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Gracias
por el fuego
Por Maximiliano Montenegro
No es el país en llamas del 89.
Sin embargo, el Presidente Menem dejará un reguero de mechas encendidas,
que su sucesor deberá apagar para evitar una explosión.
Las marchas, paros, manifestaciones y cortes de ruta de las últimas
semanas pueden asociarse a conflictos puntuales, como ser el lockout de
los camioneros en protesta del impuesto docente. Pero en el fondo marcan
la temperatura social de una economía sumergida en la mayor recesión
de la década, con desempleo en alza, recortes salariales, altísimo
endeudamiento en dólares, un alarmante rojo en las cuentas externas
y el resurgimiento de presiones sobre el tipo de cambio. Para colmo, en
el marco de la contienda electoral más peleada desde 1983, nadie
podrá apartarse de la senda del ajuste, porque las cuentas fiscales
no cierran en línea con las metas del FMI.
No hay mejor prueba del espanto que provoca en los inversores esta Argentina
del ocaso menemista que la fuga de capitales que siguió a la venta
de YPF a Repsol. El gobierno trató de disimularlo. Pero, durante
una selecta reunión con banqueros, Miguel Angel Broda lo explicó
así: de los 1500 millones de dólares en efectivo que recibieron
los tenedores locales de acciones de YPF por la venta de la compañía,
sólo 68 millones quedaron depositados en el sistema financiero
local. El resto se fugaron hacia plazas más seguras.
Cash revela el incierto panorama que describen de la Argentina los principales
bancos de inversión y consultores de la city, en encuentros reservados,
informes y conferencias telefónicas con financistas. En su visión,
el nuevo gobierno recibirá un plan económico en la encrucijada.
Por los siguientes motivos:
- La gran recesión. En el 99 se espera una
caída del PBI superior a la de la crisis del Tequila. Broda estima
para este año una contracción del PBI del 3,6 por ciento,
mientras que en el 95 la economía se encogió, según
las nuevas cuentas nacionales, 2,8 por ciento.
- La recesión actual no sólo es más
profunda que la del Tequila sino que es más costosa y la salida
será mucho más lenta. Broda estima que recién en
el segundo trimestre del año 2001, después de un año
y medio de mandato del sucesor de Menem, se alcanzará el nivel
de producto generado entre abril y mayo del 98.
- Así, se tardarán 2 años y 9 meses
para recuperar el nivel de actividad perdido. En cambio, durante el
Tequila, para alcanzar el nivel de actividad previo a la crisis (último
trimestre del 94) se tardó sólo un año y medio.
- A causa de la recesión actual se perderán
26.498 millones de dólares de producto, o sea, del trabajo de
los argentinos. Mientras que por el tequila se perdió menos de
la mitad: 12.245 millones de dólares de PBI.
- El peso de la deuda. Argentina recibirá el milenio
con una magnitud inédita de endeudamiento público y privado:
259.400 millones de dólares, una cifra apenas inferior al PBI.
El 83 por ciento de dicha deuda, más de 215 mil millones, es
en dólares, lo que da una idea del descalabro que provocaría
la devaluación del peso. En parte, semejante endeudamiento es
la contracara de una economía que vivió de prestado del
capital extranjero (ver aparte).
- Unos 133 mil millones (casi el 90 por ciento en dólares)
corresponden al endeudamiento público, entre Nación y
provincias. Sólo durante el segundo mandato de Menem (95/99),
la deuda pública del gobierno nacional aumentó en 39.739
millones de dólares. Este año, la deuda pública
aumentará en 8200 millones. Pero hubiera crecido más de
12 mil millones si no fuera por la venta de YPF, la última joya
de la abuela, y por el hecho fortuito dela caída en la cotización
del euro, lo cual licuó deuda contraída en dicha moneda.
- Hiperdesocupación. El miércoles se anunciará
la tasa de desempleo de mayo que, según los cálculos previos
del INdEC, se ubicará entre 14,2 y 14,4 por ciento, frente al
12,4 por ciento de octubre pasado. Ello supone la destrucción
de más de 200 mil puestos de trabajo en los últimos seis
meses. Para octubre, el mes de las elecciones, los consultores aseguran
que la desocupación podría llegar fácilmente
al 17 por ciento.
- Descontento social. Los indicadores de conflictividad
social muestran también un abrupto salto. Según las mediciones
de Tendencias Económicas, entre junio del 99 y junio del
año pasado, el número de despidos se multiplicó
por cuatro, las suspensiones por 50, y los anuncios de huelgas por 15.
- Cada vez en más reportes de bancos y consultoras
de la city se puede encontrar un cuadro que detalla la creciente desigualdad
en la distribución del ingreso y la acelerada pérdida
de poder adquisitivo de los sectores bajos y medios para explicar el
malhumor social. Así, desde octubre del 94, el ingreso
real del ochenta por ciento de la población cayó, aunque
en diversas proporciones: por ejemplo, para el décimo más
pobre la pérdida del poder de compra fue del 21 por ciento, mientras
que para la clase media baja fue del 8 y para la clase media del 4 por
ciento.
- Sólo el quinto más rico de la población
se salvó de esta tendencia. Pero, incluso, el selecto club del
10 por ciento más acaudalado de la población aumentó
su ingreso real en un 5 por ciento.
- El ajuste eterno. Para los analistas, el déficit
fiscal cerrará este año arriba de los 6500 millones contra
los 5 mil millones acordados con el FMI. Sólo gracias al ingreso
de fondos por la concesión del sistema de telefonía celular
PCS, y algún maquillaje contable, podría achicarse el
rojo a 5.500 millones. Entonces, no habría inconvenientes para
conseguir otro waiver (perdón) del FMI, quien se juega en la
supervivencia de la Convertibilidad lo que queda de su maltrecha reputación.
Pero, aún así, la señal de otro incumplimiento
fiscal llegará a los mercados, lo que obligará al próximo
gobierno a debutar con más ajuste.
- Según Rosendo Fraga, el analista político
predilecto de los inversores, varios gobernadores quieren adelantar
lo más posible las elecciones porque saben que no tienen con
qué pagar los salarios públicos del último trimestre.
La caída de la recaudación redujo fuerte los fondos
coparticipados y, tarde o temprano, las provincias deberán realizar
un ajuste en el empleo público, lo que complicará todavía
más el problema de la desocupación, explica Ricardo
López Murphy a los brokers de la city.
- Peso bajo presión. Como dijo Guillermo Calvo,
Argentina es vista hoy por los inversores como el único
país de Latinoamérica que todavía no devaluó.
Antes, Argentina trataba de diferenciarse del resto de los países
de la región a los ojos de los inversores, hoy es al revés
(ver aparte).
- Según Broda, el llamado riesgo cambiario
se duplicó en los últimos dos meses. Aunque las reversas
cayeron levemente, se ensanchó la brecha de tasas entre depósitos
en pesos y en dólares, así como también el spread
entre las tasas de bonos locales y los del Tesoro norteamericano.
- Más simple, el banco JP Morgan advierte que
el dólar a futuro (un año) está tocando niveles
récord: hoy cotiza a 1,1 peso.
- Hay quienes asocian esta tendencia al riesgo electoral
y ejemplifican con las polémicas declaraciones de Eduardo Duhalde
y Fernando de la Rúa sobre la deuda externa. La mayoría
sostiene que el verdadero riesgo de la Argentina está, más
allá de las elecciones, en las tendencias mencionadas más
arriba.
- Así, sin siquiera considerar el proceso electoral,
los consultores del sistema financiero brasileño consideran inexorable
una devaluación en Argentina y hoy hacen negocios intermediando
contra el peso. En público, Winston Fristch, ex colaborador de
Cardoso y actual presidente del Dresdner Bank do Brasil, dijo esta semana
en ABA que Argentina debería ir a un sistema de flotación
del tipo de cambio.
Si el triunfador de octubre llegara a diciembre
del 2000 con la paridad fija 1 peso igual a 1 dólar, para justificar
la persistencia del desempleo, la necesidad de más ajuste y el
descontento social, es probable que recurra al argumento favorito de su
precesor, aunque con una pequeña variante: Me dejaron un
país casi en llamas.
La
herencia de Menem al próximo gobierno |
26.500
millones de dólares en producto, o sea de trabajo de los
argentinos, se perderán durante la actual recesión.
Es más del doble que en el Tequila.
33
meses es lo que se tardará para recuperar el nivel de actividad
de abril/mayo del 98.
2001
Recién a mediados de ese año, un año y medio
después de asumido el sucesor de Menem, la economía
recuperará el nivel de PBI de 1998.
259.000 millones
es la inédita cifra de endeudamiento público y privado
de la economía argentina. El 83 por ciento de dicha deuda
es en dólares.
68
millones de dólares es lo que fue depositado en el sistema
financiero local, de los 1500 millones que recibieron por la venta
de YPF los tenedores locales de acciones.
17 por
ciento sería la tasa de desocupación en octubre, el
mes de las elecciones presidenciales.
200.000
puestos de trabajo fueron destruidos sólo en los últimos
seis meses. En el último año, las suspensiones se
multiplicaron por 50 y los anuncios de huelga por 15.
21
por ciento es lo que cayó el ingreso real del sector más
pobre de la población en los últimos cuatro años.
6.500
millones sería el déficit fiscal de este año,
lo que requeriría nuevos ajustes para alcanzar los 5000 millones
acordados con el FMI.
1,1 peso
por cada dólar es la cotización cambiaria a un año
con que se manejan hoy los bancos de inversión. Es un récord
y marca el aumento del riesgo de devaluación.
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Los inversores
desconfían del peso
Brasil no es Argentina
Cuando estalló la crisis del Tequila, allá
por diciembre de 1994, los integrantes del equipo económico, conducido
por Domingo Cavallo, intentaron persuadir a los inversores de que mantuvieran
su fondos en el país con el eslogan Argentina no es México,
que repetían una y otra vez. Sonaba ridículo al lego en
economía, pero era una señal clara para los capitales. Esa
estrategia de diferenciación no alcanzó para evitar la fuga
masiva de capitales y una profunda recesión, pero sirvió
para mantener la paridad fija con el dólar. Cuando la crisis se
trasladó a Brasil, los hombres de Roque Fernández desempolvaron
la fórmula: Argentina no es Brasil, argumentaron. Hoy,
en cambio, son México y Brasil los que se despegan de Argentina:
- Desde el 10 de mayo, el riesgo país de Argentina
aumentó más que en México e incluso que en Brasil.
- Los inversores miran hoy a la Convertibilidad como un caso extraño
en un mundo devaluado. Para colmo, el gobierno mexicano y el brasileño
resaltan las bondades de la flotación cambiaria. Para demostrarlo,
comparan con Argentina: frente a la crisis, Brasil está saliendo
más rápido de la recesión, mientras que la economía
mexicana ni siquiera se contrajo.
- Pero es el rojo de las cuentas externas lo que más preocupa
a los inversores. Este año, el déficit de cuenta corriente
(balanza comercial más pago de intereses de la deuda) será
récord: 5,2 por ciento del PBI, muy por encima de la línea
roja del 4 por ciento que pone en alerta a los brokers. Semejante desequilibrio
contrasta el 2,9 por ciento de México y el 3,5 por ciento de
Brasil.
- De otro modo: Argentina necesitará 15 mil millones de dólares
de endeudamiento externo, entre público y privado, para no tener
presiones sobre el tipo de cambio. Junto al año pasado, es el
mayor déficit de cuenta corriente desde el inicio de la Convertibilidad.
Pero con una gran diferencia: el año pasado la economía
creció casi 4 por ciento, empujando las importaciones y el déficit
comercial. Hoy, en cambio, la economía está en recesión
y las importaciones se achican, pero como las exportaciones también
caen, se necesita el mismo nivel de deuda para mantener a salvo al peso.
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