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PIBES DE BARRIO, MEDIO ROCKEROS

Pity pide, antes de empezar. “No escraches el barrio, no me dan ganas que venga un pibe a buscarnos acá y lo afanen”, dice. Pedido concedido, aunque no sea para tanto. “No, es cierto, hoy te chorean en todos lados”, dice el nuevo monarca stone nacional, “los que se asustan son los taxistas que te traen, a la noche. Yo los entiendo”. Los chicos de Viejas Locas viven, entonces, todavía en algún lugar de Villa Lugano y no tienen ganas de mudarse. No es una cuestión de militancia. Les gusta vivir ahí, están cómodos y conocen a todo el mundo. “Acá en el barrio, primero somos un pibe más, nada más que tocamos en una banda”, cuenta Pity, sentado en un balcón desde el que se ve la autopista Richieri, “pero otro trabaja en un taller, de golpe. Y bueno, él te viene a ver a vos cuando tocás y vos le llevás el auto. Sos un pibe de barrio, y después te hiciste medio rockero”.

En algunas paredes de las casas de este barrio, se ven pintadas de Viejas Locas: es evidente que son locales. Pero, dicen, nadie les hace notar la diferencia. El Pollo, guitarrista y coautor, cuenta que las únicas que les hacen alguna referencia a la banda son las señoras de la cuadra. “Las madres que te dicen ‘nene, te vi en la tele’, pero los pibes tienen una onda ‘callate mami, mirá lo que le estás diciendo’. O te dicen ‘ahora la estás levantando con pala’... Pero está todo bien”. A esta altura, debe decirse también que todos los Viejas Locas viven, todavía, en las casas de sus padres. Pero también que son orgullosos padres de niños rockeros. El Pollo cuenta que hasta que no tenga la plata, no se va a ir a vivir solo. “Nos bancaron desde el primer momento. A veces es medio jodido encontrar padres que te banquen y que no te digan ‘largá la guitarrita’. Cada uno de los viejos hizo una partecita, así que tenemos que estar agradecidos”, larga. Los padres de Pity los dejaban ensayar en el departamento cuando no tenían sala, y el padre del Pollo los llevaba a todos lados con la camioneta. Siguen ellos: “El viejo de Fachi nos prestó el rancho mucho tiempo, la vieja de Abel cortaba las entradas, viene a todos los shows”.

En el departamento, se ven cd’s y casetes desparramados por ahí, con títulos que no sorprenden. Main Offender, de Keith Richards, un disco solista de Ronnie Wood, uno de AC/DC, otro James Brown. Pero uno de los detalles más extraños de una charla con Pity y el Pollo es la escasa emoción con que recuerdan sus fechas como soporte de los Rolling Stones. Se supone (se supone, nada más) que, tratándose de la banda más stone de la escena local, habría que esperar alguna expresión de fanatismo desaforado o recuerdo imborrable. Pero no. Para Pity “fue reimportante, estuvo bueno porque nos vio mucha gente. Está bien, fue un sueño tocar con los Stones, pero para mí lo más importante fue la gente que nos vio, como 40 lucas cada día”. Y el Pollo, completando, sostiene que “a la hora de subirte al escenario es anecdótico, podés tocar con los Stones, con Aerosmith, es lo mismo”.

-Entonces, ¿les molesta que los definan como una banda stone?

Pollo: -Mientras no nos creamos que nosotros somos los Rolling Stones, está todo bien, qué se yo... Siempre te tienen que encuadrar dentro de algo, pero mientras Pity no se crea que es Mick Jagger y yo no me crea que soy Keith Richards...

Pity: -Aparte que cuando nosotros éramos más pendejos, sí escuchábamos mucho a los Stones: cuando sacás algo con la guitarra querés sacar algo de ellos. Pero se está abriendo la cosa, capaz que empezó a pintar más personalidad de parte de nosotros, y ya no es tan stone la cosa.

Pollo: -El tercer disco va a marcar eso. No es un propósito de la banda sacarse ninguna etiqueta, pero de repente para el que se esperaba el típico sonidito estoncito se va a encontrar con alguna sorpresa, tampoco es que es muy raro y que cambió la onda.

Mientras tanto, esperan por concretar, de una vez por todas, la presentación a lo grande de Hermanos de sangre (reprogramada para el sábado 21). Pero anticipan que el tercer disco -que empezaron a grabar esta semana- no es sólo rock’n’roll. Hay temas funk, rythym and blues, disco, y hasta (¡sorpresa!) punk rock. Inclusive se animaroncon ciertos aires jazzeros. “Nos estamos preocupando por avanzar”, dice Pity, “porque ésta es una banda abierta”. Ahora bien. Los fans de Viejas Locas, gustosos del rock más tradicional y adalides del “no cambien nunca”, ¿reclamarán alguna conducta? “No sé, ni idea”, simplifica Pity. “Yo creo que a la gente le gusta que seamos sencillos, que toquemos así nomás, vestidos con la pilcha de todos los días, que no nos estemos produciendo y diciendo cosas raras. Y sencillos para todo, que te manejes con ellos como con nuestros amigos.”

Lo de la “sencillez” se afirma en los hechos del pasado. Antes de decidir dedicarse de lleno a la banda, el Pollo trabajó en una casa de computación y como cadete en una agencia de turismo (“de ahí me echaron, me recagaron. Me quedé sin laburo y aproveché para dedicarme a la banda”, cuenta). Pity trabajó en mantenimiento de fábricas y más cercano en el tiempo, colocando cortinas y portones. Y, cuenta, con eso le iba muy bien. “Si a vos te gusta hacer ceniceros de cerámica, y podés hacer 20 por día y ganar 20 pesos, capaz que en tu laburo ganás 30, pero con esos 20 te alcanza y vas a estar con tu mente más tranquila, haciendo lo que a vos te gusta y aumentando la productividad. Por ahora ganamos lo mismo que puede ganar un pibe laburando de lunes a viernes, y estamos contentos. No dejé de laburar porque me esté llenando de plata, la verdad es que estaba bárbaro, me llevaba unos buenos mangos, pero prefiero llevarme menos y estar acá. Mis vicios son sencillos, mucha plata no necesito para sobrevivir hoy en día. Me gustaría comprarme un terreno en Ezeiza, una casa con pileta, pero bueno...”

-Seis años atrás, la banda stone por excelencia en la Argentina eran Los Ratones Paranoicos. Ahora son ustedes. ¿Les gustan o les gustaron alguna vez a los Ratones?

Pity: -El tiempo cambia y cambian las necesidades de la gente. Así como nosotros podemos dejar de ser la banda dentro de poco. Y sí, en los primeros tiempos los fui a ver, me gustaba la música.

-Entonces, si te gustaba la música ¿no te gusta Juanse como cantante?

-Le tiene que gustar a él, a nadie le interesa si a mí me gusta o no.

-Pero en todo caso no te sentís en deuda con Juanse, ni su sucesor ni lo considerás una influencia...

-No me siento sucesor de nadie, ni a palos. Capaz que de mis viejos, pero nada más que eso. Aunque así suene contundente, el cantante y guitarrista es por demás cuidadoso con las palabras, mucho más de lo que la mitología rocker puede imaginar. Así como no se compromete en opinar abiertamente acerca de Juanse, se pone evasivo con otras insinuaciones.

-”Intoxicado” es un clásico de la banda, y en cada una de las banderas que aparecen en los shows se ve el dibujo de una hoja de marihuana. ¿Qué opinás de eso?

Pity: -Es la necesidad de la gente. Ese disco tiene dibujos, y la gente eligió ese porque les gusta el tema, pero nada más que por eso.

-Bueno, probablemente lo eligieron porque todos fuman marihuana...

Pity: -Sí, bueno, también...

Viejas Locas se reivindica como una banda “para entretener” lo cual, claro, no está nada mal. Pero no le gusta que la gente piense que son ciegos. El Pollo dice que “no nos metemos en política, pero no es por no animarnos y no ver lo que está pasando. Hay bandas que hacen eso y lo hacen bien. Yo no soy el mejor para escribir algo de esa onda”.

Pity: -No quiere decir que no vayas a hacer una letra política algún día. Capaz que un día nos metemos, porque si acá te metés con política... En este país tenés para hacer cinco discos.

Pollo: -Pero de golpe tenés temas que no hablan de política, pero te marcan una situación social, como “Adrenalina” o “Hermanos de sangre”, que no hablan de la Cámara de Diputados, pero te marcan una situación real que vive la mayoría de la gente.

-Y con eso se enganchan los pibes.

-Pienso que termina siendo una historia muy concreta. Todas las letras son concretas, de cosas que le pasan a la gente, sin ningún rebusque. Ahí pienso que van, eso es lo que encuentran en nosotros: van a escuchar lo que a ellos les pasa.

TEXTOS: MARIANA ENRIQUEZ      FOTOS: NORA LEZANO

 

Los Ratones Paranoicos, ¿el pasado?

Hubo un tiempo en que Los Ratones Paranoicos vivían una apasionada historia de amor con los stones argentinos. A fines de los 80 editaban su mejor disco, Los chicos quieren rock, Juanse se tiraba del escenario durante “Ceremonia”, tocaban covers de los Rolling Stones y todo era maravilloso. Pero en la mitad de la década de los 90, el romance se enfrió. Tocaron con los bienamados Rolling Stones en 1995: tal vez, su mejor momento y el comienzo del fin. Será por eso que en la segunda venida de los Glimmer Twins, tocó Viejas Locas. Todo un síntoma. Otro público: los seguidores de los Ratones ya crecieron. Los de Viejas Locas, recién empiezan. En agosto de 1997, Los Ratones Paranoicos insinuaron una separación, cosa que festejaron con un show en el estadio cubierto de Vélez. No se separaron nada. En los últimos años, Juanse tuvo flirteos solistas (editó Expreso Bongo, un cd que no tuvo mayor repercusión) y “Vicio” se convirtió en la canción de apertura para “El show de Videomatch” de Tinelli. Ante esto, quizá buscando una revitalización, entró en la banda el Zorrito Fabián Quintiero en reemplazo de Pablo Memi. Tocaron el fin de semana pasado, y conservan fans fieles. La magia, dicen en la calle, se terminó.


Los Pulgones, ¿el futuro?

”No somos una banda política, ni ecológica, ni siquiera mostramos la realidad. Queremos distraer a la gente de lo que pasa, que baile, y que muevan el piecito. La gente ya sabe que está todo mal, no hay necesidad de decírselo”. Con esta declaración de principios se presenta la banda nueva del rock’n’roll stone argentino, que acaba de editar su primer disco Los Pulgones, apadrinados por Roy y Juanse de Los Ratones Paranoicos, con quienes tocaron varias veces como banda soporte, y de quienes son declarados fanáticos. No les importa mucho que alguien pueda etiquetarlos en consecuencia: “Suena así, dicen, siempre te van a catalogar. Y es lo que escuchamos, bandas de los 60, cosas como Chuck Berry y los Beatles”. Son cuatro, de Villa Devoto: Alejandro Grela (voz guitarra), que tiene 24 años y es publicista, Claudio Martínez (guitarra y coros), Leo Raffa (bajo y coros) y Marcelo Mapelman (batería). Y no se sienten competidores de Viejas Locas (“compartimos público, probablemente”, conceden), pero también se diferencian: “No tenemos la cultura tetra. Somos pibes normales, que hacen rock”.


Vocabulario Básico

Aguante: palabra que superó todas las fronteras. Estar ahí, acompañar, seguir a todas partes. Tanto que ahora es título de un programa de televisión sobre hinchas de fútbol y disco de Charly García (!).

Apelativos “que hacé vieja, máquina, fiera, titán, rey”: distintas maneras de decir “cómo te va, che, ¿cómo andás?”.

Careta: como aguante, excedió el ámbito. Pero es, probablemente, una de las palabras que más se escuche en una conversación. Pero siempre para referirse a alguien que no merece mucha estima.

Curtir: usar o “vivir” algo. Generalmente se trata de sustancias prohibidas aunque se utiliza en otros casos. Ejemplo: “curtir la ciudad”.

Chabón: un tipo, simplemente.

Fiesta: situación divertida. O pasarla muy bien.

Garrón: que pase algo feo o inesperado.

Gilada: todos los que son giles, los que no entienden de qué va la cosa.

Joya: algo muy lindo. O una forma de ponerle punto final a una conversación estando de acuerdo. O una forma de expresar que algo que pasa o pasó les gusta mucho.

Maza/mazita: algo muy, muy, muy bueno. Adaptable a cualquier cosa que provoca placer, satisfacción o aprobación.

Pintó: pasó alguien o algo. Pintó Carlitos, o pintó una cerveza.

Seda y faisán: papel para armar y porro, respectivamente. De uso (casi) obligatorio.

Yeite: más allá del truquito de la guitarra, un “yeite” es el secreto de algo, o lo bueno de algo. Por ejemplo: “El yeite de este barrio es que hay una buena plaza”.

Quedan, además, otro tipo de gestos que no pueden traducirse en palabras. Por ejemplo, los que tienen que ver con pasarse índice y pulgar de la mano derecha por la pera, sin dudas el más popular de todos.