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EL PRESIDENTE ENCABEZO EL ACTO ANTIABORTISTA
Un regalo de Menem al Papa

Con la cúpula eclesial en pleno, y miembros del Vaticano, Menem celebró el “Día del Niño por Nacer”, inventado por él.  Afuera, las mujeres reclamaban “aborto legal para no morir”.

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El color púrpura relució en las primeras filas del teatro Coliseo.
“Tienen un Presidente que se preocupa por su pueblo”, halagó el representante del Vaticano.

Por Alejandra Dandan

t.gif (862 bytes) El cerco policial incita bronca. Fuera del teatro Coliseo distintas pancartas repetían: “Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Unas cien representantes de organizaciones femeninas buscaron de este modo repudiar la celebración del “Día del Niño por Nacer” encabezada por el presidente Carlos Menem a pocos metros. Adentro todo estaba listo para el acto, un compromiso de Menem con el Vaticano. Junto al mandatario se reunió ayer toda la cúpula eclesial argentina, representantes de la Santa Sede y el arzobispo de Boston.
Pero fue el observador permanente de la Santa Sede en la ONU, monseñor Renato Martino, quien dio en su discurso el espaldarazo directo del Vaticano al gobierno del Presidente. “La Argentina tiene un Presidente –dijo Martino– que se preocupa profundamente por su pueblo y que se ha comprometido en la promoción y protección de los dos derechos esenciales: el de la vida y la dignidad humana.” Estas tres líneas bastaron para respaldar la jugada iniciada por Menem con la sanción del decreto 1404 el 7 de diciembre. Había cumplido. Lo recordó ayer en su discurso: “El 18 de octubre le aseguré al Santo Padre mi posición en defensa a la vida para combatir el crimen que es el aborto”.
No sólo desde el exterior llegó el respaldo. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Estanislao Karlic, había enviado a Menem una carta por el día contra el aborto. En ella Karlic “manifiesta mi profunda complacencia por la celebración”. Aunque breve, Karlic señala que la iniciativa “del gobierno argentino entraña defender la dignidad de la persona humana desde su concepción hasta la muerte”. Durante el acto, Martino también respaldó la actividad del criticado embajador argentino en la Santa Sede, Esteban Caselli. Lo hizo desde el palco, frente al color obispo que resplandecía esparcido en las primeras filas de la sala: llamó a Caselli “portavoz inteligente y activo del presidente Menem”.
Afuera, integrantes de distintas organizaciones de mujeres repudiaban con pancartas la posición antiabortista del gobierno. Entre los manifestantes estaban integrantes de ATEM, PCR, Mujeres Libres y el Foro por los Derechos Reproductivos. “Por una maternidad deseada y no obligada”, reclamaban las pancartas mientras un cordón policial iba cercando cada vez más el estrecho margen dejado a la protesta. “Estoy en contra de esta pelotudez que saca Menem hoy”, repetía Ana, autodefinida anarquista. Más cerca del teatro una anciana monologaba “por la falta de medios para los que sí tienen que abortar, o sea –seguía– que el pobre es el que se va a bancar todo”.
Pero no todas las mujeres están en contra:
–¿Por qué vino al acto?
–Para apoyar –respondió a este diario Claudia Rojas.
–¿Para apoyar qué?
–La re-reelección.
Claudia sinceramente, dijo, no le da importancia a las mujeres que piden la legalidad del aborto detrás suyo. Tiene demasiado con sostener su bandera de SUPE, petroleros. “Hay cosas más importantes –insiste la chica–, por ejemplo la re-re.” No está sola entre la tropa que apoya el acto. Hasta allí la llevaron también a doña Nora Abraham que, dice, “voy a todos los actos”. Por eso estuvo ayer: “Para apoyar al señor Menem”. El acto organizado por la Secretaría de Culto convocó –según fue mencionado en hojas impresas del programa– a representantes de iglesias ortodoxas, cristianas, del judaísmo y del Islam. Aunque no quedó impreso, cinco mujeres de la Escuela Científica Basilio –espiritista– dieron su presente “a pedido de la Secretaría de Culto”, explica Elba Cristian o mejor “la cantante Elba –y agrega–: me sacan siempre en las notas del Teatro Astral”.
A su turno Menem recogió el pañuelo, lo agradeció y repitió la necesidad de “convertirnos en heraldos de la cultura de la vida” contra “la culturadel egoísmo de considerar que un niño puede frustrar expectativas y condenarlo a muerte”. Dijo que hablaba “desde el corazón”.

OPINION
Por Liliana Chiernajowsky *
Por León Ferrari

 

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