El operativo comando parecía minuciosamente planificado. Siete asaltantes ingresaron ayer en una sucursal del Banco Credicoop, en pleno microcentro porteño, a bordo de un auto idéntico al del gerente, y después de reducir al personal de vigilancia, se llevaron dos sacas del depósito. Pero luego se supo que en esas bolsas no había dinero. Según fuentes policiales, los ladrones creyeron que ahí estaban los billetes que había dejado un camión blindado que había llegado antes. “Pero solo había correspondencia interna del banco, sin valor comercial”, explicó un vocero de la entidad. El asalto ocurrió en la sede de la calle Reconquista 480 y, aunque los ladrones iban armados, no se disparó un solo tiro. A la vuelta está la Comisaría 1ª, cuyos efectivos persiguieron sin éxito a los ladrones, luego de que el personal del banco activara la alarma. Según fuentes de la investigación, los asaltantes entraron en el garaje usando un auto similar al del gerente.

El hecho ocurrió minutos antes de las 8, dos horas antes de que abra la sucursal para la atención al público. Los ladrones entraron en el estacionamiento del banco en un auto Volkswagen Bora color negro, idéntico al del gerente, y sortearon sin problemas a los guardias. Una vez dentro utilizaron máscaras para no ser identificados por las cámaras de seguridad y lograron reducir al personal de vigilancia amenazándolo con armas. Lo primero que hicieron fue dirigirse a un depósito del subsuelo donde se toparon con dos sacas cerradas.

“Adentro había correspondencia entre distintas sucursales del banco y también de esas sucursales con la casa central. No hay información sobre los clientes ni nada que les pueda ser útil. De hecho, no nos afecta el robo de esos papeles. Realmente les salió muy mal”, dijo a Página/12 un vocero de Credicoop. Según una versión policial, también había cheques, lo que tampoco afectaría al banco ni a los clientes porque “se los denuncia y no tienen valor, además nos hacemos cargo de los pagos a quien depositó”, explicó la fuente de esa entidad.

Con las sacas en su poder, los asaltantes huyeron del lugar en el mismo auto que usaron para ingresar. El hecho duró pocos minutos. El custodio de esa sucursal, que jamás fue robada según informan en Credicoop, activó la alarma inalámbrica, por lo que personal de la Comisaría 1ª de la Policía Federal, ubicada a tan solo una cuadra, se dirigió al banco y salió en busca del vehículo, aunque no pudo alcanzarlo. Ayer, la policía analizaba las cámaras de seguridad de la sucursal y otras que monitorean el tránsito para determinar la zona por la que huyeron.

La hipótesis que manejan los investigadores es la de una confusión. Unos minutos antes del asalto, había estado en el lugar el camión blindado de una empresa privada que lleva las sacas con el dinero, pero éstas ya habían sido depositadas en el tesoro. El encargado de un edificio ubicado frente al banco, que está a pocos metros de la avenida Corrientes, contó que el movimiento de los blindados en la zona “es habitual”, pero dijo que “siempre hay mucha custodia cuando se trata de movimientos de dinero”.

“No alcancé a escuchar nada porque no hubo enfrentamiento. Evidentemente acá hubo una confusión porque vieron el auto y lo dejaron pasar pensando en que era del gerente”, aclaró el encargado, quien dijo que los delincuentes “no tienen reparos en nada, aún sabiendo que la comisaría estaba a cincuenta metros”. De hecho, en esa manzana es habitual ver estacionados patrulleros y motos de la policía, al punto que dificultan el paso por la peatonal Reconquista.

En un breve comunicado, desde Credicoop insistieron en que la información contenida en los sacos “no tiene valor comercial alguno” y destacaron que no hubo “que lamentar otros hechos”, en referencia a los dos guardias de seguridad privada, que no fueron golpeados por los asaltantes, que se limitaron a gritar y a apuntar con sus armas. “Ni siquiera estamos seguros de que sean armas de verdad, lo que sí sabemos es que fue algo muy bien planificado”, comentó el vocero del banco.