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Cómo
espera la city el Y2K
Fuga hacia el 2000
Los financistas están inquietos. Recesión, elecciones
y retracción
de capitales no es todo. Tienen miedo al caos informático del 2000.
Esperan retiros de por los menos el 5 por ciento de los depósitos.
Por Claudio Zlotnik
El siglo XX se despide en medio de turbulencias. La recesión económica,
una de las más profundas de la historia argentina, ya provocó
un nuevo pico en el nivel de desempleo. La crisis financiera internacional
ha quedado atrás; pese a ello, los activos argentinos no atraen
a los inversores extranjeros. La caída del nivel de actividad y
el proceso electoral están alimentando las dudas de los financistas
sobre la convertibilidad. La incertidumbre es lo que define el actual
panorama. En este marco, el sistema bancario es el único nicho
que quedó a salvo del vendaval. Pero no puede cantar victoria:
las últimas horas de este siglo lo colocará bajo amenaza.
Bajo la supervisión del Banco Central, las entidades financieras
tienen todo preparado para enfrentar el riesgo informático del
2000. Con la única excepción del Nación, los demás
bancos superaron las pruebas organizadas por Pedro Pou, titular del BC.
En la entidad monetaria trabajan a toda marcha para superar sin problemas
informáticos el cambio de siglo.
Va a pasar lo mismo que con el eclipse. Nadie creyó que el
mundo iba a explotar pero, por las dudas, la noche anterior mucha gente
rezó, admitió un banquero. Por ese motivo, en la city
están tomando previsiones para enfrentar el denominado Problema
del 2000 (Y2K, en inglés).
Por lo pronto, Pou pondrá a disposición de los bancos dinero
en efectivo adicional. El Central calcula que durante el último
mes del año los ahorristas, temerosos de que fallas en los sistemas
les jueguen una mala pasada con sus capitales, demandarán más
billetes que de costumbre. Se estima que las extracciones de cajas de
ahorro triplicarán a las habituales, en un mes en el cual, estacionalmente,
la circulación de billetes suele ser mayor que durante el resto
del año. En cuanto a los depósitos a plazos, en el Central
conjeturan que la demanda treparía a 4000 millones, entre pesos
y dólares, el 5 por ciento del total.
En todo caso, las autoridades monetarias descartan que vaya a producirse
un temblor en el sistema. Y apuntan que si la salida de colocaciones fuera
mayor a la estimada, no dudarán en echar mano a los fondos que
las propias entidades tienen depositados en el extranjero como requisitos
mínimos de liquidez.
Pero los efectos del Problema del 2000 no se limitan al plano
interno. Así como los gerentes de las compañías líderes,
los bancos y de las AFJP ya postergaron sus vacaciones para después
de la primera semana de enero, los brokers desestiman cualquier posibilidad
de invertir antes de que el calendario reciba al nuevo siglo. Los economistas
de la Alianza y el duhaldismo no desconocen esa realidad. Saben que durante
el primer mes de gestión al frente del Palacio de Hacienda tendrán
que ponerle el pecho al pánico que podrían despertar las
computadoras.
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