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El
Dow Jones bajó 1000 puntos
En línea con Wall Street
Un frío sudor ha empezado
a recorrer la espalda de los financistas.
El fantasma tan temido la caída de la Bolsa de Nueva York
parece
que se ha presentado. En ese caso, se demoraría el fin de la recesión.
Por Claudio Zlotnik
Los financistas temen lo peor. El miedo es que, después
de dos años de predicciones fallidas, esta vez sí estén
en presencia de un fuerte ajuste en Wall Street. Como nunca desde que
empezó la crisis financiera internacional, la Bolsa de Nueva York
se muestra errática y susceptible ya no sólo frente a las
palabras de Alan Greenspan .-el presidente de la Reserva Federal (banca
central estadounidense) sino a lo que también pueda opinar
el titular de alguna compañía importante, por ejemplo. El
debate que se instaló en Nueva York ya no remite a nuevos records
sino a cuál será el piso de la corrección. Los inversores
locales, en tanto, están nerviosos. A un mes de las elecciones,
en la city piensan que se ha abierto un nuevo frente de tormenta. Y que
un terremoto bursátil en Wall Street podría hacer trastabillar
al próximo Gobierno en sus primeros pasos.
Los sacudones y las incógnitas sobre lo que vaya a pasar en Nueva
York llegan justo cuando en la city sacaban cuentas acerca de la salida
del ciclo recesivo. La confianza de los inversores internacionales viene
retornando lentamente, apoyada en las encuestas que dan por descontado
el triunfo de Fernando De la Rúa. En los hechos, la mayor certidumbre
se nota en la progresión de los títulos públicos.
Después de tocar valores mínimos cuando Eduardo Duhalde
puso en duda el repago de la deuda externa, el precio de los bonos ha
recuperado gran parte del terreno perdido.
El repunte de los títulos públicos es la contrapartida de
una caída en las tasas de interés y, con ésta, el
consecuente abaratamiento del financiamiento externo. Por ahora, la caída
del Dow Jones perdió 1000 puntos en lo que va de setiembre
no interrumpió la escalada de los bonos. Pero en la city no pierden
de vista que una fuerte corrección en la plaza más importante
del mundo perturbará a la Argentina, demorando la recuperación
de su economía.
Ante ese escenario, los inversores extranjeros siguen sin tener en cuenta
a los mercados emergentes. Durante la última semana, el flujo de
dinero de los principales fondos de inversión estadounidenses a
los emergentes volvió a ser negativo, por duodécima semana
consecutiva. Y todo indica que, ante un derrape en Wall Street, la tendencia
va a acentuarse.
A un mes de las elecciones, las empresas toman sus precauciones. Algunas
líderes extranjeras, por caso, recibieron la orden desde sus casas
matrices de posicionarse en dólares para aventar cualquier riesgo
cambiario. Los ahorristas también se muestran precavidos. A pesar
de que los candidatos descartaron la posibilidad de una devaluación,
los depósitos a plazo fijo en pesos bajan a favor de las colocaciones
dolarizadas. En lo que va del mes, 300 millones de depósitos a
plazo fijo se pasaron de pesos a dólares. Y la dolarización
de las colocaciones ya alcanza al 74 por ciento del total.
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