El
cazador de sonidos
JORGE
LUIS FERNANDEZ
A
abrocharse los cinturones: Brian Eno y el despegue de la música
ambient Si yo estuviera sentado en un aeropuerto a la noche, esperando
para tomar mi avión, ¿qué música me gustaría
escuchar? A partir de este quimérico pensamiento, al no
músico Brian Eno se le ocurrió una de sus más brillantes
y famosas ideas: hallar un sustituto del soporífero muzak, versión
de música pop enlatada y adulterada que entre los años
cincuenta y setenta invadió salas de espera, ascensores, restaurantes,
y demás espacios públicos occidentales. Eno creía
posible producir material (con ese fin) sin comprometer su calidad,
y como algunas personas tienen la facultad de convertir los sueños
en realidad, en 1978 grabó Ambient #1Music For Airports, obra
que en 1980 fue eventualmente instalada en el Aeropuerto La Guardia
de Nueva York.
Conocido por el gran público como productor de U2 y en
menor medida como subversivo del pop inglés, la raíz
de su singular estilo deriva de una educación temprana en el
arte conceptual. Eno estaba familiarizado con el minimalismo desde la
adolescencia, y en 1975 fundó el sello Obscure, etiqueta que
editó las primeras grabaciones de músicos contemporáneos
como (entre otros) Gavin Bryars, Michael Nyman, y su propio Discreet
Music. Pero sería Airports el álbum que acuñaría
definitivamente el término ambient palabra derivada del
latín ambiens, y utilizada originalmente por John Cage: Cuando
ningún fin musical se presenta, el silencio deviene otra cosa.
No silencio sino sonidos, los sonidos del ambiente.
La musa inspiradora de Airports fueron los primitivos experimentos en
cinta (tape loops) de Steve Reich, aspecto del cual Eno se considera,
modestia aparte, un continuador. Básicamente su trabajo consistió
en grabar por separado voces femeninas, piano y tonos de sintetizador
sobre un gran número de cintas. Las mismas fueron luego cortadas
en diferentes duraciones, de manera que al ponerlas a rodar al unísono,
el comienzo y final de cada una nunca coincidía con el resto.
El proceso llevó a muchos a pensar alentados por declaraciones
del propio Eno que la música estaba librada al azar del
sistema, cuando en realidad algunas secciones fueron posteriormente
editadas y en cierto modo compuestas. Hazte fama de no músico,
y échate a dormir. Es dudoso aunque no imposible
que alguien haya llevado alguna vez una copia de Music For Airports
a un aeropuerto. Pero cuan grande habrá sido la sorpresa de Eno
al enterarse de que el ensamble de cámara Bang On A Can All-Stars
realizaría una versión orquestal del disco en el aeropuerto
de Stansted (Inglaterra), para conmemorar los 20 años de la grabación
original. El hecho ocurrió en mayo de 1998, o sea que debieron
pasar varios años para que el ambient efectivamente despegara.
Pero aparte de esta curiosa transcripción, prácticamente
todo el techno ambient aparecido a principios de los noventa es deudor
de los criterios establecidos en Airports. El disco se ha integrado
al panteón de los clásicos contemporáneos, y resulta
irónico pensar que el sistema se originó como alternativa
del entorno muzak. El azar una vez más coincidió con la
suerte de Eno: un año después de sus reflexiones, Sony
inventaba el walkman.
Alicia,
ex Actitud María Marta, quiere ser chica MTV
Ya
tiene la birome
P.P.
Cantante
rabiosa de hip hop se hace VJ se MTV, será la noticia si Alicia
Dal Monte 22 años, ex Actitud María Marta
gana las elecciones para el cargo. Eso dependerá de los televidentes,
que pueden votar hasta hoy por uno de los cuatro finalistas seleccionados
en uno de los castings más populares de la reciente historia
de la televisión argentina. Cuando llegué había
una cola que daba vueltas, vueltas y vueltas. Igual me colé,
avancé unos metros, y la onda cuando llegaba era... A ver,
llená acá. Poné tu nombre. ¡Foto! Hacé
un gesto. Yo decía bueno, si no me llaman, por lo
menos me llevé una birome, relata Alicia, sentada
a la mesa de un bar junto a sus dos competidores argentinos (la cuarta
es María Luz Romero Bravo, una barbie chilena, según
la definición de los oponentes locales). Sebastián Muñiz,
alias Berta (21 años, actor partícipe del film bizarro
Plaga Zombie), y Einar Ulloa (19, aficionado a los deportes extremos)
son los dos varones que pelean el puesto. Yo tendría un
estilo gótico, bromea Berta, y Einar le resta importancia
al asunto: Cuando era chico, creo que trabajar en MTV hubiera
sido mi sueño dorado. Ahora no: uno va madurando.
Hoy Alicia, además del intento por presentar videos, integra
Nación de Terroristas, una banda de hip hop bien puro,
nada de guitarras distorsionadas. Somos cuatro cantantes,
detalla, y yo soy la única chica. Armamos todo con máquinas
y salimos a tocar con la grabación, o con algún músico
invitado.
¿Cómo te ves presentando un video de Backstreet
Boys?
Sólo lo presentaría. ¿Por qué no?
Obviamente, a cada uno le gusta un estilo de música diferente,
y le gustaría presentar videos de la música que le gusta.
Pero acá hay que presentar videos de toda clase. A mí
Backstreet Boys no me gusta, pero no me voy a poner en iiiieeehhh...
(afecta la voz). Yo no voy a dejar de ser quien soy por hablar de un
video de Backstreet Boys, Five o Ricky Martin. De hecho, el otro día
tuve que cantar en karaoke un tema de Luis Miguel, y no me importó.
Me acuerdo que una vez, trabajando en la barra de un boliche, un pibe
se calentó conmigo porque no le quería dejar más
barata la cerveza. ¡Eh! Al final es todo mentira lo que
cantás, me decía. Me imagino qué pensará
esa gente ahora, si me ve cantando un tema de Luis Miguel por televisión.
El encanto de la nueva chica Powers
Heather,
la bomba americana
M.P.
Fue
una de las tantas caras bonitas de Twin Peaks, la adolescente
romántica y saludable engañada por su novio en Seis
grados de separación, un cadáver bien parecido en
medio de una convención de policías en Drugstore
Cowboy, pero la primera vez que la rubia y curvilínea Heather
Graham se ganó un nombre propio fue con su personaje de la tan
feliz, trágica y pornográfica Boogie Nights.
Allí encarnaba a la inolvidable Roller Girl, una niña
precoz y sexy, que no se sacaba sus patines ni siquiera para filmar
la escena central de un buen film porno.
Con semejante antecedente, no es de extrañar que su próximo
personaje inolvidable en su carrera en la pantalla grande sea nada menos
que Felicity Shagwell (traducible como Cogebién, un apellido
a tono con el universo sexópata y grosero de Mike Myers), la
nueva chica Powers, coprotagonista de las nuevas aventuras de nuestro
querido Austin, que se estrenan hoy en Buenos Aires bajo el título
Austin Powers, el espía seductor. Y para presentarla nada mejor
que reproducir su primer diálogo: Me llamo Felicity Cogebien.
Cogebien de apellido, coge muy bien según mi reputación.
Nacida hace casi unos treinta años en California, a pesar de
tanto sexo en celuloide, la historia de Heather comenzó en realidad
en el seno de una familia profundamente católica, que llegó
al punto de prohibirle a sus hijas ver El Crucero del Amor,
porque según los padres fomentaba las relaciones
sexuales extramatrimoniales. Aunque con semejante antecedente y su resultado
profesional más de un psicólogo se haría un banquete,
lo que realmente es de locura sobre la hermosa Heather es precisamente
lo que lleva por fuera y no la procesión que va por dentro. En
particular, durante cada centímetro del celuloide que ocupa en
la película, en la que encarna una libertina agente secreto norteamericana
que hace de contrapartida del lanzado espía sexy tan bien congelado
y vuelto a descongelar. Joven argentino: ¡Prestar especial atención
al vestidito de hilo que contiene sus formas mientras baila junto a
Myers al son del tema que cantan Elvis Costello y Burt Bacharach! Ella
y ellos, lujos que justifican una película fenomenalmente pop
y con carcajadas aseguradas.