Viernes, 28 de octubre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › UN CHICO DE 11 AÑOS MATO DE UN CUCHILLAZO A OTRO DE 12 PORQUE LE HACIA BURLAS
Ocurrió en Villa Fiorito, en Lomas de Zamora. El nene recibió una cargada de su amigo y vecino, entró a la casa a buscar un cuchillo y le dio un puntazo. La víctima murió en el hospital, minutos después. La familia del chico agresor se mudó.
Eran amigos y vivían en Villa Fiorito, medianera de por medio, pero el mayor, de 12 años, solía burlarse del más chico, de 11. El miércoles a la tarde, Sebastián Merlo, el mayor, estaba en la puerta de su casa con otros amigos cuando pasó el menor: y se burló una vez más. El menor entró en su casa, tomó un cuchillo de mesa, salió a la calle y le dio un puntazo. “Me pinchó, me pinchó”, alcanzó a decir Sebastián a su padre, que caminaba por la vereda. Luego empalideció. Minutos después moría desangrado en el hospital Evita, de Lanús. El episodio “no tiene precedentes en Lomas de Zamora”, señaló a este diario Marisa Marco, fiscal general de Menores del distrito, quien también confirmó que “el chico es demasiado chico como para tener responsabilidad penal”, que es posible recién a partir de los 16 años. La funcionaria agregó que, a pesar de que “el caso es no punible”, “la ley establece que el fiscal tiene que investigar qué es lo que pasó y cuál fue la responsabilidad del chico”. Por ello, el niño, que está en libertad, pasó el jueves en los tribunales sometido a peritajes, acompañado por sus padres. Provisoriamente, la familia se mudó a otro barrio. “No sé cómo va a quedar esto, mi hijo ya está muerto”, dijo la madre del chico fallecido.
El episodio sucedió en la calle Conesa al 900, entre Ginebra y Bucarest, alrededor de las cuatro de la tarde del miércoles. “No está acreditado con certeza”, explicó la fiscal general Marco, pero la hipótesis sobre la que trabajaba la Justicia sostenía que el chico de 11 años habría sido “objeto de alguna burla o cargada” al pasar ante la puerta de la casa de Sebastián, quien se encontraba en compañía de otros chicos. De acuerdo con un jefe policial, tras eso el niño burlado entró en su propia casa, salió armado con un cuchillo tipo tramontina y atacó a Sebastián de un cuchillazo.
En ese momento, contó Osvaldo, el padre de Sebastián, “yo justo me iba al abogado con mi otra nena”, de modo que caminaba por la vereda. “Sentí el grito ‘papá, papá, me pincharon’, me di vuelta y (el nene) venía agarrándose la panza con una remera negra, tenía un tajito chiquitito”. Luego, “empezó a ponerse blanco y, como yo tengo un problema para caminar, había otro muchacho amigo que estaba sentado en una casa, y le pedí que lo lleven” a un hospital. En ese momento salió de su casa el padre del chico agresor y llevó al niño herido al hospital Evita, de Lanús. Sebastián murió mientras era atendido. Los resultados de la autopsia, que se realizó ayer, estarán la semana próxima. Sin embargo, fuentes de la investigación explicaron que “el cuchillo afectó el corazón del niño y le provocó la muerte en forma casi instantánea”.
Minutos después, el niño de 11 años era llevado por su madre a la Comisaría 5ª de Lomas de Zamora, que lo puso a disposición del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil del distrito. La causa se encuentra en etapa de instrucción bajo la responsabilidad de los fiscales Cristina Luzuriaga Vivot y Jorge Venzano.
El niño, cuya identidad no trascendió por disposiciones legales, fue definido por el padre de Sebastián como “un chico normal”, con el que su hijo mantenía “una relación normal de chicos comunes, de chicos que se pelean como todos los chicos de 11 o 12 años”. “Ellos se conocían, eran amigos, jugaban juntos”, señaló Osvaldo Merlo.
Consultada por este diario, la fiscal Marco señaló que el niño agresor no puede ser penalmente responsable y que no recuerda que existan antecedentes similares, “al menos no en Lomas de Zamora”. “Pero aunque no sea punible, la ley establece que la fiscalía tiene que investigar qué es lo que pasó y cuál fue la responsabilidad del chico”, señaló. Por ello “son importantes los peritajes: mediante peritajes psicológicos, de asistentes sociales, de psiquiatras infanto-juveniles, se establece qué pasó realmente. A eso se suman declaraciones de testigos. Y recién ahí el fiscal está en condiciones de establecer si va a pedir al juez de garantías que tome alguna medida”. Entre las disposiciones, la Justicia podría considerar “imponer al chico y a sus padres alguna medida como de tratamiento psicológico o psiquiátrico”.
La corta edad del niño agresor es la clave, explicó la fiscal Marco. “Si fuera un chico de 15 años, ante un homicidio el fiscal pediría una medida de seguridad que implique privación de libertad. Pero ante un chico de 11 no puede haber privación de libertad ambulatoria. Por eso el juez dispuso que permanezca en un domicilio preservado. Se lo sacó de su casa para resguardar su integridad física.”
El niño “está en manos de la Justicia”, recordó el subsecretario de Niñez, del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense, Pablo Navarro. “Por eso, como sistema nos pusimos a disposición con los programas de Promoción y Protección de los Derechos del Niño y de Responsabilidad Penal Juvenil.” Navarro también señaló que se trata de “un caso excepcional”, en tanto ambos niños se encontraban escolarizados y en un marco familiar.
“La singularidad es lo que prima y no escuché al chico, pero por la información disponible es posible pensar que algo pasó en la trama social que protege a los chicos”, evaluó en diálogo con este diario la psicoanalista del Fuero Penal Juvenil bonaerense Graciela Pini. “Siempre existen cargadas en todos los ámbitos, pero acá podría pensarse que hubo una reacción ante algo ante lo cual el chico no tenía recursos para soportar.”
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