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ENTREVISTA EXCLUSIVA A CARLOS SILVANI, TITULAR DE LA DGI-ADUANA
“Hay que subir el IVA al 25 por ciento a todo”

Ante la magnitud del déficit fiscal y la caída de la recaudación por la recesión, Silvani lanzó su idea. Quiere generalizar el IVA.

Carlos Silvani, como titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos maneja la DGI y la Aduana.
“Hay que generalizar el IVA a todos los bienes y servicios con una tasa del 25 por ciento”, propone.

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Por Roberto Navarro

t.gif (862 bytes) Hace pocos días Roque Fernández consiguió que los funcionarios del Fondo Monetario Internacional flexibilizaran las exigencias fiscales, permitiendo que el déficit de las cuentas públicas alcance un máximo de 4950 millones de pesos en 1999. Varios economistas, entre ellos el principal referente económico de la Alianza, José Luis Machinea, opinan que la recesión golpeará en la recaudación y que tampoco esas nuevas metas se podrán cumplir. Carlos Silvani, el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), encontró la solución para terminar con el déficit: “Hay que generalizar el IVA a todos los bienes y servicios con una tasa del 25 por ciento”, aseguró el recaudador en una entrevista exclusiva con Página/12.
La idea del funcionario es provocadora, entre otras razones, porque hace pocos meses el Congreso rechazó la propuesta de Economía de gravar con el 21 por ciento de IVA la televisión por cable y la medicina prepaga. Los legisladores aprobaron una tasa del 10,5 por ciento, y cuando el ejecutivo la vetó, comenzó la batalla legal que hoy tiene suspendido el IVA para las prepagas.
En un año electoral y con el Gobierno tratando de salir lo antes posible de una recesión que amenaza ser más profunda y extensa que la del Tequila, Silvani decidió cortarse solo con una propuesta que le asegura el rechazo de propios y extraños. La generalización del IVA con una tasa del 25 por ciento resultaría en una pérdida del poder adquisitivo de la población, que afectaría el consumo, profundizando la recesión. Pero el jefe de la AFIP piensa lo contrario.
–¿Qué necesita la AFIP para reducir la evasión impositiva y así reducir el déficit fiscal?
–Por un lado, hacen falta reformas legales que agilicen y hagan más efectivos los procedimientos. Además, dotar con más recursos a la administración, que se encuentra en un estado de relativa pobreza. Parece mentira pero, a veces, tenemos computadoras y nos falta el cable para enchufarlas. Pero lo principal sería una estructura fiscal más simple y eficiente.
–¿Cuál es su propuesta?
–Generalizar el IVA a todos los bienes y servicios con una tasa del 25 por ciento.
–Pero el IVA es un impuesto regresivo.
–Opinar así es ver sólo una parte de la película. La efectividad del sistema económico se mide mirando los ingresos y los egresos. Si el gasto es progresivo, el resultado final puede ser mejor teniendo una IVA alto. En Suecia, Dinamarca y Nueva Zelanda todos los bienes y servicios están gravados con un 25 por ciento y son países mucho más equitativos que Argentina. La verdadera injusticia es la que se hizo acá exceptuando a la medicina prepaga para dar un privilegio a los sectores más acomodados.
En los países que el funcionario puso como ejemplo, por su organización política, la recaudación impositiva está unificada. No existen impuestos provinciales, como Ingresos Brutos, que grava con un promedio del 6 por ciento a los bienes y servicios.
Si la propuesta de Silvani se llevara a cabo en los términos en que la plantea, se aplicaría el IVA del 25 por ciento al pan, la leche, el agua, los diarios, las revistas y los libros, algunos de los principales productos que están exceptuados del gravamen. La alícuota del IVA de la carne, la verdura y las frutas subiría 13 puntos.
La mayoría de los tributaristas coincide en que cuanto más alta es la tasa de los impuestos mayor es la tentación del contribuyente a evadirlos. El mismo Silvani afirmó a Página/12 que Chile es un ejemplo de eficacia en la administración tributaria y que una de las razones es que las tasas de los impuestos del país vecino son más bajas. Aún así el funcionario confía en que su idea sería la solución para el caso argentino.
–¿La generalización del IVA del 25 por ciento en un momento en que la gente manifiesta su insatisfacción por la ineficacia del Estado para cumplir con sus obligaciones en salud, educación, seguridad y justicia no alentaría una mayor evasión?
–La bronca o la insatisfacción de la gente son independientes del éxito en la recaudación. No es cierto que en una sociedad satisfecha se recauda mejor. La gente paga o no paga impuestos de acuerdo a la percepción que tenga del nivel de riesgo que asume. Le doy un ejemplo: los habitantes de Nueva York son muy buenos contribuyentes con el Estado Federal, que saben que es muy eficiente; pero evaden parte de sus obligaciones impositivas para con el Estado de Nueva York, que no tiene la misma eficacia en el control.

 


 

INSPECCIONES FISCALES EN SALONES DE FIESTAS Y SOBRE DECORADORES
Evaden hasta en las fiestas de quince

Por R.D.

t.gif (862 bytes) Sorpresas te da la vida, y la AFIP también. Al menos, eso es lo que deben haber pensado quienes contrataron en las últimas semanas los más cotizados salones de fiesta de Capital Federal y Gran Buenos Aires para agasajar a sus invitados, pero se encontraron que entre éstos se les coló media docena de inspectores fiscales. Más que los canapés, a los sabuesos los atrajo conocer quién había sido capaz de contratar una fiesta a un costo de 50 a 80 mil dólares, y si esa misma capacidad económica había sido puesta de manifiesto a la hora de declarar sus impuestos.
Los autoinvitados inspectores no se conformaron con averiguar la capacidad contributiva del agasajante: indagaron en el cumplimiento de las obligaciones previsionales y tributarias de la empresa contratada para prestar el servicio. Resultado: al fin de la recorrida, que demandó cuatro fines de semana, la AFIP se quedó con ajustes por gravámenes y aportes no declarados por 600 mil pesos y labró un acta de clausura (de 3 a 10 días) contra una prestigiosa firma de cattering, habitual prestadora del servicio al club más tradicional de la actividad hípica de la Argentina.
Un cuerpo de ocho inspectores de la AFIP visitó, cada viernes y sábado, los salones de fiestas de primer nivel de Barrio Norte, Recoleta, Palermo, Núñez, Belgrano y San Isidro a partir de mediados de febrero. Durante el operativo se verificó que el 40 por ciento de los mozos, maitres y asistentes que atendían a importantes personalidades del ámbito de la política, el deporte y el espectáculo invitados, no estaban declarados como empleados ni contratados y, por lo tanto, eran instrumento de una maniobra de evasión previsional. Por otra parte, se comprobó que varias de estas empresas de cattering no habían incorporado el sistema de controlador fiscal –emisión de facturas o tickets por máquinas inviolables–, exigible desde principios de año. En uno de estos casos, el de una firma de organización de eventos con actividad en la zona de San Isidro, se dispuso una clausura que la inhabilitará por un término de 3 a 10 días. La empresa en cuestión es la concesionaria del Jockey Club.
Otra manifestación de riqueza a la que la AFIP le apuntó sus dardos es el equipamiento de interiores, las refacciones de residencias y la decoración de parques y jardines. La investigación permitió detectar diversos casos de evasión, incluso mediante trabajosas maniobras con testaferros y transferencias bancarias apócrifas. Entre los involucrados, figuran profesionales prestigiosos que ofrecen sus servicios en medios especializados, y hasta los hijos de famosos personajes de la radio y la televisión. A partir de la publicidad en revistas de moda, los avisos en suplementos de countries y programas de TV por cable orientados a ese mismo público, se realizó un seguimiento de las empresas contratistas y de los propietarios que las contrataban. Así, se detectó el incumplimiento de las obligaciones tributarias en casos de prestigiosos profesionales, y otros pertenecientes a familias de afamadas figuras del periodismo televisivo y radial.
En muchos casos, se encontró que los profesionales no emitían factura o lo hacían por un valor inferior al efectivamente cobrado. En los mismos, se realizó el seguimiento de los cheques con que se abonó, descubriéndose que eran depositados en cuentas no declaradas al fisco. En otros, directamente se hacían figurar empresas “fantasma” que facturaban el servicio, inscriptas a ese solo efecto y con el obvio propósito de evadir impuestos. Según fuentes de la investigación fiscal, este mecanismo se está expandiendo como forma de ardid que sustituye al antes habitual mecanismo de facturas apócrifas (“truchas”). La evasión detectada en el impuesto a las Ganancias e IVA mediante estas maniobras superó los 500 mil pesos. Pero sólo en unos pocos casos. Se presume que en este rubro de actividad, la evasión podría alcanzar a cerca de 30 millones de pesos.

 

Algunos buenos consejos de un contador famoso

Enrique Fowler Newton es uno de los contadores más conocidos del país, especialmente de todos los alumnos que estudian en la Facultad de Ciencias Económicas. No hubo estudiante que no tuviera en sus manos su Manual de Contabilidad. En un e-mail enviado a Página/12, Fowler Newton expone las complicaciones que existen para realizar las presentaciones de Ganancias y Bienes Personales a partir de la semana próxima. Para aquellos que deben efectuar ese trámite resulta de utilidad las advertencias que expone el profesional:
“Faltando muy pocos días para el vencimiento general del impuesto a los Bienes Personales, la AFIP ha distribuido la versión 2.1 del software para la preparación de la correspondiente declaración jurada. En esta versión se abandona el insólito y ridículo requerimiento de que ciertas inversiones se discriminen por año de incorporación al patrimonio. Esto requería un trabajo que muchas veces era engorroso y que sólo servía para hacerle perder tiempo a los contribuyentes y a sus asesores impositivos.
Pese a esta “mejora”, la calidad del nuevo software es lamentable. Aunque parezca increíble, la declaración jurada que se obtiene e imprime con el programa muestra importes incorrectos en los incisos g y h del rubro 1, que corresponden a las acciones y a los títulos de deuda públicos y privados. Por suerte, el error no altera la valuación total de los bienes ni el impuesto determinado. A pesar de esta grosería, la AFIP exige que los contribuyentes que utilicen el software declaren que los datos contenidos en el formulario son “correctos”. Por otra parte, los inversores en acciones no deberán confiar en la tabla de valores que la AFIP incorporó en el nuevo software. Si lo hacen, es posible que vean multiplicada por mil la cotización de algunos papeles. Por ejemplo, cada acción de Acindar se tomará a 1.195 pesos y no a su verdadera cotización bursátil al 31 de diciembre de 1998 que era de un peso con 195 milésimos.
También hay problemas operativos que, comparados con los anteriores, pueden considerarse menores. ¿Hasta cuándo deberemos soportar la ineficacia de la AFIP?”


Todos los dardos a López Murphy

En el gabinete gozaron con el revuelo que produjo en la Alianza su idea de bajar 10% los salarios. Hasta los ortodoxos lo criticaron.

Ricardo López Murphy, economista radical de la Alianza y de FIEL.
Logró algo increíble: todos estuvieron de acuerdo en criticarlo.

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t.gif (862 bytes) La propuesta de rebajar 10 por ciento los salarios le reportó a Ricardo López Murphy una tupida cosecha de cardos. Fernando de la Rúa se apuró en aclarar que el hombre de FIEL “no será mi ministro de Economía”, dejándolo fuera de la carrera que hasta anteayer disputaba con José Luis Machinea y Adalberto Rodríguez Giavarini.
Desde la Alianza, Graciela Fernández Meijide, Rodolfo Terragno y Arnaldo Bocco también salieron a contestarle. “No hay peor cosa que un liberal asustado”, ironizó la candidata a gobernadora por Buenos Aires. En cuanto se conocieron las declaraciones de López Murphy, el equipo de campaña de De la Rúa le aconsejó que no titubeara en desligarse categóricamente. Las críticas al economista radical llegaron incluso desde quienes comparten su postura ideológica, como Roque Fernández, su ex número dos, Carlos Rodríguez, y Domingo Cavallo.
El tema fue comentado con sorna en la reunión de gabinete nacional. Carlos Menem introdujo la cuestión, señalando que López Murphy “parece más un técnico del FMI que un político en campaña”, mofándose del revuelo que causó en la Alianza. Roque se animó a insinuar una defensa, al afirmar que se trata del economista más “serio” de la oposición, pero luego, en conferencia de prensa, opinó que las expresiones de López Murphy fueron “desafortunadas”. “Por supuesto, no compartimos la idea de rebajar los salarios”, añadió. “Hizo un análisis equivocado de la devaluación en Brasil, ya que se la presenta como una opción, cuando en realidad refleja el fracaso de un país para tener ordenadas las finanzas públicas”, sostuvo el ministro.
Anteayer, De la Rúa y Carlos “Chacho” Alvarez emitieron un comunicado aclarando que las opiniones de López Murphy “no representan el pensamiento de la Alianza”. “Nosotros estamos con la obsesión de crear trabajo para todos los argentinos, de mejorar las condiciones de vida y la capacidad adquisitiva del salario”, insistió ayer el jefe de gobierno porteño, para que la onda expansiva de las sugerencias de López Murphy no lesionara su imagen política. “Aquí hay que mejorar la competitividad del país para aumentar las exportaciones –remarcó–, pero el grave error es pensar que eso debe ser a través del salario.”
El vapuleado economista intentó defenderse. “Lo que dije es que debemos mejorar las posibilidades de generación de empleo y de retener el que ya tenemos, y para eso debemos bajar todos nuestros costos y aumentar la productividad, además de bajar los índices de corrupción y de subsidios”, indicó López Murphy. “Si todo eso no alcanzara, si la opción fuera cerrar las empresas y causar desocupación, yo preferiría que los niveles salariales bajen”, subrayó.
En la Alianza buscaron ayer una interpretación política al “exabrupto” del economista. Allegados a De la Rúa consideraron que “López Murphy quiso instalar un tema de debate, para forzar definiciones de sus competidores por el sillón de jefe del Palacio de Hacienda, Machinea y Rodríguez Giavarini, pero calibró mal la bomba que tiraba”. En cambio, otros dijeron que “tiene una militancia política de 30 años en el radicalismo y no puede cometer semejante error”. La deducción fue que quiso reforzar su alianza con el sector que más lo respalda, el de los empresarios, pero que la jugada le salió mal.

 

OPINIONES

Por Raúl Dellatorre
Por Enrique M. Martínez

 

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