La idea de crear un gran laboratorio estatal para producir medicamentos se viene impulsando en la Argentina desde hace años, pero logró plasmarse recién ahora, hace menos de un mes, con la creación de la Red Nacional de Laboratorios Públicos Productores de Medicamentos. La red logró reunir a veintiún laboratorios estatales, dependientes de la administración nacional, de provincias, municipios, universidades y organismos descentralizados, con el objetivo de promover la investigación y la producción de medicamentos a menor costo que los que se elaboran en laboratorios privados, y también para elaborar aquellos que perdieron interés comercial para las empresas farmacéuticas, simplemente porque se trata de enfermedades de personas de bajo o nulo poder adquisitivo.

“Es un proyecto muy ambicioso, que toma como modelo el del laboratorio Far-Manguinhos, dependiente del Ministerio de Salud de Brasil, que en los últimos años se ha destacado por haber encarado la producción de antirretrovirales contra el VIH”, explicó a Página/12 Gonzalo Moyano, de la cátedra de Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA, especialista en el área medicamentos del INTI y uno de los promotores de la red.

Los laboratorios estatales, que hasta ahora vienen elaborando productos medicinales con distinto grado de complejidad, podrán a partir de ahora realizar compras conjuntas de insumos y equipamiento; especializarse en la producción de determinados medicamentos, de manera de optimizar los recursos y no dispersar esfuerzos; obtener financiamiento y avanzar en la integración del sector productor con el científico-tecnológico.

La finalidad de la producción conjunta de los laboratorios estatales es “la provisión gratuita de medicamentos en los hospitales y los centros de salud y el abastecimiento de la seguridad social, con un costo”, destacó Capuano. Aunque su finalidad no es competir con el sector privado, la idea es que actúe como “formador de precios testigo”.

Integran la red los laboratorios que ya funcionan en las provincias de Río Negro y San Luis, que son los principales proveedores de sus respectivos sistemas de salud. “El laboratorio de Rosario provee el 80 por cientos de los medicamentos que se usan en el sistema público municipal”, puso como ejemplo Capuano.

Un caso especial es el del laboratorio de la ciudad de Buenos Aires, que funciona bajo el nombre del Talleres Protegidos en un predio que pertenece al Hospital Neuropsiquiátrico Moyano. “Ese laboratorio es el único en el país que produce los medicamentos utilizados para el tratamiento de la tuberculosis”, destacó Capuano. El resto de los remedios que se usan para esta enfermedad son importados. La paradoja es que funciona en un lugar donde no dan las condiciones para que sea habilitado por la Anmat, por lo cual no puede distribuir su producción en otras provincias: debe hacerlo a través del Ministerio de Salud de la Nación”. El laboratorio de la ciudad de Buenos Aires produce además psicofármacos, antihipertensivos, un antiácido y un medicamento para el control de la diabetes. Si se aprueba la ley que crea el laboratorio estatal de la ciudad, tendrá vía libre para instalarse en el Polo Farmacéutico que se construye en el sur de la ciudad.

Desde la red se cuestiona el papel del Ministerio de Salud en la conformación de la red. “El programa Remediar, de ese ministerio, prohíbe la compra de medicamentos a laboratorios públicos –comentó Capuano–. Ocurrió recientemente que el laboratorio Glaxo ganó una licitación para proveer de levotiroxina (un medicamento para patologías de la glándula tiroides) al programa Remediar, pero como no llegaba a cumplir con los plazos comprometidos, por falta de capacidad en su planta, tuvo que contratar el laboratorio de la Universidad Nacional de San Luis para tercerizar la producción, mientras que ese laboratorio universitario no pudo presentarse al concurso”.

La red está integrada por laboratorios de producción (los de Rosario, San Luis, Río Negro), otros de control de calidad (como el Ceprocor, de Córdoba o el de la Universidad de San Luis) y los dedicados a la investigación, “como el de la Universidad de La Plata, que ha desarrollado un antihipertensivo en jarabe, para niños, que es un producto que no existe en el mercado”.

La constitución de la red fue promovida por la Dirección de Programas y Proyectos Especiales de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación (SeCyT), y cuenta con el aval del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Universidad de Buenos Aires. Según explicaron los promotores de la iniciativa, la red permitirá fomentar la producción de medicamentos así como estimular la investigación y el desarrollo de nuevos productos, en el ámbito de los laboratorios dependientes del Estado que ya están produciendo medicamentos de distinta complejidad.

El acta para conformar la red se firmó el 11 de septiembre último en la Facultad de Medicina de la UBA, en un acto encabezado por el director de Programas y Proyectos Especiales de la SeCyT, Oscar Galante. Entre los 21 centros que integran la red se encuentran desde el Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba y el Ceprocor, de la Agencia Córdoba Ciencia, hasta los laboratorios de las universidades de La Plata, San Luis y la Tecnológica Nacional (UTN); los de las provincias de Río Negro, Mendoza, Chaco y Misiones, y los municipios de Rosario, Olavarría, Bragado, Córdoba y Río Cuarto; la Administración Nacional de Laboratorios del Ministerio de Salud (Anlis) y el laboratorio de las Fuerzas Armadas.