EL PAíS › LE DIERON PRISION DOMICILIARIA A GREGORIO RIOS

Con una pulsera de garantía

 Por Raúl Kollmann

El ex jefe de la custodia de Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos, condenado en el juicio oral como organizador del crimen de José Luis Cabezas, recibió ayer el beneficio de la prisión domiciliaria. A partir del lunes, Ríos volverá a su casa y va a estar monitoreado a través de una tobillera o pulsera, un sistema electrónico que acciona una alarma cuando el imputado se aleja de su vivienda más de cien metros. Ríos lleva nueve años detenido, pero por la llamada “ley del dos por uno” se le computan como cumplidos 16, lo que llevó a la Cámara de Apelaciones de Dolores a concederle la prisión domiciliaria.

Según el fallo del Tribunal Oral de Dolores, emitido en enero de 2000, el autor ideológico del crimen de Cabezas fue el polémico empresario Alfredo Yabrán, quien se suicidó en 1998. La sentencia sostiene que el jefe de su custodia, Ríos, le dijo a un oficial de la Bonaerense, Gustavo Prellezo, que Cabezas molestaba a su patrón sacándole fotos. El policía contrató a cuatro ladrones del barrio platense de Los Hornos, quienes luego participaron junto a Prellezo de la ejecución del fotógrafo en la cava de General Madariaga. Como se sabe, a Cabezas le pegaron dos tiros en la nuca y luego quemaron su cuerpo.

La lentitud de una parte de la Justicia jugó asombrosamente a favor de los imputados. La Cámara de Casación tardó casi cuatro años en resolver la apelación –de enero de 2000 a octubre de 2003– y desde entonces se espera la sentencia de la Suprema Corte bonaerense. Todo ese período de seis años entra en el cómputo del dos por uno, lo que derivó en que tres de los cuatro horneros, asesinos materiales de Cabezas, ya estén en libertad –el cuarto murió en la cárcel–, y también salió de prisión otro policía, Aníbal Luna, condenado como cómplice del homicidio. Siguen tras las rejas el propio Prellezo, a quien se le rechazó la apelación, y otro oficial, Sergio Camaratta, quien está cerca de recuperar la libertad. Ahora Ríos vuelve a su casa.

Más allá del categórico fallo del Tribunal de Dolores, el abogado de Ríos, Jorge Sandro, siempre aseguró que ni Yabrán ni el jefe de la custodia tuvieron que ver con el asesinato de Cabezas. Es más, la familia Yabrán siempre sugirió que la acusación tuvo que ver con la interna entre los archienemigos Eduardo Duhalde y Carlos Menem, de quien Yabrán era amigo. Para ellos, el crimen del fotógrafo de la revista Noticias fue obra de hombres de la Bonaerense como venganza a una famosa nota de esa revista titulada “La Maldita Policía”. Los jueces no creyeron en esa versión, pese a que la mano de obra del asesinato fueron tres oficiales de la Bonaerense y cuatro ladrones contratados por los policías. El fallo –que sigue sin estar firme– señala que todos ellos actuaron virtualmente a favor del “papi mafi” Yabrán.

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