Un
luthier se dio el lujo de juntar a Cerati y al Chizzo en un mismo disco
LA
CLINICA DEL DR. RAMOS
Andy
trabaja desde hace 16 años con buena parte de la comunidad rockera
argentina, construyendo, reparando y curando instrumentos. El resultado
de la relación toma forma, ahora, con un disco en el que cantan
los Gustavos y otros tantos músicos notorios, por el placer de
hacerlo para un buen amigo. Aquí, la historia.
¿Cuánto costaría y quién pudiera
juntar a Gustavo Cerati y al Chizzo en un disco? ¿Y si se sumaran
Ricardo Tapia, Richard Coleman, Jota Morelli, Beto Zamarbide, Ricki Sáenz
Paz, Ulises Butrón, Alfredo Toth y el Negro García López?
El culpable no es un visionario productor, ni siquiera una
entidad de defensa de los derechos de los peones de campo, ni tampoco
una fundación para la reivindicación del navegador Netscape.
El hombre capaz de unir las gracias totales con el blues boliviano fue
!un luthier! Andy Ramos, con paciencia y alma de entrenador de fútbol,
se tomó tres largos años y al final logró que todos
ellos y más aportaran sus habilidades musicales sin cobrar un solo
peso. El único que quiso guita fue Oscar Moro. Por supuesto
le dije que no, me parecía ridículo que Cerati y Chizzo
ni mencionen la palabra plata y él reclame su cachet como si se
tratara de un trabajo profesional, revela. Parece casual, pero no
lo es. Ramos, guitarrista egresado del De Falla, anónimo por militancia
y alumno de Malosetti padre, debe su poder de convocatoria a los 16 años
que lleva trabajando como luthier personal de Fito Páez, Peligrosos
Gorriones, Los Pericos, Los Brujos, Soda Stereo, Charly García,
Diego Frenkel y Los Cadillacs, por nombrar algunos clientes notables.
A Gustavo lo conozco hace mucho tiempo. Trabajé con él
en los discos de Soda Stereo y hasta tenemos el mismo peluquero. Mi primera
idea había sido hacer un disco solista con su producción
artística. Pero como él estaba ocupado eran los tiempos
de la separación de Soda, no pudo. Sin embargo, se comprometió
a participar del disco. El tema que canta es una chacarera moderna",
informa Ramos sobre "Chaca new", la canción que lleva
la voz de Cerati. La participación del líder de La Renga
tiene otra historia: A Chizzo lo llamamos por teléfono para
que venga a cantar. Y lo hizo con la mejor predisposición. Y eso
que yo no había tenido contacto personal con él antes. Solo
teníamos referencias mutuas, pero nunca nos habíamos cruzado.
'Decir mentiras' es bien power trío.
Nadie sabía lo que venía a grabar, pero confiaban
en mí. Sino, ni se hubiesen molestado, cuenta. A Beto Zamarbide,
histórico metálico criollo, el luthier lo enganchó
dos días antes que regresara a EE.UU. Había venido al país
para editar el disco de Logos. Ramos lo vio, lo fue a buscar a Chacarita,
se tomaron el 71 y se metieron en el estudio para hacer Alguna vez.
¿Cómo hiciste para ganarte el sí
gratis de tantos músicos para que participen de un trabajo que
todavía no está resuelto comercialmente?
Porque saben que soy auténtico. Y además
tengo una gran amistad con casi todos. Date cuenta de que a estos tipos,
le pagues lo que le pagues, no van a grabar tan fácilmente para
cualquiera. En cambio, yo levanté el teléfono y vinieron
sin hacer ninguna cuestión. Hay un respeto humano que es esencial
y saben que soy un desconocido porque no me vendo, no transo.
¿Cuál es la idea clave de este proyecto
que parece tan diverso?
Aunar distintos estilos como la chacarera, el blues
y el reggae y vencer esas antinomias inservibles del tipo Soda Stereo
vs. los Redondos. Buscar una esencia bien nacional, sin prejuicios de
ningún tipo. Creo que las rivalidades le han hecho mal a nuestra
música. Y hay que empezar a desterrarlas.
¿Por más que la luthería
sea una profesión devaluada?
No me importa. Además ése es un problema
cultural. Acá hay luthiers que se han mandado sus buenas cagadas
y desprestigiaron el ambiente. Vos podés hacer una guitarra mejor
que un norteamericano, pero la gente siempre va a preferir la de ellos.
Nadie es profeta en su tierra, pero acá no sólo que no hay
profetas. Encima son lacayos. De todas maneras, creo que el campo de la
luthería en nuestro país es muy virgen. Solamente hay buenos
constructores de instrumentos. Pero nadie tiene la magia de un Stradivarius,
ni por asomo.
¿No te sentís un poco cirujano, mediando
entre la vida y la muerte cuando curás guitarras?
Laburo como un traumatólogo. Lo mismo que
uso yo para cortar la madera de las guitarras, ellos lo usan para cortar
huesos. En diferentes planos, ambas son profesiones sangrientas. Si vos
ves cómo enderezan los huesos y cómo te ponen el clavo metálico,
te querés morir. Lo mismo les pasa a los músicos, cuando
ven que yo, para enderezar el mango de sus guitarras, giro la cabeza y
le pego con un formón, se impresionan como si estuvieran en una
sala de intervención quirúrgica. Un día, Coleman
le había roto la cabeza a una Hammer. Lo invité a que vea
cómo la reparaba. Al principio, todo bien, pero cuando agarré
la agujereadora y empecé a darle al mango, dijo me voy, porque
me estoy sintiendo mal.
CRISTIAN VITALE
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