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El Cazador de discos parte 2  por Sergio Rotman

a) Mensajes secretos
Entre las bellezas que aportaban a la vida los discos de vinilo estaban lo que los entendidos llamaban “mensajes secretos”. ¡Sí! muchos de los discos que cambiaste (3x1) por cds traían pequeñas frases que NUNCA leíste ... ¿Cómo? Hablo del sector más oscuro del vinilo, donde la púa patinaba hasta llegar al papel de información, más allá de los surcos propiamente dichos. Allí, artistas de todo estilo practicaron un arte casi desconocido: “deje su mensaje para los fanáticos”. Seguro que no fueron los primeros pero sí los más conocidos, los Beatles. Si tenías paciencia y esperabas al último acorde de “A day in the life” (Sgt. Pepper), cuando uno se levantaba para poner el disco de nuevo y justo antes que se te jodiera la púa, te sorprendía una frase que sonaba “infinitamente”, algo así como “supercagrifuligrafitutti” que se repetía sin piedad y que era capaz de volverte mínimamente histérico. Mucho más allá fue Brian Eno, en su disco de 1973 Taking Tiger Mountain y en el mismo sector donde los Beatles habían jugado tímidamente, este caballero optó por un sonido que podía enloquecer a tu perro, darte ganas de vomitar a vos y hacer que los vecinos te odiaran para siempre. Es que el disco estaba preparado de tal manera que el “automático” de la púa no funcionaba y en su lugar un espantoso chirrido como un “infierno de chanchos” (como lo calificaba el autor) sonaba también “ad finitum” (?) o hasta que alguien apagara la maldita bandeja.
Ese sector apetrolado, patinoso como un campo de mierda, se convirtió en tierra de nadie. Hasta entonces los masterizadores, o cortadores de vinilo, dejaban un pequeño sello o firma, hecho con algo punzante sobre la matriz de los discos, previo a la fabricación. Quién sabe, entonces, qué grupo o solista, decidió dejar por primera vez un mensaje que sólo podía leerse si a) eras un enfermo y mirabas los discos de costado, con la luz pegando de refilón o b) eras de los que se interesaban por quién carajo cortaba los vinilos.
¿Cómo eran estos mensajes? Bueno, aquí van algunos favoritos: The Clash. Sandinista: A través de sus seis lados se lee “IN SPACE NO ONE CAN HEAR YOU ... CLASH!”. London calling: “TEAR DOWN THE WALLS” (una palabra por lado). Joy Division. Still: en el lado 1 se lee “THE CHICKEN STARTS HERE”, los lados dos y tres tienen marcas como pisadas de pollito (?), y el lado cuatro cierra con”THE CHICKEN STOPS HERE”. Nick Cave and the Bad Seeds. The first born is dead: el lado 1 dice “A murder of crows” y el 2 “The blue testament”. Basta, no develo más secretos, si tenés todavía tus discos IMPORTADOS, andá y hacé el ridículo poniéndolos de costado con la luz pegando de refilón.
Aclaraciones: 1-OBVIO NO TODOS LOS DISCOS TRAIAN MENSAJE, AUNQUE TODOS TRAEN LA MARCA DEL CORTADOR. 2-NO PIERDAS TU TIEMPO CON LOS DISCOS “MADE IN ARGENTINA”.
b) disquerías de BS. AS.
Sólo un agradecimiento a los locales que me soportaron entre 1977 y 1991: Abraxas, Tabú, Fénix, El Agujerito (todos ellos), la disquería de Angelito, la Tower original (donde tuve la ¿suerte? de trabajar tres años), Amigos de la Música, una disquería en San Isidro que me cambió el doble de Talking Heads en vivo (inconseguible y carísimo) por una bicicleta (!), Pogo (el local de Félix TTM), otro lugar en la avenida Pueyrredón que nunca sabía lo que tenía y donde me compré London Calling por cinco australes, Beat records y su impresionante catálogo de videos, Gapul (¿se acuerdan de Gapul!) que tenía discos de Madness y pensaban que era música bolichera, todas las que me olvido por culpa de las pastillas y gracias a Alfredo Rosso, Fernando Pau, Gustavo de Cesare, Dany Nissenson, Gaby del Agujerito por soportar mis intrascendentes discusiones sobre el futuro del punk.
Amigos, lo de Lee Perry y por qué es imposible coleccionar su música va enel próximo número ... Buenas noches