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Por Fernando Cibeira y Santiago Rodríguez Bueno, Storani, creo que ya agotamos todas las posibilidades. Poco después del mediodía, Fernando de la Rúa le comunicó al ministro del Interior su decisión de intervenir Corrientes a cinco días de haber asumido la Presidencia. Atrás había quedado el deseo de buscar una solución correntina a la anárquica situación de la provincia, con dos gobernadores y jaqueada por los piquetes de estatales y docentes que no cobran desde hace cinco meses. El interventor que hasta anoche no estaba decidido llegará por un período de 6 meses prorrogables, con un mínimo de 90 millones de pesos ya aprobados por el Congreso 30 millones fueron girados y un plan de ayuda interministerial de emergencia (ver página 4). La propuesta se basa en que se han producido en esa provincia graves hechos de perturbación social, los cuales amenazan de modo inminente la estabilidad de su gobierno y el orden institucional de la misma, y cuyas consecuencias inmediatas afectarían seriamente los superiores intereses del Estado, justificó el Ejecutivo en los fundamentos del proyecto de intervención federal a los tres poderes de Corrientes que anoche fue aprobado por el Congreso. Storani junto con su segundo, el cordobés Carlos Becerra, y el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, llevaron el proyecto en mano. Luego se reunieron con el vicepresidente, Carlos Chacho Alvarez, los jefes de los bloques de senadores y con los legisladores de Corrientes para detallar el grave cuadro de situación que los había llevado a firmar la medida. La intención del Gobierno es encarar una importante reducción de gastos en la provincia de manera que Corrientes reduzca su déficit crónico de alrededor de 30 millones mensuales. Al salir del Senado, el ministro del Interior aseguró que el auxilio de la Nación llegaría a Corrientes pero que no permitirían que se les dé un uso político. Incluso, Storani habló de la necesidad que se acepte poner en marcha medidas previas a la remisión del dinero. Según uno de los funcionarios que participó de las reuniones que se sucedieron ayer en Gobierno, ese plan contemplaría:u sueldos: se implementaría un cronograma de pagos ante la imposibilidad de saldar de una sola vez la deuda con los empleados públicos. A diciembre, sólo en concepto de salarios, la deuda alcanza los 115 millones de pesos.u deuda: la intervención pondrá en marcha un refinanciamiento de la deuda que mantiene la provincia con sus proveedores. u prioridades: la idea es comenzar atendiendo las necesidades de los sectores carenciados. Para eso la prioridad para el pago de los sueldos la tendrán aquellos que perciben los salarios más bajos.u empleo público: se hará un relevamiento exhaustivo de la capacidad y tarea de los trabajadores estatales como paso previo a la implementación de un plan de ajuste. Con todo, en el Gobierno se resistían a hablar de despidos masivos y destacaban que la reducción sería selectiva. Vamos a terminar con las prebendas y los puestos políticos, prometían. A lo largo de su historia, Corrientes fue intervenida 17 veces, la última durante el gobierno de Carlos Menem. Justamente, el último interventor de Menem, el ex ministro radical Ideler Tonelli, fue al primero a quien De la Rúa le ofreció ayer el puesto. Pero, Tonelli, que primero dijo que sí, después consultó con la familia y respondió que mejor no repetía. Al cierre de esta edición, De la Rúa seguía reunido con sus colaboradores analizando los nombres para la intervención que será anunciado hoy temprano. Entre los candidatos figuraban los cordobeses Ramón Mestre y Mario Negri, el bonaerense Héctor Bertoncello, el tucumano Rodolfo Campero y el misionero Mario Losada. De acuerdo a la definición deun funcionario de Interior, el elegido tendría que reunir capacidad de administración probada y ninguna vinculación con Corrientes.La situación correntina marcó el ritmo de la jornada de ayer en la Casa de Gobierno. Apenas llegó a su oficina, a la mañana temprano, Storani subió al despacho de De la Rúa y juntos evaluaron el panorama. Las últimas negociaciones mostraron un situación de empate según graficaban en Interior entre los dos senadores autoproclamados gobernadores, el justicialista Hugo Perié y el liberal Carlos Tomasella. Como ninguno cedía posiciones sólo quedaba esperar el pronunciamiento por uno u otro del Superior Tribunal de Justicia correntino. Pero en el Gobierno consideraron que la coyuntura no daba para más. A los cortes de ruta que mantenían los piquetes de los manifestantes estatales en las rutas 12, a la altura del límite con Corrientes, y en la 14, en las cercanías de Monte Caseros, se había sumado una contraprotesta de los camioneros. Enojados porque no podían circular, los choferes cortaron las pocas rutas que permanecían despejadas con lo que nadie podía entrar o salir de la provincia ni siquiera a pie, y las consecuencias empezaban a afectar también al Chaco. Luego que De la Rúa decidiera intervenir, Storani se encerró con Becerra, el secretario de Provincias, el puntano Walter Ceballos, y el de Seguridad, Enrique Mathov, a redactar el proyecto de intervención. Por la noche, en Interior evaluaban positivamente la decisión que habían tomado. Con la intervención reafirmamos nuestra autoridad, aseguraban.
Las medidas del plan anticrisis OPINION
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