Por José Natanson
Luego de
decidir la intervención, la Alianza puso en marcha ayer la Unidad de Emergencia que
coordinará la ayuda del gobierno nacional a Corrientes. Anoche se reunieron los
representantes de cuatro ministerios -Interior, Infraestructura, Salud y Desarrollo
Social– para conversar sobre las primeras medidas: la refocalización de los planes
de empleo, la implementación de obras de pavimento y vivienda, la mejora de los
hospitales y el envío inmediato de 60 mil bolsones de comida. El encuentro se realizó
anoche en la sede que Interior tiene en la calle 25 de Mayo. El secretario de provincias,
Walter Ceballos, abrió la reunión con un panorama de la crítica situación
político-institucional del convulsionado distrito. Mientras Fernando de la Rúa
continuaba discutiendo con Federico Storani el nombre del interventor (ver página 5), los
funcionarios de las diferentes áreas dieron los primeros pasos en un plan de largo
alcance que apunta a generar las condiciones necesarias para rescatar a la provincia del
caos social y económico.La coincidencia general fue que la ayuda nunca será suficiente
si no se modifican sus canales de distribución. Los funcionarios aseguraron que los
aportes girados por el gobierno nacional pocas veces llegan a quienes realmente los
necesitan, consecuencia directa del clientelismo y la feudalización de la política
provincial. Acordaron buscar medios alternativos para canalizar los recursos: las
organizaciones no gubernamentales, la Cruz Roja, Caritas y otras instituciones
dependientes de la Iglesia serán algunos de los canales que podría utilizar el Estado
para refocalizar la ayuda.Una vez que llegaron a esta conclusión, los representantes de
las diferentes carteras expusieron los planes que piensan implementar en cada área.
Eduardo Bustelo, secretario de Políticas Sociales, detalló los primeros envíos de
emergencia que habían sido anunciados un par de horas antes por Graciela Fernández
Meijide. La ministra ordenó enviar 60 mil cajas de alimentos –provenientes del
Programa de Atención a la Desnutrición Infantil (PRAMI)– que serán distribuidos
por Caritas. Los camiones que partieron ayer llegarán a la capital correntina, a Goya y a
Santo Tomé, las tres ciudades en donde funcionan oficinas de la institución. Fernández
Meijide se comunicó con el arzobispo de Corrientes, monseñor Domingo Castaña, para
conversar sobre los detalles de la ayuda girada ayer.Los envíos de cajas de alimentos son
sólo el costado más inmediato del plan diseñado anoche, que se propone implementar
medidas de largo plazo. El secretario de Empleo, Horacio Viqueira, explicó que el
Ministerio de Trabajo refocalizará los planes Trabajar que ya están en marcha. Viqueira
aseguró que las primeras medidas apuntarán a modificar las entidades ejecutoras, que
podrían trasladarse a la Iglesia y las organizaciones no gubernamentales, y que el
objetivo final es reorientar los programas hacia los jefes y jefas de hogar. El flamante
secretario de Obras Públicas, Máximo Fioravanti, aseguró que trabaja en la aplicación
de planes de vivienda y la pavimentación de calles, dos iniciativas de realización
rápida y que contribuirían a generar fuentes de trabajo en el corto plazo.El secretario
de Asistencia Sanitaria, Armando Castillo, trazó un panorama de la situación de los
hospitales correntinos, cuyo personal tiene salarios atrasados, y aseguró que su
ministerio implementará medidas para la modernización.El encuentro duró una hora y
media y terminó pasadas las nueve de la noche. Los funcionarios acordaron reunirse
nuevamente hoy para seguir conversando. Posiblemente se sume un representante del
Ministerio de Economía y otro de Educación: los alumnos de Corrientes tuvieron menos de
dos meses de clases este año, aunque –por una decisión del gobierno
provincial– todos pasaron de grado.
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