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DES economías

Por Julio Nudler


Mientras en la Argentina las noticias económicas son una más deprimente que la otra, como el anuncio de que el Producto cayó un 4,5 por ciento en el segundo trimestre, en el mundo está pasando exactamente lo opuesto. En Estados Unidos, que vive una prolongada prosperidad, se preocupan porque la economía se desaceleró al 2,3 por ciento en el segundo trimestre. Los tres mayores países del club del euro –Alemania, Francia e Italia– están creciendo, y con semejante locomotora no hay dudas de que remolcarán al resto. No es novedad ya, por otro lado, que los tigres asiáticos salieron de su torpor, y que de este impulso se contagiará Japón tarde o temprano. Sería ya difícil echarle la culpa a la recesión mundial por la penosa performance argentina.
La nueva explicación de la caída es, según dicen a coro los economistas, el acrecido déficit fiscal y la incertidumbre electoral. Como la principal causa del déficit es la recesión misma, no se sabe por cuál de las dos puntas empezar. Tampoco es posible cancelar las elecciones, de modo que a nadie se le ocurre una solución. A falta de ésta, se proponen algunas fórmulas fantásticas. Una consiste en la convertibilidad fiscal (que ya tiene media sanción), enunciación de metas de ajuste imposibles de cumplir. La inminente ley apela al poder del verbo, esperando que la promesa baste para ablandar a los mercados, bajar las tasas de interés y reiniciar el ingreso de capitales.
Otros, en la misma línea y con la misma ilusión, proponen un ajuste feroz, al estilo López Murphy, para provocar un brote de confianza hacia la Argentina. En el fondo, todos piensan que enunciar este propósito bastará para amansar a las fieras, y sin el menor arrebol se anotan en la interpretación más ortodoxa y liberal de esta crisis. Para los economistas de De la Rúa y de Duhalde, las otras ideas, las cuestionadoras, son adecuadas para las buenas horas, las sobremesas de cigarro y los atardeceres en el cenador. Pero cuando hay crisis, nada mejor que los viejos manuales y las rancias recetas importadas de Chicago.