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“Yo vengo a trabajar”, le dijo uno de los hinchas PRO a Página/12. Los empleados acompañaron la sesión cuestionando a los opositores, discutiendo con los docentes que criticaban a Mariano Narodowski y aplaudiendo al ministro de Educación porteño en cada oportunidad que se les presentó. Al funcionario PRO lo recibieron con gritos de “¡bravo!” y “¡gracias!”. Narodowski sonreía.

“El nivel de evasión de preguntas es alto, así que le hago tres concretas: ¿De qué partida salieron los fondos para pagar a esta gente? ¿Decretó asueto en el Ministerio de Educación? Y ¿por qué lo aplauden cuando en todo un año no hizo nada que sea aplaudible?”, le preguntó el jefe del bloque K, Diego Kravetz.

–No lo sé, dígame usted por qué lo aplauden los otros.

–Porque digo la verdad y no miento como usted.

–Comparado con el Concejo Deliberante, es un buen legislador –dijo Narodowski.

–Si usted hubiera asumido como legislador, tendríamos un mejor ministro.

–No, el mejor ministro de Educación perdió el año pasado –chicaneó Narodowski, en referencia a Daniel Filmus.

Hubo un aplauso cerrado de la hinchada PRO, que también tuvo una serie de cruces con los docentes de las escuelas artísticas que estaba allí y con el titular de UTE-Ctera, Francisco “Tito” Nenna. “Caradura, ¿te trajiste la hinchada? ¿Cuánto le pagás a los que te aplauden?”, gritaba una de las gremialistas.

–¿Vos no tenés contrato? –le preguntó uno de los hinchas PRO.

–Sí.

–Entonces, ¿¡qué llorás!?

“Es una vergüenza. Ustedes alimentan esto”, cuestionó la diputada de la Coalición Cívica Diana Maffía, en uno de los muchos momentos en que la sesión estalló en cientos de gritos, mientras el presidente de la comisión, Alvaro González, amenazaba con desalojar la sala. “Vayan para el fondo, que hay lugar”, les decía González. Finalmente, los gritos y la cantidad de gente se fue diluyendo a lo largo de las seis horas de sesión.