MALENA
DALESSIO, CIUDADANA RAPPER, DEFINE LOS ESCRACHES QUE ORGANIZA
Y EN LOS QUE PARTICIPA ACTIVAMENTE
Muchos
se habrán preguntado por el destino de Actitud María Marta,
una de las bandas de hip hop y sus derivados más prometedoras de
la década. Pues bien, tras una pausa de más de un año,
su cara visible anuncia el regreso y reflexiona acerca del mejor y más
original método de protesta que haya creado joven alguno en la
Argentina menemista.
ESTEBAN PINTOS
Malena DAlessio sabe lo que quiere y lo quiere ya. Siempre lo supo.
Ahora tiene 24 años y por momentos, casi inconscientemente, habla
de su pasado como de algo muy pasado. Ahora es como
empezar de nuevo, y eso está bueno, dice, e inmediatamente
pregunta: ¿Sonó medio vieja eso de empezar de nuevo,
no? En realidad, lo suyo bien merece un repaso: Malena irrumpió
en el rock argentino de los noventa al frente, junto a una simpática
morocha llamada Alicia, de Actitud María Marta, un dúo de
jovencitas e iracundas raperas al frente de una banda de rap-metal. Grabaron
una canción especie de himno antipatovica de discoteca
llamada A mí me rebota y a vos te explota, que sorprendía
desde lo explícito. Pero ésa era la canción caballo
de Troya. Detrás venía Hijo de desaparecido,
toda una declaración. Y encima, se armó todo un lío
cuando quisieron colocar una foto que mostraba un reluciente sorete sobre
la imagen de la nefasta junta Videla-Massera-Agosti, la primera de la
última (por suerte, toquemos madera) dictadura militar. Después
firmaron contrato con la multinacional Polygram y grabaron un prometedor
disco debut, titulado Acorralar a la bestia, producido por el IKV
Sergio Verdirame, que incluía aquellas y otras furibundas canciones.
No era casual todo aquello, claro. Malena era hija de un militante montonero,
desaparecido en 1977. Los medios, rockeros y no, se echaron encima de
la primera aparición más o menos pública de una representante
de una silenciosa generación de pibes que crecieron sin sus viejos
y que, peor aún, no sabían qué había sido
de ellos (ni para llevarle una flor al cementerio). Malena, a regañadientes
desconfía de la mayoría de los periodistas, después
de algunas experiencias poco edificantes según su testimonio
tuvo que contar algo de su historia y todo eso. El grupo iba para adelante,
las chicas tenían lo suyo y durante más de un año
y medio tocaron mucho. Pero después... la (casi) nada. Hasta estos
días, en que Actitud María Marta ha reaparecido con nuevos
integrantes compartieron una fecha en Cemento con El Otro Yo, tocaron
en San Miguel, prometen más shows, nueva compañera
rapper para Malena y nuevas canciones, que se supone irán a parar
a un todavía lejano segundo disco.
Ahora Malena está sentada en un bar del centro relatando algunos
pormenores de su flamante independencia familiar. En realidad, más
que eso, está frente al No para contar qué fue de
todo ese tiempo de ausencia, de lo que pasó y de lo
que va a pasar, y también de lo que piensa de HIJOS, de los escraches
y de la siempre latente posibilidad de un vengador. Pero primero la banda.
Dice Malena, estuve guardada desde hace un año y medio...
Bah, en realidad, hacía un año y medio que no tocaba.
Y explica: Como que se disolvió la banda. El bajista se fue,
estuvimos buscando otro, ya no nos veníamos llevando bien con Alicia
y en determinado momento hablamos, y ella decidió que no quería
seguir. Todo venía medio mal... Son esos momentos en que salís
con todo o te hundís. Y bueno, algunas cosas se hundieron y otras
salieron. Yo, en un principio, no tenía muy claro qué hacer,
si seguir, si hacer otra cosa. Pero poco a poco me fui dando cuenta de
que me sentía plenamente identificada con el grupo, con lo que
habíamos hecho. Este es mi grupo, cual hincha de fútbol
que tiene la camiseta de su equipo, yo tengo la de mi grupo. Y seguimos.
Pero parece que vos sos Actitud María Marta...
No me cuestiono demasiado eso. Ahora somos lo que estamos. Antes
Actitud María Marta tenía una formación y ahora tiene
otra. Y yo estoy en las dos.
Pero, ¿sos la jefa?
Bueno, digamos, que en este momento soy la que planteó el
proyecto, la idea del grupo. Pero jefa que salgo con el palo de amasar
a mandonear, no... Espero no serlo.
En todo caso, tomás las decisiones.
En el buen sentido, sí. Me gusta dirigir lo que hago, no
me gusta participar solamente... No sé, no entiendo mucho tu pregunta...
Bueno, vos sos la que rearmó la banda, escribe la mayoría
de las letras, habla por la banda...
No voy a decir de mí misma que yo soy Actitud María
Marta, porque en este momento somos los que estamos. Pero, sí,
yo soy la que empujé para seguir con el proyecto. Eso sí.
Malena está entusiasmada con la nueva formación, en la cual
sólo se mantiene de la etapa anterior el baterista Marcelo Baraj.
Ya no está Alicia, ahora está Karen (otra morocha). Y la
banda suena más relajada, menos contracturada: hay canciones que
siempre suenan a base hip hop pero que se permiten incorporar otros ritmos.
Las épocas de distorsión extrema parecen haber quedado atrás.
Actitud María Marta ya no toca A mí me rebota y a
vos te explota, pero sí Hijo de desaparecido.
No es para menos: Malena forma parte de la vital comisión de escraches,
parte de la agrupación HIJOS, seguramente el grupo de jóvenes
más creíble y activo que ha dado la década. Ellos
inventaron esta particular forma de señalar a todos los asesinos
y cómplices de los asesinos de la dictadura que, gracias
a la invalorable colaboración de los dos gobiernos democráticos,
pueden andar por ahí, sueltos. Los escraches la entusiasman tanto
como su banda, incluso hay una nueva canción que habla de eso (ver
aparte). Ahí está, asegura Malena, la mejor explicación
de todo. En general, lo que tengo que decir... El mejor lugar para
realmente entenderlo está en las letras, que es donde una se expresa
como quiere. Volviendo a los escraches, la chica aclara: En
realidad, más que de HIJOS, soy parte de la comisión Escrache.
Digo: somos los que los organizamos los escraches de HIJOS, porque ahora
está de moda hacerlos para cualquier cosa...
La circunstancia familiar que te tocó vivir, ¿tuvo
que ver con que decidieras salir a decir las cosas públicamente
en una banda de rock?
No me creo un producto de eso, pero sí lo siento de una manera
diferente y de manera más personal. Capaz que no me hubiera pasado
nada, igual estaría cantando rap porque es la música que
me gusta. Coinciden un par de cosas: me gusta escribir, me gusta el rap.
Y bueno... Siento que tengo cosas para decir, así que fue juntar
todo eso: tres por uno... (Risas.) Es cierto que en un principio mi circunstancia
familiar tuvo que ver, me dio mucho empuje para salir. No bien me dieron
una posibilidad de expresarme, no fui a cantar problemas de adolescentes
del tipo de esos programas de la tele. Es cierto que me dio un empuje
especial, pero yo siempre trato de dejar en claro no sólo
porque me haya pasado a mí, sino porque es lo que pienso
que también es una cuestión de decir lo que piensa una ciudadana.
Por eso tengo esa posición de cuestionarle a la gente, que se hagan
cargo, porque no es una cuestión mía o de otro hijo de desaparecidos,
porque si no nada tendría sentido. No me parece que el único
tema importante sea éste, me interesa hablar de este tema, principalmente
porque fue una cuestión que... Cuando yo era chica, te diría
que hasta era un problema decir que eras hijo de desaparecido, no te miraban
bien. Y no podía creer que nadie, que ninguna banda hablara de
ese tema. Me llamaba la atención que en las letras de esos grupos
no dijera nada. Me parecía insólito, o por lo menos muy
raro.
Y los escraches vienen a completar esa idea...
Es que opera desde la cuestión física, no sé,
vamos a la casa del chabón... Me interesa eso: ir a lo concreto.
No quedarnos en el verso, que es de lo que tanto estamos rodeados. Porque
además es lo que yo pregono, así que si yo misma no lo hago
me sentiría una mentirosa... Ojo que sé que lo que hacemos
con los escraches no es lo único para hacer en este mundo, hay
miles de otras cosas. Pero con lo de los escraches, yo no me lo tomo como
el hecho en sí. Lo que veo positivo de todo eso es que es una nueva
manera de juntarse para los pibes, para como si fuera una banda derock....
Nosotros somos los chabones que los organizamos, tiene como una fuerza
distinta a las marchas esas que van y cantan con la musiquita de Bobby,
mi buen amigo...
Pero también deben existir hijos de desaparecidos que
no quieren saber de nada de todo esto o tratan de olvidar...
Conozco muchos...
¿Y?
En realidad, es medio conflictivo para mí porque, incluso
gente que está muy cerca de mí, lo vive totalmente distinto.
Como con mucha superación. Y de chica, eso me jodió bastante.
Mucha gente me ha dicho pero la letra de Hijo de desaparecido
habla en contra de los militares, y sólo en el final dice
algo así. En realidad, habla más de lo que nos pasa a nosotros,
qué pasa con los indiferentes, qué pasa con los negadores.
Es más una crítica a eso que hablar mal de los militares,
que es lo mismo que decir... Está demasiado claro, como decir que
la policía es mala.
Yendo al otro extremo, siempre cabe pensar en la posibilidad
de que alguien de ustedes encare un tipo de acción directa,
que busque a un tipo de ésos y...
Una cosa es una reacción espontánea que uno puede
tener. Podría pasar... ¿Quién no lo ha pensado? Otra
cosa es premeditar un asesinato, que no tiene nada que ver ni conmigo
ni con HIJOS ni con lo que hacían nuestros padres. Lo que hacían
nuestros padres no tenía nada que ver con asesinatos, ellos luchaban
por ideales no por meterle un tiro a alguien. Además eso no me
representa, por más que lo debo haber dicho o pensado (sentido
más que pensado). Pero cuando vas a los escraches te fluye una
adrenalina muy grossa, una cosa tipo cancha pero mucho más. Y eso
está muy bueno, es una buena manera de canalizar ese odio. Muy
descargante, se lo recomiendo a todo aquel que esté pasando por
una situación de stress... Que vaya a un escrache (risas). No,
en serio, me parece que la manera que encontramos es ésa. No me
gusta hablar de una cosa que por ahí es muy obvia, pero es muy
cierta: los que planificaron un genocidio metódicamente y premeditadamente,
fueron ellos. Mirá si encima de eso, uno se va a convertir en esa
mierda. ¿De qué estamos hablando? Es ridículo. Pero
yo no condenaría a nadie que por una reacción espontánea,
qué sé yo, cagó a piñas a un militar o lo
que sea. Al contrario, lo entiendo bastante bien.
|