Mientras el coronel Cesar Augusto Morelli, jefe de la Tropa de Choque de la Policía Militarizada de San Pablo fue separado del cargo por decisión del gobernador, Geraldo Alckmin, Sergio Cabral, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado del gobernante Partido de los Trabajadores, dio de baja al jefe de Policía Militarizada del Estado, coronel Erico Costa Filho, pero sigue siendo acusado por los manifestantes de la desaparición de Amarildo De Souza, un albañil de la favela Rocinha.

Dos meses después de las primeras protestas que movilizaron a más de 1 millón de personas, los actos perdieron fuerza en la mayoría de las capitales brasileñas salvo en San Pablo y Rio de Janeiro, donde se registran actos casi a diario en reclamo de la renuncia de Alckmin y su colega fluminense, Sergio Cabral. Esta madrugada, un grupo de manifestantes mantenía ocupada la sede de la Cámara Municipal en la ciudad carioca para insistir con la renuncia de Cabral, luego de nuevas protestas anoche que terminaron en choques con la policía.

Las protestas en Rio recrudecieron anoche cuando los edificios de la Cámara Municipal y de la Asamblea Legislativa fueron invadidos por decenas de manifestantes, quienes ingresaron en los edificios públicos en pequeños grupos antes del inicio de la protesta, y al final de la sesión anunciaron su decisión de permanecer en el lugar.

La policía desalojó con gas pimienta a los manifestantes que ocupaban la Asamblea Legislativa, pero alrededor de 15 personas se mantenían esta mañana en la sede del poder legislativo municipal, donde no hay agua ni luz, según denunció la Orden de Abogados de Brasil.

Por la mañana, por segunda vez en pocas horas, cientos de manifestantes invadieron la Cámara Municipal, e insultaron a los miembros de la comisión para investigar el sistema de transportes de la ciudad, a quienes acusan de entregar la dirección de esa tarea a dos ediles aliados del alcalde, Eduardo Paes, responsable de la concesión a empresas privadas de los autobuses locales. Los manifestantes portaban pancartas que calificaban a los concejales oficialistas de "ladrones" y "mafiosos" y acusaban al presidente de la comisión, Chiquinho Brazao, de tener vínculos con grupos parapoliciales.

En ese marco, y dada las convocatorias que se realizan desde las redes sociales de Internet, algunas llamando a la violencia, Rousseff teme que haya nuevas protestas masivas el próximo 7 de septiembre, por lo que comenzó a adoptar medidas para evitar incidentes en el desfile principal en Brasilia. Las autoridades evalúan abreviar el desfile militar y de las organizaciones civiles en la tradicional ceremonia realizada en esa fecha en la Explanada de los Ministerios, principal avenida de Brasilia.

Cabral, en tanto, es el gobernador con peor imagen dentro de los 27 estados de Brasil. Para los manifestantes, debe renunciar porque lo consideran corrupto, debido a los contratos de las obras de la Copa del Mundo, como la reforma del estadio Maracaná. En las marchas de la jornada se voceaban consignas como "Fuera

Cabral", "Abajo la Policía Militarizada" y "Dónde está Amarildo", detenido por la policía el 14 de julio.

También hubo manifestaciones hasta altas horas de la noche de ayer, y algunos enfrentamientos en la ciudad de Niteroi, una de las más importantes de la región metropolitana de Río de Janeiro.