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DES
economías
Por
Julio Nudler
La
competencia entre los paraísos fiscales del Caribe es cada vez
más ardua. Ahora, desde sus páginas en Internet ofrecen
servicios que superan todo lo conocido. El inversor no sólo puede
abrir cuentas secretas, sino hasta crearse una nueva identidad: varios
pequeños países le ofrecen convertirlo en ciudadano de una
democracia insular, y elegir el nombre y apellido que prefiera para su
pasaporte. Gracias a su dinamismo, el Caribe oriental está atrayendo
a ahorristas medrosos, defraudadores (públicos y privados), traficantes
y mafiosos desencantados con Suiza y otros refugios europeos, que han
estado cediendo a la presión internacional y entregando información
a jueces extraños.
En los paraísos encontraron cobertura 4,8 billones de dólares,
según estimaciones del Fondo Monetario para 1997. Esa masa de plata
negra o incluso criminal ha venido creciendo a razón de casi 300
mil millones por año, de modo que a comienzos del 2000 ya se aproximaría
a los 5,5 billones. Un tercio de esa torta, según indicaba recientemente
Douglas Farah, estaría depositado en 17 edenes caribeños:
Antigua y Barbuda, Anguilla, Barbados, Islas Vírgenes, Caimán,
Dominica, Grenada, Montserrat, las Antillas Holandesas, St. Kitts y Nevis,
Santa Lucía, San Vicente y las Grenadinas, y las islas Turks y
Caicos.
Se equivoca quien piense que casi todo ese dinero se originó en
el tráfico de drogas, armas, blancas y otros bienes. Al parecer,
sólo entre un tercio y la mitad de los depósitos en entidades
offshore tiene origen criminal. Los expertos aseguran que buena parte
corresponde a empresas y entidades financieras de prestigio, o incluso
a individuos de buena reputación, todos los cuales sólo
buscan escaparle a los altos impuestos del mundo desarrollado o poner
sus fondos a resguardo de sentencias judiciales adversas.
Tampoco es verdad que todos los paraísos sean tropicales. Gran
Bretaña, sin ir más lejos, tiene el suyo en la Isla de Man,
para no hablar de los sectores extraterritoriales que cualquier buen banco
estadounidense ofrece.
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