Un empleado afiliado desde el inicio del régimen a una
AFJP que cobra una comisión promedio del sistema, por cada
100 pesos que aportó, hoy sólo tiene 85.
Si
hubiera colocado sus aportes en un simple plazo fijo, tendría
118 pesos.
Gracias
a las impresionante concentración que se produjo en los
últimos años y a la pasividad oficial, las AFJP
cobran comisiones exorbitantes.
Más
de la mitad de los trabajores no optan por una AFJP y entonces
el Estado les asigna automáticamente una. Si el Estado
se preocupara por los trabajadores, adjudicando a los indecisos
a las AFJP más baratas, la comisiones descenderían
un 10 por ciento y se ahorrarían 100 millones de pesos
anuales.