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Jueves 15 de Julio de 1999
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Juana La Loca vs. Deluxe
La guerra de los singles

PABLO PLOTKIN

Dos bandas con un pasado en común optaron por un mismo modo de grabación y difusión independiente. Juana La Loca, o lo que queda de ella después de las vanidades, las trompadas y la separación, editó el single “Burbujas de amor” más otros tres temas en un cd que regaló con la entrada de sus dos shows en Farfala. Deluxe, el resultado de la emancipación de los músicos de la banda de Rodrigo Martín –cantante y fundador de JLL–, grabó un EP con siete tracks que también reparte en los recitales.
“Nosotros lo pensamos como un obsequio”, le dijo Martín al No. “Sabemos que si ponemos a la venta un single en las disquerías, el precio no va a bajar de diez pesos.” Gastón Capurro, bajista de Deluxe, cuenta que la intención de ellos fue registrar “los primeros pasos, el momento de explosión de la banda”. “No nos importaban las limitaciones de audio -admite–, sólo queríamos captar la energía y que la gente vaya conociendo nuestras canciones.”
Otro plan que los dos comparten es el de editar sus álbumes en el 2000. “Prefiero eso: que mi disco aparezca como el primero del nuevo milenio”, declara Martín. La reformada Juana La Loca suena más distorsionada que la del último tiempo. El mismo pop británico que siempre cultivó, puesto en el contexto de guitarras sucias, disparos de beats que alguna vez fueron futuristas y versos de amor joven. Para Capurro, de Deluxe, Juana pasó a ser “Rodrigo con un nombre que ya no significa nada”. “Sé que ya no puedo ser objetivo, pero la otra vez lo fui a ver en vivo y me llevé una sensación muy amarga”, relata. “Me parecía estar viendo a una banda de covers. Para nosotros Juana La Loca no existe más.” El EP de Deluxe incluye las canciones que los cuatro miembros de Juana componían y ensayaban en la última parte antes de la pelea. Con Cristian Lantes en voz y guitarra, Capurro en bajo, Martín Bosa en teclados y Eugenio Parracía en batería, el cuarteto ofrece un pop rock enérgico, lineal y efectivo. Sobre melodías noise, Deluxe juega al flipper con los teclados y alude con frecuencia a los autos deportivos, los caminos y las “superstars”. Como si Pappo y Turf se hubieran reunido para congeniar una rara fórmula. “Somos la versión mejorada de lo que éramos antes, por eso Deluxe”, se jacta Capurro, echando un poco más de combustible al fuego de una pelea de semifondo del rock nacional.

Deluxe toca mañana en Cemento, Estados Unidos al 1200,
y Juana La Loca se presenta junto a Lucybell (Chile) y Santa
en el Teatro de la Ribera, Av. Pedro de Mendoza 1821,
el domingo 25 de julio a las 19.


TAPAS ROCKERAS

P.P.

Habrán visto la campaña gráfica que desplegó FM Rock & Pop en este último tiempo por las paredes de la ciudad y las páginas de las revistas de rock. Se trata de una idea de Gustavo Koluber que en el verano pasado empezó a tomar forma: los conductores de los programas posaron para la cámara de Gustavo Saiegh –bajo las órdenes de Mariela Szejnblum, directora del área de arte– vestidos, maquillados y peinados a la manera de algunas estrellas de rock en tapas de discos históricos. Buena idea. La institucional es una de las más logradas y recrea la portada del Sgt. Pepper de los Beatles, con Mario Pergolini, Juan Di Natale, Lalo Mir y Bobby Flores en el papel central de Los Cuatro de Liverpool. Después cada ciclo tiene la suya, de acuerdo con la elección de sus protagonistas. Y ahí el resultado es más variado. El trío de Day Tripper (Di Natale-Fabio Alberti-Diego De la Sala) logra el look industrial/andrógino del Kraftwerk de Man’s Machine (un poco excesivo el rush, eso sí), Pergolini-De La Puente-Gantman (¿Cuál es?) eligieron el guiño obvio y se muestran como los Stones de Black & Blue y los Animal de Radio (Lalo Mir-Martín Scicioli) se ven graciosos como los Supertramp de Crisis what crisis?, con Lalo ostentando abdomen. Lo de Elizabeth Vernaci (Tarde Negra) es un poco menos feliz: se vistió de una Tina Turner despojada de todo glamour, con una peluca berreta y un gesto de “vení, papito” que no remite precisamente a la Diosa Negra del álbum Private Dancer. Ah, y la de Bobby Flores sacudiendo unos dreadlocks nevados como un Bob Marley pasado por lavandina, tampoco es lo que se dice una obra definitiva de la publicidad.


El comic que escandaliza a los Estados Unidos (Blancos)
Hacer lo correcto

MARIANA ENRIQUEZ

El comic más exitoso y controvertido de Estados Unidos se llama The Boondocks. Exitoso porque 195 diarios de todo el país decidieron comprarlo. Y controvertido porque se trata de dos chicos negros (Riley y Huey) que se mudan a un vecindario blanco, con chistes como éste: recién llegados al coqueto barrio, a Riley le empieza a picar la nariz. Le pregunta a su hermanito: “¿Qué es ese olor?”. Y Huey le contesta: “Olor a aire puro. Sospecho que nos vamos a acostumbrar”. Lo mismo sucede con el cuadro que ilustra esta nota: el pibe sabe por qué le cruzan la calle cuando lo ven venir. Pero se la banca.
Sencillamente, los norteamericanos no parecen estar preparados para reírse de sus propios prejuicios. Muchos afronorteamericanos escribieron cartas de protesta señalando que no todos los negros vienen de barrios bajos o ghettos, y muchos blancos pusieron el grito en el cielo indignados porque no todos los blancos tienen prejuicios. La piedra del escándalo fue un episodio en donde una señora blanca le acaricia la cabeza a Riley, mientras el pibe le dice que “nadie trata como un perrito a un negro”. Fuerte, ¿no?
El creador del comic, Aaron McGruder, un joven negro de 25 años, no está sorprendido. “Este dibujo le pide a los lectores que salgan de su zona de confort y se enfrenten con lo que sucede, es normal que se enloquezcan un poco”, dice. McGruder nació en Chicago, donde vive y padece “lo intimidante que puede ser vivir en un mar de caras blancas que no se parecen a vos”. The Boondocks está plagado de referencias hip hop y tiene un estilo muy manga: Mcgruder es adicto a los comics japoneses. Ahí vino otro pequeño escándalo, cuando McGruder incorporó los famosos sables láser: Riley, el chico negro, enarbola el sable y persigue con él (jugando) a Cindy, una chica blanca, y termina diciendo: “¿Ves? Estás viva: estas cosas no sirven”.