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La pobreza invade a la clase media

Debajo de la línea

Los indicadores de pobreza dan cuenta de la incorporación a esa categoría de hogares de nivel socioeconómico medio. También se observa la caída de los pobres al nivel de indigentes.

Por Raúl Dellatorre

- La incorporación de hogares de clase media al universo de pobres es el mayor fenómeno social del país de fin de siglo.

- El segundo cordón del conurbano se convirtió en un enclave de pobreza creciente.

- También crece la indigencia, como resultado del empobrecimiento de los que yan son pobres.

- "La economía nacional no logró revertir, ni siquiera amesetar, el creciente nivel de pobreza e indigencia".

- Un estudio de la consultora Equis, de Artemio López, analizó los datos de mayo de 1999 en comparación al año anterior.

La población que vive en condiciones de pobreza no sólo se extiende, sino que además ve empeorar su situación. El segundo cinturón bonaerense (con mayor concentración poblacional en los partidos de Florencio Varela, Moreno, La Matanza interior, General Sarmiento y Merlo) se constituyó en un enclave de pobreza urbana de creciente intensidad. Además, la cantidad de pobres por nivel de ingreso supera largamente, y cada vez en mayor medida, a los pobres estructurales (con necesidades básicas insatisfechas), lo que refleja en forma transparente el nuevo fenómeno social argentino: el empobrecimiento de la clase media.
Dichas conclusiones surgen de un informe preparado por la Consultora Equis, realizado por Artemio López, basándose en los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec correspondiente a mayo de este año, y su comparación con años anteriores. Allí se observa que mientras la población que por ingresos se encontraba bajo la línea de pobreza en el área metropolitana (Capital y Gran Buenos Aires) saltó del 24,3 por ciento en mayo de 1998 al 27,0 por ciento un año después. Pero en el segundo cordón del conurbano, la proporción de población pobre pasó, entre los mismos períodos, del 37,5 por ciento al 41,6.
En números absolutos, la cantidad de pobres en el área metropolitana (población con ingresos menores a 495,5 pesos mensuales por hogar “tipo”) pasó de 2,9 millones a 3,2 millones entre 1998 y 1999. Pero, además, creció el número de indigentes (menos de 210,8 pesos mensuales por hogar “tipo”), de 628 a 885 mil. La observación de Artemio López es que los datos señalan un doble fenómeno: la profundización del empobrecimiento por ingresos de los que ya padecían la pobreza estructural, y la expansión de pobreza sobre otras franjas de la comunidad que no la sufrían.
“Los más de 250 mil ciudadanos que se agregaron al universo de indigencia encarnan el derrotero de aquellos hogares con necesidades básicas insatisfechas asociadas. Se trata mayoritariamente de hogares impactados por la pobreza estructural que ahora han declinado desde la pobreza a la indigencia”, subrayó López.
“La situación de alta vulnerabilidad del Gran Buenos Aires –agregó en su informe– se patentiza al observar lo que sucede en el segundo cordón, constituido en un enclave de pobreza urbana de creciente intensidad, donde se compacta y extiende la pobreza de los más pobres de la región urbana que, para un número creciente de hogares pobres estructurales (con necesidades básicas insatisfechas), asume la modalidad de extrema indigencia por ingresos.”
Otra observación del trabajo de Artemio López es que el crecimiento de la pobreza por ingresos “continúa ampliando el horizonte de hogares de clase media que declinan por ingresos insuficientes, a punto que en sólo un año se agregaron 351 mil residentes al universo de pobreza, en su mayoría absoluta de franjas socioeconómicas medias bajas. Esto consolida el fenómeno de pobreza típico de fin de siglo: el empobrecimiento de la clase media”.
La consultora Equis calcula que sobre una población total de 3.230.673 habitantes del área metropolitana bajo la línea de pobreza, sólo el 36 por ciento corresponde a la categoría de pobres estructurales: con necesidades básicas insatisfechas. El resto, el 64 por ciento, corresponde a población perteneciente a sectores medios declinados.
A modo de conclusión, el estudio señala que “la información oficial disponible permite afirmar que entre 1998 y 1999 la economía nacional no logró revertir, ni siquiera amesetar, el continuo avance de la pobreza y la indigencia”.