Propuesta impositiva

La reciente discusión acerca de la reducción del gasto público como consecuencia de la caída en la recaudación tributaria ha vuelto a colocar sobre el tapete la cuestión fiscal. En tal sentido, es obvio que sería mucho mejor incrementar recursos que disminuir gastos. Sin embargo, tal posibilidad aparece extremadamente complicada por la capacidad elusiva de algunos contribuyentes, la dificultad en incorporar otros nuevos al sistema o la resistencia a pagar más de quienes actualmente no evaden. Por tal motivo, creo que podría resultar útil analizar nuevas alternativas de mejora en la administración tributaria sin apartarse de los fundamentos del actual sistema. Así, por ejemplo, los sectores de ingresos altos tienen la posibilidad de deducir una serie de gastos más o menos importantes de su contribución al impuesto a las Ganancias (familiares a cargo, servicios médicos, seguros, inversiones, etc.). En las actuales circunstancias, podría avanzarse con esa misma idea permitiendo a quienes no alcanzan ese nivel de ingresos “deducir” de los impuestos que pagan (IVA, básicamente, pero también contribuciones a la seguridad social) el costo de algunos de los servicios que utilizan, como aranceles hospitalarios, comedores escolares, tasas por la emisión de documentación personal, etc.. De este modo, las personas con ingresos por debajo de cierto límite podrían abonar esos servicios o tasas mediante la presentación de facturas que acreditaran las correspondientes retenciones o pagos tributarios. Ello requeriría de un mecanismo de “clearing” entre las jurisdicciones prestadoras de los servicios y el Estado nacional. Este diseño permitiría no sólo una política tributaria más equitativa, sino también incorporar a la ciudadanía al control de la evasión mediante un mecanismo que distribuyera “premios” legítimos con un costo fiscal nulo o despreciable.

José E. Casanova
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