Juana
La Loca vs. Deluxe
La
guerra de los singles
PABLO
PLOTKIN
Dos
bandas con un pasado en común optaron por un mismo modo de grabación
y difusión independiente. Juana La Loca, o lo que queda de ella
después de las vanidades, las trompadas y la separación,
editó el single Burbujas de amor más otros
tres temas en un cd que regaló con la entrada de sus dos shows
en Farfala. Deluxe, el resultado de la emancipación de los músicos
de la banda de Rodrigo Martín cantante y fundador de JLL,
grabó un EP con siete tracks que también reparte en los
recitales.
Nosotros
lo pensamos como un obsequio, le dijo Martín al No. Sabemos
que si ponemos a la venta un single en las disquerías, el precio
no va a bajar de diez pesos. Gastón Capurro, bajista de
Deluxe, cuenta que la intención de ellos fue registrar los
primeros pasos, el momento de explosión de la banda. No
nos importaban las limitaciones de audio -admite, sólo
queríamos captar la energía y que la gente vaya conociendo
nuestras canciones.
Otro plan que los dos comparten es el de editar sus álbumes en
el 2000. Prefiero eso: que mi disco aparezca como el primero del
nuevo milenio, declara Martín. La reformada Juana La Loca
suena más distorsionada que la del último tiempo. El mismo
pop británico que siempre cultivó, puesto en el contexto
de guitarras sucias, disparos de beats que alguna vez fueron futuristas
y
versos de amor joven. Para Capurro, de Deluxe, Juana pasó a ser
Rodrigo con un nombre que ya no significa nada. Sé
que ya no puedo ser objetivo, pero la otra vez lo fui a ver en vivo
y me llevé una sensación muy amarga, relata. Me
parecía estar viendo a una banda de covers. Para nosotros Juana
La Loca no existe más. El EP de Deluxe incluye las canciones
que los cuatro miembros de Juana componían y ensayaban en la
última parte antes de la pelea. Con Cristian Lantes en voz y
guitarra, Capurro en bajo, Martín Bosa en teclados y Eugenio
Parracía en batería, el cuarteto ofrece un pop rock enérgico,
lineal y efectivo. Sobre melodías noise, Deluxe juega al flipper
con los teclados y alude con frecuencia a los autos deportivos, los
caminos y las superstars. Como si Pappo y Turf se hubieran
reunido para congeniar una rara fórmula. Somos la versión
mejorada de lo que éramos antes, por eso Deluxe, se jacta
Capurro, echando un poco más de combustible al fuego de una pelea
de semifondo del rock nacional.
Deluxe toca mañana en Cemento, Estados
Unidos al 1200,
y Juana La Loca se presenta junto a Lucybell (Chile) y Santa
en el Teatro de la Ribera, Av. Pedro de Mendoza 1821,
el domingo 25 de julio a las 19.
TAPAS
ROCKERAS
P.P.
Habrán
visto la campaña gráfica que desplegó FM Rock &
Pop en este último tiempo por las paredes de la ciudad y las
páginas de las revistas de rock. Se trata de una idea de Gustavo
Koluber que en el verano pasado empezó a tomar forma: los conductores
de los programas posaron para la cámara de Gustavo Saiegh bajo
las órdenes de Mariela Szejnblum, directora del área de
arte vestidos, maquillados y peinados a la manera de algunas estrellas
de rock en tapas de discos históricos. Buena idea. La institucional
es una de las más logradas y recrea la portada del Sgt. Pepper
de los Beatles, con Mario Pergolini, Juan Di Natale, Lalo Mir y Bobby
Flores en el papel central de Los Cuatro de Liverpool.
Después cada ciclo tiene la suya, de acuerdo con la elección
de sus protagonistas. Y ahí el resultado es más variado.
El trío de Day Tripper (Di Natale-Fabio Alberti-Diego De la Sala)
logra el look industrial/andrógino del Kraftwerk de Mans
Machine (un poco excesivo el rush, eso sí), Pergolini-De
La Puente-Gantman (¿Cuál es?) eligieron el guiño
obvio y se muestran como los Stones de Black & Blue y los
Animal de Radio (Lalo Mir-Martín Scicioli) se ven graciosos como
los Supertramp de Crisis what crisis?, con Lalo ostentando abdomen.
Lo de Elizabeth Vernaci (Tarde Negra) es un poco menos feliz: se vistió
de una Tina Turner despojada de todo glamour, con una peluca berreta
y un gesto de vení, papito que no remite precisamente
a la Diosa Negra del álbum Private Dancer. Ah, y la de
Bobby Flores sacudiendo unos dreadlocks nevados como un Bob Marley pasado
por lavandina, tampoco es lo que se dice una obra definitiva de la publicidad.
El
comic que escandaliza a los Estados Unidos (Blancos)
Hacer
lo correcto
MARIANA
ENRIQUEZ
El
comic más exitoso y controvertido de Estados Unidos se llama
The Boondocks. Exitoso porque 195 diarios de todo el país decidieron
comprarlo. Y controvertido porque se trata de dos chicos negros (Riley
y Huey) que se mudan a un vecindario blanco, con chistes como éste:
recién llegados al coqueto barrio, a Riley le empieza a picar
la nariz. Le pregunta a su hermanito: ¿Qué es ese
olor?. Y Huey le contesta: Olor a aire puro. Sospecho que
nos vamos a acostumbrar. Lo mismo sucede con el cuadro que ilustra
esta nota: el pibe sabe por qué le cruzan la calle cuando lo
ven venir. Pero se la banca.
Sencillamente, los norteamericanos no parecen estar preparados para
reírse de sus propios prejuicios. Muchos afronorteamericanos
escribieron cartas de protesta señalando que no todos los negros
vienen de barrios bajos o ghettos, y muchos blancos pusieron el grito
en el cielo indignados porque no todos los blancos tienen prejuicios.
La piedra del escándalo fue un episodio en donde una señora
blanca le acaricia la cabeza a Riley, mientras el pibe le dice que nadie
trata como un perrito a un negro. Fuerte, ¿no?
El creador del comic, Aaron McGruder, un joven negro de 25 años,
no está sorprendido. Este dibujo le pide a los lectores
que salgan de su zona de confort y se enfrenten con lo que sucede, es
normal que se enloquezcan un poco, dice. McGruder nació
en Chicago, donde vive y padece lo intimidante que puede ser vivir
en un mar de caras blancas que no se parecen a vos. The Boondocks
está plagado de referencias hip hop y tiene un estilo muy manga:
Mcgruder es adicto a los comics japoneses. Ahí vino otro pequeño
escándalo, cuando McGruder incorporó los famosos sables
láser: Riley, el chico negro, enarbola el sable y persigue con
él (jugando) a Cindy, una chica blanca, y termina diciendo: ¿Ves?
Estás viva: estas cosas no sirven.