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- Zapatos. El vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, desmintió anoche que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner haya adquirido zapatos por valor de 100 mil dólares en su reciente viaje a París, como había informado un día antes el diario sensacionalista estadounidense New York Post. “Es un invento total, un absurdo total, no sé cómo pudieron afirmar eso. Desmiento totalmente esa información.” El New York Post había publicado que la Presidenta habría adquirido veinte pares de zapatos de la exclusiva marca Christian Louboutin por un valor superior a los 100 mil dólares. “Es una barbaridad –insistió el vocero–, es terminantemente una mentira y la Presidenta se mantuvo en el hotel” durante el tiempo que tuvo libre en París.

- Misa. El canciller Héctor Timerman participó ayer de un evento particular: una misa “ecuménica” a favor de la salud de Hugo Chávez, que tuvo como atracción la participación del actor Sean Penn. Fue en la iglesia Riverside, en el alto Manhattan. Lo extraño del caso es que a ninguno de los participantes se los tiene como muy religiosos. Además de Timerman, estuvieron el canciller venezolano, Nicolás Maduro; el presidente boliviano, Evo Morales, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, que fue uno de los que hablaron desde el púlpito. Participaron unas 400 personas y Chávez, no se la podía perder, participó por teléfono. “Es algo maligno que se está convirtiendo en benigno”, evaluó desde La Habana, donde se está haciendo la cuarta sesión de quimioterapia. De recuerdo de un acto tan especial, Timerman se sacó una foto con Sean Penn.

- Promoción. El miércoles, coincidiendo con el discurso de la presidenta Cristina Kirchner en las Naciones Unidas, el Washington Post salió con un suplemento publicitario de cuatro páginas promoviendo a la Argentina como destino turístico y de negocios. “Argentina. Crecimiento sustentable y oportunidades”, el título. En un artículo se destacaba el crecimiento al 8 por ciento anual de los últimos años y demás datos promocionales de la economía. El resto eran casi todas entrevistas a diversas personalidades. Por ejemplo, al titular de la Bolsa, Adelmo Ga-bbi; al ministro de Turismo, Enrique Meyer; al viceministro de Economía, Roberto Feletti; al gobernador de Misiones, Maurice Closs, y, en una muestra de pluralismo, al vicepresidente del Banco Ciudad, Juan Curutchet. Curiosamente, no traía ni una foto de Cristina Kirchner y prácticamente no se la mencionaba.

- Diego. Los “maradonianos” de alma pueden empezar tranquilos su duelo. Ya es un hecho que Lionel Messi pasó a ser hoy el nuevo personaje al que se asocia en el mundo cuando surge la mención de Argentina. Una prueba es el morocho gigantón que revisa los bolsos en el primer piso del edificio de las Naciones Unidas. Bastó que viera “Argentina” en la credencial de los periodistas para que gritara “¡Messi!”. Eso que, aclaró –como si hiciera falta–, que lo suyo era el fútbol americano. “El verdadero fútbol”, bromeó. Y que del “soccer” sólo conocía dos nombres: a Cristiano Ronaldo y a nuestro Lio. Un muchacho demasiado joven para saber nada del Gran Diego.

- Cartel. El avance de las tecnologías dio nueva vida a la universalmente famosa cartelera del Times Square. La sensación, parado en medio de todas esas luces, es de asombro. La pulseada entre los publicistas pasó a ser ahora quién tiene la idea más original. Un par de años atrás la marca American Eagle dio la nota permitiendo a cualquier cliente 15 segundos de fama en caso de que aceptara posar con alguna prenda de la marca. En minutos aparecía en el cartel en pantalla gigante, llevándose la imagen como recuerdo de vuelta a su casa. Ahora, la atracción pasó a ser el cartel interactivo de Forever 21, otra marca de ropa. El cartel reproduce a la misma gente que lo está mirando en la calle, hasta que aparece una modelo gigante y hace distintas cosas con esa gente: las puede agarrar como si fueran muñequitos, guardarlos dentro de una bolsa o sacarle una foto con una Polaroid y mostrarla en la pantalla. ¿Cómo lo hacen? Bueno, eso es algo que excede las posibilidades de esta manzanita.