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Por José Natanson Un gabinete donde pesan los economistas, en sus variantes radical, cavallista y ortodoxa: ése es el perfil del equipo que Fernando de la Rúa aspira a concentrar en el Poder Ejecutivo desde el 10 de diciembre. Ayer el Presidente electo por primera vez desde las elecciones hizo las ofertas formales para los ministerios. La principal novedad fue el ofrecimiento a Juan José Llach para Educación. La segunda, a Ricardo López Murphy para Defensa. El día en el Hotel Panamericano estuvo teñido de un clima de anuncio inminente. Ayer a las diez de la mañana el jefe radical llegó al Hotel Panamericano junto a Héctor Lombardo, futuro ministro de Salud, y se instaló en las amplias habitaciones del piso 19. Arrancó con una larga reunión con Graciela Fernández y con Cecilia Felgueras. Los tres hablaron sobre los planes sociales, haciendo hincapié en el plan alimentario que piensan lanzar el 10 de diciembre. Cuando la reunión promediaba, el jefe radical le ofreció directamente a la diputada el ministerio de Acción Social. Graciela aceptó rápidamente. En una habitación contigua Jorge de la Rúa, hermano del presidente electo, continuaba dando los últimos retoques al organigrama final del Ejecutivo, que De la Rúa quiere tener listo para el lunes. Más tarde fue llegando el resto de los ministeriables. Ricardo Gil Lavedra subió rápidamente, evitando a los fotógrafos. En distintos momentos del día pasaron Rodolfo Terragno y Nicolás Gallo. También Llach. Aunque el ex viceministro de Domingo Cavallo todavía no dio el OK definitivo, en la Alianza todos descuentan que terminará aceptando. La designación de Llach en este área clave, para la que presionaron algunos amigos de De la Rúa como Fernando de Santibañes, podría generar problemas con los gremios docentes, con la conducción de la UBA y con buena parte del radicalismo (ver aparte). A la tarde fue el turno de la Cancillería. O de Adalberto Rodríguez Giavarini, que estuvo en el Panamericano alrededor de cuatro horas. Una de las prioridades de De la Rúa era la definición del futuro titular de la Cancillería, a la que el jefe radical quiere darle un tono económico. "Alguien que entienda el rol de las exportaciones", definía. El fin de semana pasado, el presidente electo había ofrecido ese lugar a Adalberto Rodríguez Giavarini, quien dijo que en principio no aceptaba. Ante la negativa del ex diputado, De la Rúa decidió, el jueves último, tentar a otro economista: así fue como López Murphy aceptó rápidamente convertirse en el sucesor de Guido Di Tella. Pero el esquema volvió a tambalear cuando Rodríguez Giavarini se comunicó telefónicamente con De la Rúa para darle el sí. Fue el día de los dos cancilleres. De la Rúa necesitaba encontrar un lugar para López Murphy. Una versión que circuló con fuerza indicó que el presidente electo le propuso al economista hacerse cargo de Infraestructura, un ministerio para el que Gallo era candidato puesto. La idea de De la Rúa era que Gallo, en quien el jefe radical deposita una confianza casi ciega, se convirtiera en titular de Defensa. Según esta versión, Gallo se habría enfurecido ante la posibilidad de ser desplazado de un ministerio que fue pensado a su imagen y semejanza. De la Rúa habría dado marcha atrás ante las protestas de Gallo y decidido dejarlo en su lugar. El presidente electo se reunió con López Murphy y le explicó pacientemente la situación. Le dijo que quería tenerlo cerca y le ofreció el único ministerio que todavía no estaba cerrado: el de Defensa. El economista de la liberal Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas aceptó. Por lo menos llegaba al gabinete. El diagrama comenzó a aclararse luego de estos encuentros. Dos dirigentes de máxima confianza del jefe radical aseguraron, ayer por la tarde, que el anuncio del gabinete era inminente. Pero finalmente se pospuso. La decisión obedeció a dos razones básicas. Una era que De la Rúa no quería anunciar sólo el nombre de sus ministros sino también el del resto de los cargos importantes --secretarios, embajadores más relevantes, titulares de los organismos descentralizados como el PAMI-- que aún no terminaron de definirse. Un ejemplo: Federico Storani, casi seguro ministro del Interior, ya tiene pensado el nombre del próximo secretario de Seguridad pero aún no tuvo oportunidad de consultarlo con De la Rúa. El otro motivo para suspender la presentación tiene que ver con la escenografía. Las idas y venidas de ayer terminaron dilatando los tiempos, que no alcanzaron para que el presidente electo anuncie personalmente a sus ministros en una conferencia de prensa prevista con bastante anticipación, de la que participarán todos los integrantes de su gabinete. Aunque aún no hubo una confirmación oficial, lo cierto es que De la Rúa decidió no pasar el fin de semana en su quinta de Pilar para quedarse trabajando en el Panamericano. La idea es realizar el anuncio a principios de la semana que viene. De todos modos, las definiciones de ayer se suman a una serie de nombres que ya estaban firmes y terminaron de definir el gabinete del próximo gobierno, que quedará integrado --salvo que se produzca algún movimiento de último momento-- de la siguiente manera: * Jefe de Gabinete: Rodolfo Terragno. * Economía: José Luis Machinea, secundado por Mario Vicens (secretario de Hacienda) y por Pablo Gerchunoff (jefe de asesores). * Interior: Federico Storani. * Infraestructura: Nicolás Gallo. * Defensa: Ricardo López Murphy. * Acción social: Graciela Fernández Meijide, secundada por Cecilia Felgueras como viceministra. * Salud: Héctor Lombardo. * Trabajo: Alberto Flamarique. Jorge Sappia será el secretario de Trabajo. * Educación: Juan José Llach. * Justicia: Ricardo Gil Lavedra. * Cancillería: Adalberto Rodríguez Giavarini. Pero estas no son las únicas designaciones importantes. Las cinco secretarías que dependerán directamente de presidencia también parecen definidas: * Secretaría General: Jorge de la Rúa. * Secretaría Legal y Técnica: Ernesto Marcer, actual procurador porteño. * Secretaría de Cultura y Comunicación: Darío Lopérfido. * Secretaría de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Productiva: Dante Caputo. Otra de las sorpresas de ayer fue la casi segura designación de Eduardo Capdevilla en la Secretaría de Inteligencia del Estado. Es cordobés, ex funcionario de Eduardo Angeloz y viejo conocido de Jorge de la Rúa. La última novedad, que aún no está confirmada, es la posibilidad de que otro cordobés, el ex gobernador Ramón Mestre, sea designado como interventor del PAMI, un cargo para el que también corría anoche el nombre de Víctor Savanti.
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