EXCLUSIVO:
GAZ COOMBES HABLA DEL TERCER DISCO
DE SUPERGRASS Y DE LA MADUREZ DEL TRIO
El
inglés escapado de alguna versión mod de El planeta
de los simios (coprotagonista junto a Ian Brown ¿no?) dice
que todo es así, natural y obvio, en la evolución de su
banda. Que los chicos crecen, bah. Y que no fuma todo el día. Menos
mal.
ROQUE
CASCIERO
La
teoría indica que cuando una banda que lleva varios años
grabando titula un álbum con su nombre, generalmente intenta hacer
saber que es su trabajo más importante o personal (el ejemplo más
claro sería, en este caso, The Beatles, conocido como el
Album Blanco). Si, encima, el grupo muestra sus mismísimos
huesos en la tapa del disco, la sensación de estar ante algo surgido
de lo más íntimo y profundo de los músicos ¿se
acentúa? Sin embargo, Gaz Coombes, cantante y guitarrista de Supergrass,
en comunicación telefónica con el No, niega que algo así
suceda. Se llama Supergrass, sí, y también muestra radiografías
con las calaveras de los tres integrantes de la banda (además del
vocalista, Mick Quinn el que se parece al muñeco Gallardo
en bajo y Danny Goffey en batería), pero no por eso tiene mayor
significado para él que sus discos anteriores. Simplemente
no se nos ocurrió ningún título bueno simplifica.
En realidad, teníamos muchos, pero ninguno funcionaba bien. Y lo
de la tapa fue una manera de poner nuestros rostros un poco diferente
a lo habitual, eso es todo.
Si él lo dice, habrá que creerle. Pero, claro, no por eso
ignorar el hecho de que Supergrass es el mejor álbum que han publicado
hasta la fecha Coombes y compañía. Si bien la frescura de
I should Coco (95) y la combustión permanente de In it for
the money (97) recogieron elogios, aquí el trío combinó
aquellas características con nuevas influencias en sus canciones
y una madurez que sorprende. Ustedes, los periodistas, usan demasiado
la palabra maduro se queja el cantante. No sé, nos
sentimos más cómodos en el estudio, porque es la segunda
vez que producimos nuestro propio álbum. Podíamos hacer
que todo encaje más fácilmente, sabíamos lo que estábamos
haciendo. Quizás hayamos evolucionado un poco...
Pero las letras de canciones como Mama & papa, Moving
o Born again son más profundas que las de los discos
anteriores.
Bueno, son momentos distintos. Tratamos de desarrollarnos y de hacer
cosas diferentes. No sé, suena como un escape fácil para
decir: Uh, están madurando. Es obvio, estamos creciendo... (se
ríe). Soy más grande, no más joven, ¿entendés?
El álbum muestra influencias que no habían aparecido
en los dos discos anteriores: Pink Floyd, los Beach Boys, David Bowie,
música soul. ¿Estuvieron escuchando eso últimamente?
Sí, pero no sólo en el último tiempo. Siempre
hemos escuchado a Bowie, a los Beach Boys, a los Beatles y todo eso. Y
también hemos escuchado material de Sly & the Family Stone
y Curtis Mayfield. Es verdad que hasta ahora eso no había aparecido
en nuestra música pero, bueno, algunas cosas tardan cierto tiempo.
El primer single, Pumping on your stereo, suena muy
al Bowie de Rebel, rebel. ¿Tenían eso en mente
cuando lo hicieron?
No.
Yo empecé a tocar unos acordes en piano, que sonaban muy glam,
muy Bowie. Y simplemente seguimos tocando para divertirnos, en la sala
de ensayo. Después eso se convirtió en una canción
y la grabamos. Pero no tuvimos en mente sonar como Bowie mientras la hacíamos.
Originalmente fue sólo eso para nosotros, tres acordes de piano,
y todo el resto se fue acoplando. Simplemente quisimos hacer una canción
de rocanrol y así es como terminó.
En el estribillo ustedes no cantan Hear us pumping on your
stereo (Escuchanos bombeando en tu estéreo),
sino Hear us humping (cogiendo) on your stereo.
¿Por qué no lo pusieron como título?
Quizá se hubiera armado un despelote que no queríamos.
Sólo intentamos reírnos un poco.
La canción Beautiful People describe una situación
de cierta paranoia por estar rodeado de gente. ¿Te sentís
realmente de ese modo?
No es exactamente paranoia. Pasa que, cuando estás en una
banda, todo el tiempo te llevan a grandes fiestas en las que la gente
está dada vueltapor las drogas y transpira en tu cara y te dice
cuánto ama tu música. Y vos te sentís separado de
todo eso, pero estás atrapado en el fuego cruzado. Pero no es para
preocuparse, simplemente habla de que te molestan cuando deberías
estar pasando un buen rato.
En los últimos tiempos, mientras Mick sigue viviendo en Oxford,
vos te mudaste a Brighton y Danny a Londres. ¿Cómo hacen
para sentirse parte de la banda estando tan separados?
Bueno, hemos estado juntos mucho tiempo. Siempre estamos trabajando,
siempre estamos de gira. Los muchachos tienen su familia y yo también
tengo mis cosas. Así que, cuando no trabajamos, nos dedicamos a
hacer nuestras cosas personales. Danny y yo crecimos juntos, nos conocemos
desde que teníamos 12 años, así que es como si estuviéramos
juntos, de todos modos. Pero lo cierto es que necesitás tiempo
para vos mismo.
¿Están bien las relaciones entre ustedes? Porque en
varias entrevistas aparecieron peleando porque Danny tocó con Lodger,
el grupo de su novia, sin siquiera avisarles. O porque el mismo Danny
sale en los diarios sensacionalistas acompañando a Liam Gallagher...
¡¡¡Noooooo!!! (Se ríe) Puede parecer que
nos peleamos, pero lo que en verdad sucede es que nos gastamos todo el
tiempo. Está todo bien, hay Supergrass para rato.
Bueno, una de las gastadas de tus compañeros fue porque durante
una reciente gira por Japón no podías conseguir marihuana.
Según ellos, ahí vieron al verdadero Gaz. ¿Es
verdad?
(Se ríe) Posiblemente. Bueno, no es algo sobre lo que haya
que hablar demasiado. Pero sí creo que tenía un poco más
de energía que habitualmente.
¿Fumás porro todo el tiempo o es un mito?
Depende de lo que estoy haciendo. A veces fumo y a veces no. No
abuso de la marihuana, la uso para que me haga sentir bien.
La
era de Ricky
Cuando Supergrass apareció en la escena británica con el
single Caught by the fuzz y, más tarde, cuando el disco
I should Coco los disparó al estrellato inmediato (a expensas de
la canción Alright), la prensa agrupaba al trío
de Oxford en el por entonces abultado malón del britpop.
Pero, aunque ellos no se sentían parte de ese movimiento, no hicieron
mucho por aclararlo. No era problema nuestro; esperábamos
que se dieran cuenta de que no éramos britpop. Simplemente nos
preocupamos por hacer la nuestra y no nos importaba un carajo lo que dijeran.
Las etiquetas generalmente no tienen sentido, a menos que haya varias
bandas haciendo algo que funcione bien. Pero el britpop no valía
la pena en absoluto, la mayoría era pura basura. Así que
decidimos seguir haciendo la nuestra, dice Coombes.
Ahora que Oasis tiene un destino incierto y que Blur se desmarcó
de la etiqueta con un hábil movimiento de timón, los medios
británicos dan por muerto al rock de guitarras. Y Gaz, guitarrista
al fin y al cabo, acuerda en que no pasa mucho por el momento.
Hay más de grupos de chicos y música latina...
¿O sea que ustedes también sufren a Ricky Martin?
¡Sí! Pero no nos molesta demasiado que no se le preste
tanta atención al rock de guitarras, porque es una música
que siempre va a estar ahí. Siempre va a haber gente que quiera
escuchar y tocar rock, así que nosotros vamos a seguir haciendo
lo nuestro. Estoy seguro de que va a volver a ser escuchado por todos.La
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