Miércoles, 12 de enero de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › AL MENOS CUATRO MUERTOS POR LA CAíDA DE RAYOS EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
La tormenta eléctrica afectó a personas que hacían actividades al aire libre. El masajista de Racing murió tras recibir una descarga, en Open Door. También fallecieron dos chicos que estaban en una pileta y un quintero, en Florencio Varela.
Al menos dos adultos y dos niños murieron ayer debido a la caída de rayos durante una tormenta eléctrica que se registró en varias zonas del área metropolitana y la provincia de Buenos Aires. Una de las víctimas fatales fue el masajista del equipo de fútbol de Racing, quien se desmayó tras recibir una descarga eléctrica, durante un entrenamiento del plantel al aire libre y falleció al ser trasladado a un centro asistencial. Frente al fenómeno, desde el Servicio Metereológico Nacional (SMN) aclararon que la caída de rayos es algo “habitual” y brindaron algunos consejos para no correr riesgos (ver recuadro).
La actividad eléctrica provocó cuatro muertes y varios heridos. En la localidad bonaerense de Open Door, el plantel de Racing llevaba adelante un entrenamiento cuando un rayo cayó a tierra. El episodio se produjo durante una fuerte tormenta eléctrica, cuando el plantel hacía una práctica de fútboltenis, mientras otro grupo jugaba un partido informal en un espacio cercano. Al caer el rayo, hubo gritos y corridas.
La descarga eléctrica afectó directamente al masajista del equipo, César Nardi, de 61 años, quien se desmayó sobre el campo de juego del complejo privado. El hombre fue trasladado a la guardia del hospital de Luján, donde trataron de reanimarlo por 40 minutos, sin éxito.
El fenómeno afectó también a varios jugadores del equipo, pero se encuentran fuera de peligro. El futbolista Brian Lluy, defensor del equipo, fue atendido por un “cosquilleo” y algún “problema de audición”, aunque su vida no corría peligro, informaron fuentes médicas. El arquero juvenil Mauro Dobler, también aturdido por el impacto, dijo que sintió “algunos cosquilleos”.
Por otra parte, otro rayo cayó en una piscina de un polideportivo y afectó a seis chicos en la localidad de Bosques, del partido bonaerense de Florencio Varela. Tres de los niños sufrieron paros cardiorrespiratorios y dos de ellos, de 8 y 11 años, murieron. Otro niño también ingresó en paro cardíaco producto del shock eléctrico, pero logró ser reanimado y quedaron internados en una sala de terapia intensiva del hospital El Cruce. A su vez, tres chicos más estaban en observación.
Otros nueve niños fueron atendidos en centros médicos de la zona por caída de rayos. En esa localidad, murió además un hombre de nacionalidad boliviana por la caída de un relámpago en una zona de quintas. En este caso, el deceso se produjo de manera instántanea, señalaron los voceros, quienes no suministraron ni la edad ni la identidad de la víctima. “Cayeron dos rayos muy fuertes durante la tarde”, explicó Francisco Risso, director de Defensa Civil, en tanto que vecinos del barrio también reportaron los efectos de la tormenta eléctrica.
En la Argentina, “no están contabilizados” los casos de víctimas fatales por caída de rayos. Sin embargo, es un fenómeno “muy común”, dijo Luis Rosso, gerente de Servicio a la Comunidad del SMN, en diálogo con Página/12. El especialista explicó que cuando hay una tormenta, dentro de la nube suele haber una acumulación de cargas eléctricas de distinta polaridad como también en el suelo. Por lo tanto, eso induce el camino para una corriente eléctrica. Entonces, para los rayos “nube-tierra” tiene que haber, por ejemplo, acumulación de cargas positivas en la nube y negativas en la tierra.
“En Estados Unidos, hay más muertes por descargas eléctricas que por tornados”, contó el especialista. La caída de rayos puede producir “daño” a las personas, y si están cerca del área de la descarga, incluso, ellas pueden sentir “efectos secundarios” en el organismo. “Las descargas son de muchísimos voltios, alcanzan el millón en algunos casos”, precisó Rosso.
La mayoría de las tormentas están acompañadas por actividad eléctrica. Frente a un episodio de este tipo se aconseja no ponerse debajo de un árbol, porque no hay “protección segura” allí. La población “debe tomar las medidas de seguridad mínimas” y “estar atenta” cuando hay alerta por tiempo severo, aseguró el especialista.
Informe: Soledad Arréguez Manozzo
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