Jueves, 3 de noviembre de 2011 | Hoy
LIAM GALLAGHER: FúTBOL, ROPA Y ROCK AND ROLL
Beady Eye, el grupo de los ex Oasis, llega a Buenos Aires para mostrar Different Gear, Still Speeding y ser uno de los actos centrales del Personal Fest. El cantante y Andy Bell hablan de la fuckin’ actualidad de la música, del fuckin’ “lado oscuro” del rock... y de Noel. De yapa, Liam celebra a Agüero, lanza abrigos de diseño y documenta a Los Beatles.
Por Luis Paz
A Liam Gallagher se le podrá reclamar mucho y por diversos motivos, pero en un punto crucial para la tarea que lo ocupa, el pequeño unicejo es irreprochable: en sus 20 años en la música, Liam siempre por lo menos ha manifestado la intención de hacer una música de rock a la altura de la mejor tradición británica. Durante unos cuantos años en los ‘90 y una breve era de gracia en el nuevo milenio lo ha logrado; además, manteniendo a buena parte de la industria musical y del entretenimiento moderno interesados en el rock más básico, clásico y elemental, en épocas de sintetizadores, auto-tune y pop ñoño. Claro, los tenía a Noel y a sus grandes canciones, pero mal o bien, con sus hallazgos compositivos y sus emboles, sus escándalos y sus ocurrencias, Liam se ha mantenido en la primera plana del rock mundial durante las últimas dos décadas; y no parece tener la intención de dejar ese cómodo sitio: “La gente viene a los shows de Beady Eye como iba a los de Oasis, paga una entrada y nos ve tocar, pero no lo hace para que yo pueda cambiar mi teléfono cada dos meses sino para vivir una experiencia de rock. Para mí, el rock sigue siendo lo mismo que hace 20 años. A nuestros hijos también les gusta el rock. ¿Sabés por qué? Porque el rock es algo mágico y excitante que cualquiera entiende. Lo demás son giladas”.
–Porque nadie hace música como Beady Eye en este mundo ya. Cualquier razón es buena para hacer música, pero para hacer rock tenés que tener algo para decir. Nosotros estamos viendo el cuadro entero, la historia de la música británica, y tratando de estar a su altura. Tuvimos a los Beatles, a los Rolling Stones, a los Kinks, a Sex Pistols y a Oasis. Beady Eye intenta continuar esa tradición con altura. No me interesa la mierda del rock ni el rock de mierda, me interesa la música rock. Hoy por hoy hay demasiados rockstars pelotudos y muy pocas bandas de rock buenas.
Para los desprevenidos habrá que avisar que Beady Eye no es otra cosa que la banda que el menor de los Gallagher y sus últimos compañeros en Oasis armaron luego de la salida de Noel del grupo para emprender una carrera solista y en el medio, otra vez, de un pleito fraternal que ya parece insalvable, más allá de que Liam sostenga que él es el herido y que, en el caso de que Noel se disculpase y cambiase su actitud, volvería a hacer música con él... en 2015. Por lo pronto, Beady Eye está llegando al fin de una intensa y extensa gira mundial de presentación de Different Gear, Still Speeding con la que ya pasaron por Abu Dhabi, Viena y Tokio, que los trae a Buenos Aires este viernes 4 y la que acabarán sobre el fin del año con una serie de shows en los Estados Unidos. “Me siento muy bien porque Beady Eye pueda tocar tanto y para tanto público en todo el mundo”, asegura un Liam bastante más locuaz de lo esperado cuando el NO lo llama a un cuarto de hotel en Chile, donde se presentó a comienzos de semana (a mediados de ella, Beady Eye pasó también por Montevideo). “Sólo hemos dado un show de nuestra gira sudamericana por ahora, pero fue muy bueno y la gente de Chile la rockeó de un modo increíble. Me encanta ir a la Argentina, me gusta mucho. Con Oasis, los shows que dábamos en Sudamérica siempre estaban entre los mejores de las giras”, devuelve el cariño Liam.
El cantante no está solo: Andy Bell y Gem Archer, miembros de Oasis durante todo este milenio, lo acompañan en esta nueva etapa y esta “nueva” banda que completa el baterista Chris Sharrock, que vivió el último par de años de la banda emblema del brit pop y también visitó la Argentina cuando Oasis se presentó en el Monumental en mayo de 2009, en uno de sus últimos shows a nivel mundial. Días antes de que conversara con Liam, el NO charló también con Andy Bell, que fuera bajista de Oasis entre 1999 y 2009 y que en Beady Eye se hace cargo de su instrumento madre, la guitarra: “Me acuerdo mucho de ese show en el estadio. ¿Cómo era el club? Ah, sí, River Plate. AC/DC sacó su DVD en ese estadio, es un edificio hermoso y allí se siente muchísimo a la gente. Qué pena que ya no se hagan tantos shows allí, la atmósfera era genial. Siento que la gente va a los conciertos masivos para enloquecer, no sé si alguien vendría a mi living a verme tocar. Y yo disfruto arriba del escenario si veo a la gente pasándola bien. Me acuerdo de que en Buenos Aires había fuegos artificiales en el público. ¿Cómo que murió un pibe alcanzado por una bengala este año? ¡Ups! Creo que en verdad no estaba tan buena la pirotecnia... ¡No traigan a este show! Eso sí: traigan toda su energía”, se metía en aquel diálogo Bell, arengador pero aleccionador.
–No es difícil escribir para Liam, es un muy buen cantante, es versátil y tiene una actitud que hace que cualquier canción brille. Componer letras nunca fue lo mío, pero lo intento: escribo porque quiero sacar algo que necesito que quede dicho. Después, denme la guitarra y déjenme tranquilo.
–Liam, llevás doce años tocando con Andy y Gem. ¿Qué importancia tienen para vos?
–Andy, Gem y Chris son esenciales en Beady Eye. Probablemente sean los mejores músicos con los que trabajé y no creo que haya muchos músicos como ellos: escriben canciones geniales, tocan de puta madre y constantemente están pensando sobre la música. Y eso me hace dar cuenta de que de esto se trataba el rock: de buena música. No hay ni un puto rockstar en Beady Eye.
La frase no deja de tener cierta carga que, como una piedrita arrojada desde lejos, impacta sobre la frente decorada con esas brutales cejas de Noel Gallagher. “Cuando él se fue –cuenta Bell– todo fue natural. Nos juntamos en una pieza los cuatro, hablamos de si queríamos seguir, y nació Beady Eye sin solución de continuidad. Yo estaba muy interesado en seguir tocando con ellos porque hacen el rock que me gusta, el ‘rock del lado oscuro’. Cuando se puso de moda, el rock pasó a estar en el lado oficial y perdió fuerza, se mezcló con el hip-hop, el dance y el pop. Eso no me excita tanto.” Nada de eso hay en Different Gear, Still Speeding, una galería de temas con raíz beatlesca, stonesiana y kinkosa con el ánima de Lennon sobrevolándolo todo (comprobar, si no, el parecido de The Roller con Instant Karma o el de Three Ring Circus con Nobody Told me), algún teclado pero nada de sintetizadores, cencerros ni perreos. “Beady Eye es una banda de rock; y si algo sabemos, es cómo hacer fuckin’ rock and roll”, se ceba Liam. “El disco fue lo que debía ser y fue un buen álbum, pero el año próximo iremos a más. El disco que vamos a grabar después de esta gira es un piñazo en la quijada, los va a sentar de culo. No buscamos el éxito en el primero y no lo buscaremos en el segundo, lo que buscamos es hacer fuckin’ rock and roll a la manera de antes, con pasión y muchas pelotas.”
–Para mí todo esto siempre se trató del rock. Claro, estuve en Oasis, una jodida banda genial de rock and roll, pero ahora estoy en Beady Eye y también es una jodida gran banda de rock. Hoy el rock está dominado por maricones, son todos gatitos llorones preocupados por vender discos para cambiar su celular y eso a mí me la soba. Yo estoy viendo el cuadro completo, ¿me entendés? Hay una historia del rock y hay modas en el rock. Las modas son para los giles. Beady Eye es puro rock and roll de verdad.
–Lo de la ropa va muy bien también. Yo sólo me encargo de diseñar, que es lo que me divierte, de lo demás se ocupa el equipo de Pretty Green. Tuvimos una muy buena salida al mercado, con mucho impacto, y ahora la marca funciona sola. Yo solamente tengo que crear cosas con estilo y ya.
–Sí, muchos salieron a contarlo y a decir que estaba enojado, pero no fue así, dijeron basura. Honestamente, nadie salió lastimado ni recibió un tiro, así que lo de los levantamientos estuvo bien y lo de los saqueos no fue un gran drama. Tampoco puedo juzgarlo, de chico yo también saqueé.
–Sí, ese proyecto también me tiene entusiasmado. Es una historia tragicómica. Bah, más bien es triste: tiene que ver con los últimos años de los Beatles y todos los groseros errores que cometieron ellos y su entorno. Está basada en el libro The Longest Cocktail Party y hace unos días confirmamos a Michael Winterbottom (24 Hour Party People) como el director. Me gusta hacer cosas distintas, pero todavía no pensé en hacer un libro. Sé que no es algo muy difícil, pero no es una prioridad ahora.
–Un lugar importantísimo. Me apasiona mucho el fútbol, me re ceba. Me molesta no poder ir a ver al City cuando estoy de gira, pero tenemos televisión e Internet en los hoteles, así que no hay lío con eso.
–¡Cómo grité ese día! Es un clásico contra el United y ganar un clásico siempre es fundamental, pero 6 a 1... Fue soñado. La Premier League es un torneo muy competitivo que siempre tiene al United arriba. Si le ganás 6 a 1 es porque estás para algo grande, pero no me siento campeón todavía.
–No conocí a Agüero todavía, pero es un jugador excepcional. Tevez también es un jugadorazo, pero se confundió en el camino y tiene que aprender que nada es para siempre: podés ser ídolo un día y después tener dos semanas de mierda y que la gente te abuchee. Hay que saber bancársela.
* Beady Eye toca el viernes 4 de noviembre en el Personal Fest de GEBA, sede San Martín, Figueroa Alcorta 5575. A las 22.
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