SOCIEDAD › RECLAMAN LA PROHIBICIóN DEL ENDOSULFAN, UN INSECTICIDA USADO EN EL CAMPO

Un freno para el agrotóxico

La Defensoría del Pueblo solicitó la prohibición inmediata del endosulfan, el insecticida más usado en la producción agraria de Argentina. Ya está vedado su uso en 74 países y la ONU instó a que se abandone su utilización el próximo año.

 Por Darío Aranda

“Es menos nocivo que otros insecticidas”, “No hay estudios en su contra”, “No están probados sus efectos nocivos” son algunos de los argumentos que desde hace seis décadas repiten empresas, productores, científicos y funcionarios para defender el uso del endosulfan, el insecticida más utilizado en la Argentina. Luego de décadas de denuncias de vecinos afectados y organizaciones sociales, el endosulfan acaba de ser incluido en el Convenio de Estocolmo, instancia de Naciones Unidas, que estableció el fin de su uso para 2012. En la misma línea, la Defensoría del Pueblo de la Nación solicitó al Ministerio de Agricultura que “prohíba de inmediato” en todo el país el uso del agrotóxico. En la Argentina se utilizan 5,5 millones de litros por año para la producción de algodón, maíz y soja, entre otros cultivos. La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), que nuclea a empresas del sector, adelantó que respetará lo resuelto en el Convenio de Estocolmo, pero rechazó el pedido de la Defensoría de restringirlo en la actualidad. El insecticida ya fue prohibido en 74 países.

“Consultado el Ministerio de Salud de la Nación sobre la toxicidad del endosulfan, respondió que tiene propiedades carcinogénicas para los seres humanos”, fundamenta la Resolución 101/11 de la Defensoría del Pueblo, que señala al endosulfan como responsable de alteraciones neurológicas, afección visual, efectos adversos sobre el sistema reproductivo masculino, los riñones y el hígado, entre otros efectos negativos. La Resolución recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al endosulfan como “altamente tóxico”.

Utilizado para combatir insectos en soja, alfalfa, algodón, girasol, lino, maíz, tabaco y hortalizas, posee una clasificación química de organoclorado, y actúa sobre insectos por contacto e ingestión, aunque con altas temperaturas puede actuar por inhalación. Es extremadamente tóxico para peces y de uso restringido en cercanías de cursos de agua, aunque (como con el resto de las fumigaciones) no existe control sobre su uso. En la Argentina está catalogado como producto muy peligroso.

“Se presenta una tendencia creciente en cuanto a la comercialización y utilización del endosulfan, y es el principal insecticida comercializado en la Argentina”, explica el investigador, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA y coordinador de la Red de Acción en Plaguicidas de América Latina (Rapal), Javier Souza Casadinho, y recuerda que ya fue prohibido en 74 países.

En base a datos de Casafe, un informe de Souza Casadinho precisa que en 1999 se comercializaron en Argentina 1,9 millones de litros. En 2003 trepó hasta 3,4 millones. Y en 2006 ascendió a 4,2 millones de litros. Casafe precisa que en 2010 se utilizaron 5,5 millones de litros.

Souza Casadinho afirma que el uso creciente del agrotóxico se debe al modelo agrícola vigente que conlleva “al incremento general de uso de plaguicidas”, y precisa: “La expansión del monocultivo de soja, en ausencia de una estrategia global para con el manejo de plagas, deriva en la utilización puntual de plaguicidas”. Y agrega que en la horticultura también se evidencia una mayor utilización de agrotóxicos.

El investigador alertó sobre el posible reemplazo del endosulfan por otros agrotóxicos con similares peligros sanitarios y cuestionamientos (clorpirifos, metamidofos, cipermetrina y lambdacialotrina, entre otros). Desde Rapal se promueve la alternativa agroecológica, con pruebas de efectividad y rendimiento en prácticas de campesinos y pequeños productores.

En abril pasado, la Quinta Reunión de la Conferencia de las Partes (COP5) del Convenio de Estocolmo (espacio internacional auspiciado por la Organización de Naciones Unidas que regula el tratamiento de sustancias tóxicas) decidió en plenario con la presencia de 127 países que el endosulfan sea incluido en la lista de “contaminantes orgánicos persistentes” y solicitó sea retirado del mercado en abril de 2012 por los “graves efectos” que produce en las personas.

El director ejecutivo de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), Juan Cruz Jaime, afirmó ayer que la institución es “respetuosa de los convenios internacionales”, pidió que “Argentina respete el cronograma que determina el Convenio” (establece abril de 2012 como fecha límite) y rechazó la prohibición inmediata que solicita la Defensoría del Pueblo.

Entre las empresas que producen o comercializan el endosulfan sobresalen Dupont, Nidera, Brometan, Chemotecnica, Chemplant, Nufarm, Ciagro y Magan, entre otras. Un jugador de peso era la multinacional Bayer, pero en agosto de 2009 anunció que retiraba el producto del mercado.

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Las campañas contra el endosulfan lograron que la ONU le pusiera fecha de vencimiento.
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