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Por
M. Fernández López
Economía
matemática
El siglo se va y es momento de balances, no menos en la economía
que en otros ámbitos. La historia de la economía matemática
fue periodizada por Arrow e Intriligator según la técnica
matemática utilizada: Primer período, de Cournot a Samuelson
(1838-1947), con uso de cálculo infinitesimal; segundo, de Dantzig
a Gale (1947-60), con uso de modelos lineales y teoría de conjuntos;
y de allí en adelante, con integración de los instrumentos
citados. El siglo comenzó con el empleo del cálculo infinitesimal,
en cuya potencialidad para hacer avanzar la ciencia económica y
unificar la proliferación de tendencias, Marshall y otros depositaron
esperanzas ilimitadas. Pero la herramienta tenía sus limitaciones:
no podía manejar discontinuidades, ni condiciones de no negatividad,
y las soluciones que obtenía tenían sólo validez
en pequeñas áreas y no en la totalidad del problema. El
año 1937 marcó un quiebre, al introducir von Neumann la
matemática de conjuntos convexos y la topología en la solución
de un modelo económico. Esta matemática aumentó notablemente
el alcance de los enunciados económicos y, a la vez que hizo más
difícil el acceso del economista a esas técnicas, hizo propicio
el intercambio con matemáticos y su incorporación a la investigación
económica. En la Argentina el mensaje neoclásico fue ignorado
durante largas décadas, y en su lugar florecieron la economía
nacionalista, el historicismo y el socialismo de Estado. Recién
en 1918 se enseñan las obras de Walras, Pareto y Osorio, por obra
de L.R. Gondra y H. Broggi. En 1941 se publica el trabajo de J. Barral
Souto, que anticipa el enfoque de programación lineal. El enfoque
de Arrow y Debreu aparece en la tesis doctoral de Rolf R. Mantel, Hacia
una prueba constructiva de la existencia de equilibrio en una economía
competitiva (1968). Lo más reciente y más avanzado
se encuentra en la reformulación de la teoría económica
a través de las funciones distribucionales de Schwarz, encarada
por el profesor Julio H. G. Olivera desde 1984 en los trabajos: Producción
y tiempo: teoría distribucional, Conjuntos de producción
distribucionales, Conjuntos de consumo distribucionales,
Economías distribucionales, Economías
distribucionales y puntos fijos grassmannianos, Economías
distribucionales con un continuo de agentes, El enfoque distribucional
de los hechos económicos.
Gunnar
Myrdal
Hace
poco se conmemoró el centenario del nacimiento de Gunnar Myrdal.
Aunque los economistas coronaron su labor pública otorgándole
el Premio Nobel en Economía 1975, no sería justo para él
calificarlo sólo como un gran economista, pues en medida no menor
incursionó en el conocimiento de las sociedades y sus organizaciones
políticas. Pocos, como él, hicieron tanto para entender
las raíces de la segregación racial y de la pobreza. Su
primer libro, que aún se publica y se lee, fue El Elemento Político
en el Desarrollo de la Teoría Económica (1929). En 1925-30
viajó y estudió en Alemania, Inglaterra y EE.UU. En 1933
fue nombrado profesor en la Universidad de Estocolmo y en 1934 fue elegido
senador por el Partido Socialdemócrata. En 1938 comenzó
a estudiar el problema del negro en Estados Unidos, cuyos resultados publicó
en Un dilema americano (1944). En 1942 fue reelecto senador. Ministro
de Comercio de Suecia en 1945, renunció en 1947 para asumir como
Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica de las Naciones
Unidas para Europa, cargo que dejó en 1957 para dirigir un estudio
de tendencias y políticas económicas de los países
de Asia Meridional, que culminó en Drama Asiático. Investigación
sobre la pobreza de las naciones y El desafío a la pobreza mundial.
Proyecto de un Programa Mundial contra la Pobreza. En 1961 fundó
el Instituto de EstudiosEconómicos Internacionales en la Universidad
de Estocolmo. Fue director del consejo del Instituto de Investigaciones
sobre la Paz Internacional. También presidió el consejo
del Instituto Latinoamericano de Estocolmo. Recibió más
de treinta nombramientos honorarios, el primero de Harvard en 1938. Recibió
numerosos premios, uno de ellos de la Sociedad de Antropología
Aplicada. Era miembro de la Academia Británica, la Academia Americana
de Artes y Ciencias, la Academia Real Sueca de Ciencias, la Sociedad Econométrica
y la Asociación Económica Americana. Aconsejaba a los economistas
jóvenes de los países subdesarrollados ocuparse de
aquello que es verdaderamente práctico y útil dentro de
nuestra tradición y proceder entonces a elaborar su propia teoría
que se adapte a sus problemas y a los gobiernos otorgar la
más alta prioridad al establecimiento de escuelas y universidades
que permitan la capacitación de científicos y desarrollar
la investigación científica en todos los campos.
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