Martes, 2 de octubre de 2007 | Hoy
Mientras continúa la disputa entre las agrupaciones sobre cómo realizar el conteo, el escrutinio fue convocado para esta mañana.
Por Julián Bruschtein
La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA permaneció cerrada ayer y también lo estará hoy, en su sede de Marcelo T. de Alvear. Bajo el fantasma de la quema de urnas ocurrida hace ocho años, las autoridades de Sociales tomaron la decisión para garantizar la seguridad de los sufragios estudiantiles –cuyo escrutinio se suspendió el sábado–, en un tenso clima que amenazaba enfrentar a militantes de agrupaciones peronistas con otros de izquierda. El demorado recuento de los votos fue organizado para esta mañana, desde las 9. El dilema que generó el conflicto es cómo contar los votos en blanco en la elección estudiantil de consejeros directivos, que se presume importante. El frente kirchnerista que lidera la agrupación La Vallese, actual mayoría en el consejo, exige que se abran las urnas y se realice el conteo “tal y como dice el estatuto”. En cambio, la izquierda, a través del frente Oktubre (PO, CEPA y otros, que conducen el centro de estudiantes), y también de Dale! (MST e independientes), pretende que no se tengan en cuenta los votos en blanco.
Cuando tenía que empezar el recuento de los votos emitidos durante la semana pasada, el sábado, las autoridades electorales se encontraron con la presencia masiva de las agrupaciones estudiantiles. “Cuando convocamos a los apoderados para que presenten fiscales, Oktubre nos hizo el planteo de no contar el voto en blanco. Esto generó una discusión entre las distintas listas que nos llevó a un callejón sin salida, lo que terminó motivando la suspensión”, explicó un funcionario de la facultad.
Además de elegir representantes para el cogobierno de la casa, los estudiantes de Sociales debían optar obligatoriamente por un director de carrera y por los representantes alumnos en las juntas de carrera. Es decir, cada alumno debía introducir dos boletas en la urna. Durante toda la semana, los militantes de Oktubre cuestionaron la metodología por entender que “nunca estuvo bien explicada y generó mucha confusión entre los votantes”, que habrían insertado sólo uno de los votos, el de director de carreras y juntas, porque allí reconocían los nombres de profesores. Siguiendo esa especulación, se anticipó un alto porcentaje de votos en blanco para el consejo directivo.
Con esos argumentos, Oktubre reclama que los votos en blanco no sean contabilizados como válidos. Esto aumentaría el caudal porcentual de sufragios de todas las agrupaciones y le permitiría a la izquierda –si, como se supone, se ubica como primera minoría– alcanzar el piso del 20 por ciento necesario para llegar a la banca de minoría en el consejo directivo. Por su lado, los kirchneristas exigen que se cuenten los votos en blanco como “en las otras doce facultades, donde no hubo discusión al respecto”. Por supuesto, intuyen que los cuatro consejeros quedarían en sus manos.
Con la facultad cerrada y mientras las urnas siguen guardadas en el sótano de la facultad, bajo custodia de los representantes de las listas y el personal de seguridad de la institución, las agrupaciones seguían debatiendo ayer cómo seguir. Hubo idas, vueltas y acusaciones cruzadas sobre la presencia de “patotas” ajenas a la facultad, unas con armas y otras con palos. Un funcionario explicó la postura que las autoridades expusieron ayer ante las agrupaciones: “En principio, les pedimos que se pongan de acuerdo y presenten una propuesta en común. Nos reunimos a las 10 de la mañana e hicimos un cuarto intermedio hasta las 15, cuando nos anunciaron que Oktubre no consentía la idea de contar los votos en cuestión”.
Soledad Palomino, candidata al consejo por La Vallese, dijo a Página/12 que su propósito es que “se mantenga el reglamento y que el escrutinio se haga mañana (por hoy). No nos presentamos a la elección del centro de estudiantes porque los manejos de estas fuerzas (Oktubre) nunca fueron claros. No se pueden cambiar las leyes una vez hecha la elección. El decano también es uno de los culpables de esta situación, al no asegurar la normalidad del comicio”.
La izquierda resolvió, finalmente, presentarse hoy a la apertura de las urnas, algo que habían puesto en duda. “Vamos a participar del escrutinio, pero si se da la hipótesis que estamos previendo no vamos a avalar el resultado para el consejo directivo. Queremos que se abran las urnas porque la gestión enrareció el clima manteniéndolas cerradas durante tanto tiempo”, aseveró el dirigente Agustín Vanella (MST). “Lo que queda claro es que hay que rediscutir la representación de las minorías. No puede ser que una agrupación que tenga o supere el 20 por ciento se quede con los cuatro consejeros y las demás, nada”.
Las autoridades de Sociales señalaron que “hay agrupaciones que quieren entrar al cogobierno a como dé lugar y no se puede pasar por encima del reglamento. Adentro del cuarto oscuro había carteles explicando cómo debía votarse y se les envió el instructivo con dos meses de anticipación. No hay ninguna falla administrativa o formal de la que puedan quejarse. Sumado a que todo esto está montado sobre una especulación, porque todavía no se sabe qué es lo que saldrá de las urnas”.
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