Domingo, 3 de abril de 2016 | Hoy
EL PAíS › JUAN CARLOS SCHMID HABLó DE LAS MEDIDAS DE MACRI Y DE LA UNIFICACIóN DE LAS CGT
El dirigente de la central sindical que lidera Hugo Moyano advierte que no ven que el Gobierno tenga una herramienta para enfrentar la inflación y el desempleo. Sobre la fusión de las CGT, dice que es “un trabajo lento” y destaca que “ahora tenemos una agenda común”.
Por Julián Bruschtein
“Siempre se dijo `y para qué nos vamos a juntar, esto no tiene que ser un amontonamiento’, y ahora tenemos una agenda común. Lo que hay que ver es cuáles dirigentes encarnan mejor la defensa de esa agenda.” Con su cartera de mano marrón y el último número de Le Monde Diplomatique sobre la mesa, el secretario general de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid, compartió con Página/12 la mirada de la CGT que encabeza el camionero Hugo Moyano en el camino hacia la fusión con las dos centrales hermanas. Además apuntó que “la caída del nivel de empleo en combinación con la persistencia de la inflación históricamente desemboca en una crisis política”, anticipando un panorama que la central obrera ya está observando y agregó que el macrismo “ya va por los 120 días de gobierno y la única política que desplegaron es de shock”. La marcha del 29 de abril “va a ser multitudinaria y vamos a hacer a mostrar nuestra agenda a la opinión pública y el Gobierno nacional”.
–Parece haberse terminado la paciencia de la CGT con el gobierno de Mauricio Macri. ¿Esperaban otra política para los trabajadores?
–Yo provengo de una CGT que ha cuestionado la marcha de la economía y el ejercicio de la política de los últimos tres o cuatro años. Suelo decir que nosotros siempre hemos mantenido esa posición. Indudablemente la situación se ha agravado y tiende a agravarse. Los problemas que estaban presentes en la agenda han recrudecido, en lugar de resolverse se han profundizado y esto también ha hecho que muchas expresiones que acompañaban a la gestión anterior también adviertan este peligro. Puede haber distintas miradas alrededor de todo esto, pero lo cierto es que nosotros en todo caso hemos reafirmado nuestra voluntad de poner sobre la mesa las cuestiones que están faltando en el país. El tema inflacionario venía desde antes, ahora se agudizó. La caída del empleo no estaba en el sector público pero no había creación de puestos de trabajo en el sector privado. El crecimiento estaba detenido por más que hoy hay una controversia de quienes dicen que creció o que no creció. Los problemas de infraestructura estaban antes, ahora yo creo que se van a agudizar porque, por más que aterricen la inversiones, el trabajo de reposición en energía salud y educación es de largo plazo.
–¿Este escenario político abonó el camino de la unidad de las tres CGT?
–Hemos tenido una postura que indudablemente estamos llevando a cabo todos juntos y esto es un hecho muy valioso, muy importante. Más importante que la foto del miércoles (cuando se acercaron los cinco secretarios generales de las organizaciones de trabajadores al Congreso) fue todo el tiempo que estuvimos, cerca de tres horas y media, discutiendo con los diputados. Y esto no es un ejercicio muy común en la alta dirigencia sindical, creemos que esto es muy valioso.
–¿Es decir que es un hecho que se pueda llegar a una sola CGT?
–En realidad es un trabajo lento, complejo, de mucha paciencia que se inició hace un año atrás y que desembocó en el encuentro del Castelar, de ahí el nombre del grupo. De alguna manera empieza a madurar a partir de que en la CGT se juntaron los diputados de extracción sindical y después estas tres expresiones del sindicalismo que felizmente tuvieron una vinculación con las dos expresiones de la CTA que estuvieron también en la Cámara de Diputados.
–Cada vez que se tiene que elegir la conducción de la CGT su nombre aparece en el listado...
–En el peronismo tenemos una frase histórica: “Todos llevamos el bastón de mando en la mochila”. Pero también es verdad que elegir secretario general en la Argentina es más difícil que elegir al Papa. Acá lo importante primero es que haya una reunificación porque por primera vez hay algo importante para destacar: el “para qué”. Siempre se dijo “y para qué nos vamos a juntar, esto no tiene que ser un amontonamiento”, y ahora tenemos una agenda común en la que está el aumento de emergencia para los jubilados, la emergencia ocupacional, la modificación del sistema tributario, que las asignaciones familiares sean de carácter universal para todo el mundo, el cuestionamiento al protocolo de seguridad y garantizar la ratificación del derecho de huelga que hoy está siendo atacado en todo el mundo. Es una agenda concreta el para qué, por eso lo que tenemos que discutir es cuáles dirigentes encarnan mejor la voluntad de que esos reclamos sean llevados adelante.
–Mauricio Macri ya lleva más de cuatro meses de gobierno. Siempre se habla de una tregua de noventa días para dar tiempo a que muestren sus políticas. ¿Ya es hora?
–Bueno, es verdad porque ya no son ni 30, ni 60, ni 90; ya va por los 120 días y la política que desplegaron es de shock, no hay otro nombre. No hay compensaciones frente a lo que está ocurriendo. Digo, está bien que siempre en los procesos electorales se recurre a esta interpretación, pero la etapa social histórica tiene otra cronología. Si los salarios ya no alcanzaban en el último trimestre del año pasado, menos van a alcanzar ahora. Y esto no tiene nada que ver con la última elección, el compañero no llega a fin de mes a parar la olla. Esta no es una interpretación desde lo sindical, es desde el sentido común, si lo entendieran de esta manera, la política se ejecutaría de otra forma.
–La oleada de despidos parece no detenerse. ¿Qué evaluación hace la CGT?
–La caída del nivel de empleo en combinación con la persistencia de la inflación históricamente desemboca en una crisis política; esto no es de ahora, siempre fue así. En la CGT no vemos señales que impliquen que va a haber un instrumento, una herramienta o un sendero para enfrentar estas dos cuestiones. Hubo una apuesta muy fuerte del Gobierno para romper la brecha cambiaria y para darle ventajas a los grupos económicos, los grupos económicos no respondieron con la misma moneda. Hubo una velocidad muy concreta para resolver estos dos puntos que estaban en la campaña y una velocidad mínima para abordar los temas sociales. Esto lo podemos sintetizar de esta manera: había una brecha cambiaria, la resolvieron, pero la brecha social no.
–Por lo que plantea, la brecha social se va a agudizar...
–En vista de las perspectivas el trazado nos indica que vamos en ese camino.
–¿Cuál es el camino de la CGT frente a esto?
–Me parece que es el camino del sindicalismo más que el de la CGT solamente. Se trata de combinar el pensamiento, la estrategia, nuestra identificación de los graves problemas que vive hoy el país, junto con la acción. Por eso hay prevista una movilización en vísperas del 1 de mayo, pero no solo para conmemorar el 1 de mayo en términos tradicionales sino para que esta agenda que ha surgido de los sindicatos sea puesta al frente de la opinión pública y frente al Gobierno nacional.
–Ahora que están en buenos términos, ¿se invitó a la CTA al acto?
–Todavía no está muy claro, pero es probable que haya algunas conversaciones. Pero no podría adelantar que se concrete.
–¿La interna del Partido Justicialista (PJ) va a influir en este proceso que se está dando en el sindicalismo?
–Creo que el PJ está en ebullición. No me parece que esta fórmula que están buscando de normalizarlo sin ahondar en los problemas más cercanos como la derrota electoral ni cuántas miradas hay para el peronismo del siglo XXI, me parece que eso no va a ser saldado. Y menos va a ser saldado si no hay una participación abierta del movimiento sindical. Hay muchas expresiones que están afuera todavía, yo diría que son mayoritarias.
–Moyano se fue y no volvió a participar del PJ...
–Moyano, los gremios del transporte tampoco, y todos estos son elementos muy importantes.
–¿Falta liderazgo en el PJ? Por un lado, hay sectores que están pidiendo que la ex presidenta Cristina fernández de Kirchner y, por otro, tampoco hay figuras importantes del peronismo que estén asumiendo ese rol.
–Frente a un estilo tan concentrado en el poder que hubo durante el kirchnerismo, hay que reformular quién ocupe ese vacío. Creo que en principio hay que asumir la derrota, encontrar las vías de analizarlo sin que esto termine agrietando a todo el peronismo, hacerlo con una madurez superadora porque estamos frente a otra etapa. Hay muchos sectores, entre ellos estoy yo, que sostienen que se le alfombró el camino para que aparezca esta expresión de la derecha en la Argentina. En la medida que no se despeje esa incógnita es difícil que encontremos una etapa superadora.
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