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Examen de
Machinea y Remes Lenicov en Nueva York
Aprobaron con cuatro
Los referentes económicos de la Alianza
y el duhaldismo no desentonaron en Wall Street. Pero los inversores aún
temen que la recesión se prolongue durante casi todo el próximo
año.
Por Claudio Zlotnik
La excursión a Nueva York de Roque Fernández
y de los candidatos a sucederlo en el Palacio de Hacienda sirvió
para despejar fantasmas. Los economistas no dudaron en encolumnarse tras
el plan de convertibilidad y el duhaldista Jorge Remes Lenicov dijo que
el candidato no había querido decir lo que había dicho sobre
la deuda externa. Pero, tras los aplausos de rigor, en Wall Street continúan
las dudas sobre la marcha de la economía argentina. Y pasará
largo rato para que las expectativas de los financistas peguen un vuelco
y la confianza retorne.
Para los financistas, la visita de Roque, Lenicov, José Luis Machinea
y de Adolfo Sturzenegger no deparó sorpresas. Pero tampoco llevó
certezas sobre los próximos pasos de la economía. Los inversores
dan por seguro que, en materia económica, este año ya está
perdido. Y plantean reparos a lo que pueda acontecer en el 2000, a pesar
del panorama prometedor que, a puertas cerradas, les pintaron los economistas.
Para los banqueros e inversores, lo peor del ciclo recesivo todavía
no ha llegado, y señalan el período que va desde el momento
de las elecciones hasta que asuma el nuevo gobierno como el tramo más
traumático.
Algo similar vislumbran los empresarios. En la intimidad confiesan sus
temores a que la recesión se prolongue durante buena parte del
próximo año. De hecho, en varias compañías
líderes ya pospusieron los programas de inversiones para el 2000,
como en el caso de una de las más importantes constructoras, cuyo
directorio acaba de poner en el freezer sus planes de expansión.
Los hombres de negocios aprovechan cada contacto con la Casa Rosada y
los ministerios para reclamar acción, pero en los despachos se
encuentran con funcionarios que, básicamente, están pendientes
del calendario.
Esta realidad no pasa desapercibida en la city. Los activos argentinos
se han convertido en los menos atractivos de la región, y los inversores
internacionales prefieren posicionarse en acciones y bonos de Brasil y
México, por ejemplo. Los números de la Bolsa no mienten:
durante la semana que pasó, el volumen de negocios de cada rueda
rara vez sobrepasó los 15 millones de pesos, la tercera parte de
lo que se operaba aun en los momentos de turbulencias en los mercados
internacionales.
De reojo, los inversores no pierden de vista lo que sucede con la economía
de Estados Unidos. Los últimos datos apuntan que la expansión
económica del segundo trimestre resultó inferior a la esperada
aunque, paradójicamente, se ha detectado un súbito incremento
de los costos salariales, lo que podría desembocar en presiones
inflacionarias. Al respecto, Alan Greenspan, presidente de la Reserva
Federal (banca central estadounidense), volvió a ser taxativo:
no dudará en subir la tasa de interés para prevenir un brote
inflacionario. De concretarse, la acción de Greenspan va a redundar
en otro golpe para los activos argentinos. Las buenas noticias escasean
en el microcentro.
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