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Por Ariel Greco A 21 días de su 96º aniversario, Racing fue obligado a cerrar sus puertas. La Sala II de la Cámara de Apelaciones de La Plata ordenó el cese de la continuidad de la quiebra del club, por lo que los activos de la institución deberán ser liquidados en los próximos cuatro meses. La resolución puede ser apelada por las autoridades residuales del club que harán uso de esa facultad ante la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires y posteriormente ante la de la Nación, aunque también será necesario presentar un recurso de no innovar para evitar que los bienes se liquiden antes de que la Justicia se expida en forma definitiva. En caso contrario, la apelación puede darle la continuidad, aunque si se cumplen los plazos previstos, para ese momento se puede dar que el club no tenga sede, ni cancha ni jugadores. Alrededor de mil hinchas se acercaron a la sede social de la avenida Mitre para demostrar su desagrado por la disposición y para pedirles explicaciones a los ex dirigentes. Cuando el presidente residual, Daniel Lalín, intentó hablarles a los fanáticos, un redoblante que le arrojaron lo golpeó en la cara y le produjo heridas. Apenas alcanzó a decir: Tranquilícense, Racing todavía no cerró. Venimos a dar la cara, como siempre, en medio de una lluvia de insultos (ver Todo el dolor...). Las magistradas Patricia Ferrer y Nelly Norma Suárez hicieron lugar a la demanda formulada por el ex síndico Francisco Pérez Díaz, quien reclamaba una deuda de 231.000 dólares más intereses, además de cuestionar el manejo de la actual sindicatura. Sin embargo, esa presentación fue un simple detonante ya que el fundamento de la sentencia marca irregularidades en el tratado de la causa por parte de la síndico Liliana Ripoll y el juez Enrique Gorostegui (ver Por qué la Cámara..., página 23). Para Lalín, el fallo dictado por la Cámara de Apelaciones perjudica a la gran masa de acreedores (355 verificados por la sindicatura, más 230 que figuran en la convocatoria de acreedores) con los cuales habíamos conseguido el avenimiento para la reducción de la deuda. Según el dirigente, si no prosperan las apelaciones, todos cobrarán menos, porque el patrimonio de Racing es negativo. El ex juez Oscar Salvi, que asesorara a la síndico Ripoll, anunció que elabora un proyecto junto al abogado de AFA, Agricol de Bianchetti, que contaría con dinero y avales suficientes para levantar la quiebra. Ese proyecto se presentaría hoy mismo. En caso de que no exista ninguna salida judicial, el conjunto de Avellaneda no sólo no podrá jugar el Clausura, sino que además descenderá a la última categoría de los torneos organizados por la AFA. La salvación puede pasar también por un avenimiento con los acreedores que desarticule el actual estado de la quiebra. Ante esa hipótesis, la Sindicatura solicitó como medida precautoria la reprogramación de los partidos para evitar un eventual perjuicio deportivo. La AFA ya aceptó y dispuso la postergación del encuentro por la primera fecha que Racing debía disputar el domingo ante Talleres. Según el dirigente opositor Miguel DAquila, el presidente de la AFA Julio Grondona garantizó que, si es necesario, se le reprogramarán por lo menos quince fechas. Claro que para que ello ocurra, DAquila aseguró que Grondona le dijo: Racing va a seguir, pero se tiene que ir Lalín. De acuerdo con la ley, que los considera bienes intangibles, los pases de los jugadores no se pueden enajenar, por lo que si se cumple la liquidación, los futbolistas que pertenecen a Racing quedarán libres. Los que son de la empresa Clafín, vinculada con Lalín, estarán en la misma posición, aunque los derechos económicos seguirán siendo propiedad de esa sociedad. Jurídicamente, el plantel no puede salir a jugar y esta situación puede generar el inmediato estado de libertad de los futbolistas, confirmó Ripoll. Esa decisión quedará a cargo de Gorostegui. Los mayores bienes que dispone Racing para pagar a sus acreedores son lasede de la avenida Mitre y el edificio que dispone en Villa del Parque. Ni siquiera puede disponer de su estadio, ya que los terrenos en donde está construido fueron una donación del Estado durante el gobierno de Juan Domingo Perón. Por lo tanto, ante el cese de actividades para los fines que se habían previsto, las tierras deberían ser restituidas. De esa manera, de la quiebra de Racing no se salvará ni siquiera Tita Mattiussi, la mujer que vive bajo las tribunas del Cilindro de Avellaneda desde hace más de cuatro décadas. Ante esta triste realidad, Tita, toda una institución dentro del club, deberá buscarse una nueva vivienda. Si no, en cuatro meses va a ser considerada una intrusa.
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