. Esta vez los invitados lograron llegar al recinto, pero un corte de luz en el edificio demoró la ceremonia. Tras el ingreso de Aliverti y Calloni entre aplausos y afectuosos saludos, la decana de la facultad, Florencia Saintout, hizo la apertura del acto con un pequeño gesto humorístico en referencia a los diferentes factores que fueron postergando la entrega: “Es el brazo de Héctor Magnetto”. La electricidad volvió más tarde, cuando en otro tramo de su discurso, la titular de la unidad académica comentaba el orgullo que sentía de que el edificio sede de la carrera llevara el nombre del ex presidente Néstor Kirchner. Luego de carcajadas y aplausos, empezó la premiación para quienes –según Saintout– tienen “como musa que los inspira el compromiso con la lucha por la verdad”.

Aliverti remarcó que es el “premio más conmovedor” que le han otorgado y que representa “la victoria cultural. La caída de caretas de la última vaca sagrada institucional que queda en la Argentina: el llamado periodismo independiente”. “Me toca la parte de periodista militante –prosiguió– y lo defiendo porque no existe la independencia. Ni de la patronal, los avisadores o la propia ideología.” Añadió que, “aunque nunca podés decir todo lo que querés desde los medios masivos, sos libre cuando decidís no decir lo que no te convence o de lo que no estás seguro”.

Sobre las demandas de Clarín para no adecuarse a la ley de medios, Aliverti vaticinó que “no puede durar mucho la chicana judicial, van a tener que largar lo que les sobre”. Por último, se mostró optimista de cara al 7D al advertir que “más allá de lo que pase, acá hay mucha más gente avivada de que los medios son tan actores políticos como el Gobierno. De eso no hay retorno”.

La periodista Mona Moncalvillo le entregó el premio a Calloni, de quien sostuvo “sabe mejor que nadie enfocar la información, pero, además, siempre pone en el epicentro al ser humano”. Además agregó que “no sólo es una excelente periodista comprometida con la ética, sino que es una buena amiga, madre y compañera”. Emocionada, Calloni destacó el momento que atraviesa la profesión en Argentina. “Hoy –afirmó– el poder hegemónico se sitúa en los medios de comunicación y promueve la guerra psicológica.” Planteó que existe un “libertinaje de expresión para agredir que incluye convocatorias abiertamente golpistas desde grandes diarios que tergiversan y manipulan”. También repudió la demanda de Clarín contra trabajadores de prensa, a los que ella “acompaña solidariamente”. Además criticó a los periodistas que no se “vinculan con el alma del pueblo” y pidió “recuperar un sentido de la descolonización”.

Informe: Juan Manuel Frías.