Suma cero

El acertijo
Un sastre corta cada minuto un metro de una tela que mide diez metros.
¿Cuánto tarda en tenerla completamente cortada?
Solución

El personaje
Alan Greenspan, el tío malo del mercado bursátil, se ganó el traje de banquero más poderoso del mundo al definir la suerte de los inversores con sus decisiones de subir o bajar la tasa de interés. El martes pasado tuvo en vilo a los financistas hasta que la FED (banca central de Estados Unidos), entidad que preside, anunció que no tocará la tasa. Incluso son famosas sus advertencias sobre la “exuberancia irracional” del Dow Jones. Pero hasta ahora, la sintonía fina que demostró para manejar la política monetaria sin afectar el espectacular ciclo de crecimiento de la primera potencia económica no la tiene para sus finanzas personales. Su de-claración patrimonial anual muestra la evolución de su fortuna. Y el saldo no es muy alentador. El Financial Times reveló que el valor de la cartera de inversiones del titular de la FED bajó del rango de los 3,4-7,7 millones de dólares en 1997 al de 2,5-6,4 millones en 1998. Como muestra de su independencia y honestidad, la mayor parte de su dinero está en Letras del Tesoro de corto plazo, que con tasas bajas no rinden tanto como las acciones y bonos. Y Greenspan es justamente quien decide el nivel de la tasa.

Que no se diga
Necrológica. Nadie está exento. Ni Akio Morita, cofundador de Sony, que falleció el domingo pasado en Tokio, ni el diario La Nación, que vio convertida la nota necrológica que dedicó al ilustre japonés en un auténtico bochorno. El artículo ocupa toda una columna en la página 2 del suplemento de Economía & Negocios del lunes 4. En lo alto, una foto riente del empresario, como si éste estuviera leyendo la firma que figura en negrita al pie: Ochinito Likidara. La travesura, de autor aún no identificado, obligó a la consternada conducción del diario, que cultiva una imagen de extrema seriedad, a deshacerse en disculpas y explicaciones ante los indignados representantes de la firma nipona.

La posta
Se hizo la luz. Hasta de las peores experiencias se adquiere un aprendizaje. Si no, que lo digan en Edesur. Tras el mayúsculo escándalo del apagón de febrero, la concesionaria antes en manos chilenas y ahora bajo control español, parece haberle encontrado la vuelta a la comunicación. En una muy detallada nota a la Bolsa, la empresa informó el lunes 4 sobre el corte de luz en su área de concesión. Tras responsabilizar a Edenor por las fallas en el Sistema de Alta Tensión, señala que “a las 0.00 hora salieron de servicio las subestaciones (...) afectando a aproximadamente 119.000 clientes. El suministro quedó restablecido a la 0.35 hora”. “A la 1.23 hora, salieron de servicio las subestaciones (...) afectando a aproximadamente 123.000 clientes. El suministro quedó restablecido a las 2.02 horas”. Tanta precisión asombra, máxime cuando todavía no quedó claro cuántos fueron los afectados por el corte de luz de febrero.

¿Cuál es?
Privatizatas avivados. Privatizar las empresas públicas y reducir el Estado fue el catecismo aplicado sin claudicaciones por los ministros de Economía de Carlos Menem. Pero esto no impidió a Domingo Cavallo y Roque Fernández traicionar el gran objetivo con el propósito de agrandar su propia parcela de burocracia. Así, y gracias a las privatizaciones, el Palacio de Hacienda pudo extender su dominio a toda la manzana que ocupa. Aprovechando la venta de Segba y de Aerolíneas, las sedes centrales de esas compañías, sobre Balcarce y Paseo Colón, respectivamente, fueron capturadas por Economía, que las unió a su fortaleza mediante la apertura de pasadizos. El Mingo y Roque descubrieron la manera de agrandar el Estado a través de su desguace.

EL dato
Alejandro Granados es el intendente de Ezeiza y amigo de Carlos Menem de la primera hora: en su casa La Celia, un casco de estancia ubicado en medio de los bosques de Ezeiza, se festejó el triunfo presidencial de 1989 con un descomunal asado. Su restaurante-parrilla El Mangrullo ha sido en estos años ámbito de encuentro del jet set del menemismo. Pero la DGI le escupió el asado a Granados. Realizó un operativo de control de ventas durante el viernes 1º, sábado 2 y domingo 3 de octubre pasado. En esa inspección a El Mangrullo, ubicado sobre la autopista Ricchieri, kilómetro 20, Ciudad Evita, La Matanza, se constató que no tenía el controlador fiscal correspondiente (la famosa caja negra), que tiene como objetivo combatir la evasión. Los inspectores efectuaron una acta de infracción por la cual podría corresponderle una sanción de clausura de hasta 6 días.

Cursos
El Instituto de Comercio Exterior del Banco Ciudad de Buenos Aires organiza, desde el miércoles próximo hasta el 1º de noviembre, de 18.30 a 20.30, el curso “Costos, precios y cotizaciones de una exportación/importación”, a cargo de Aldo Fratalocchi y Jorge Marchini. Para informes e inscripción comunicarse a los teléfonos 4329-8619 y 43111019.

Aclaración
Por un involuntario error en el ¿cuál es? de la semana pasada se omitió el nombre del hospital que recibirá los 45 mil dólares que León Gieco cobró por la cesión de la canción “En el país de la libertad” para la publicidad de Unifón. El destino de ese dinero será el Hospital Garrahan.