Por Fernando Cibeira
El
presidente Fernando de la Rúa inauguró ayer las sesiones ordinarias del
Congreso con un breve discurso en el que insistió en los tópicos que el
Gobierno eligió como estandartes: el desarrollo de las pymes, el combate
a la evasión y al desempleo. Como para atenuar los sufrimientos
presentes, el mismo día que comenzaba a descontarse de los sueldos el
nuevo impuesto a las ganancias De la Rúa prometió bajar los tributos,
aunque recién el imaginario día que �todos paguen�. Las frases más
duras, con todo, fueron reservadas para enemigos indiscutidamente malos
como los narcotraficantes y los contrabandistas. Sin barras en los palcos
ni fervor en las bancas, el mensaje �en el que se notó la mano de los
comunicólogos delarruistas� pareció pensado para su retransmisión
televisiva. �Maldita cocaína�, llegó a decir el Presidente, evocando
el último éxito de su equipo de imagen. De la Rúa no hizo anuncios y,
en cambio, sí defendió lo realizado hasta ahora, al tiempo que reclamó
colaboración.
En la redacción del discurso trabajaron el martes el secretario de
Medios, Darío Lopérfido, y el secretario general de la Presidencia,
Jorge de la Rúa. El Presidente se quedó haciéndole correcciones hasta
la 1.30 de la mañana en Olivos, y la trasnochada hasta terminar de
pasarlo en limpio la cumplió Lopérfido. En Presidencia se preocuparon en
marcar que los publicistas que trabajan habitualmente en las propuestas de
campaña esta vez no habían intervenido.
Según explicaban en el Salón de Pasos Perdidos luego de la ceremonia, la
idea era repetir el estilo del mensaje navideño, emitido el pasado 23 de
diciembre. Aquella vez De la Rúa se había mostrado exaltado por el
déficit que había encontrado en las cuentas oficiales. El estilo
implicaba un De la Rúa de anteojos, saco oscuro, camisa blanca y corbata
a tono hablando con oraciones cortas, y, cada tanto, poniéndole énfasis
en alguna palabra como para sacudir la modorra.
La escena, a grandes rasgos, se repitió ayer. En apenas 33 minutos, De la
Rúa desgranó las ocho páginas de discurso durante el que fue aplaudido
en quince oportunidades, siempre por iniciativa de la bancada aliancista.
�Mi gobierno tiene una estrategia sencilla: crecer, crecer y crecer�,
aseguró el Presidente apenas comenzó. A partir de ahí, se ocupó de
hablar de las pymes y las dificultades que tenían para desarrollarse. Y
marcó que uno de los problemas del país es la falta de competitividad de
sus empresas y que, como contrapartida, los políticos se dedicaron
demasiado a competir entre ellos. �¡Pobre pueblo y pobre ejemplo!�,
se agitó el Presidente, que leyó su discurso.
Como se esperaba, reclamó a los senadores que aprueben la ley de Reforma
laboral que ya cuenta con media sanción. �Sabrán entender que necesita
un tratamiento urgente�, azuzó De la Rúa, en la primera de las
referencias al proyecto en el que más energías puso el Gobierno.
Bastante más adelante volvió a mencionar el tema anunciándolo así: �Y
ahora es el momento de hablar otra vez del desempleo�. Entonces, en una
combinación de preguntas y respuestas, dijo: �Me pregunto: ¿alguien
puede pensar que yo, Fernando de la Rúa, que he sido elegido Presidente
del pueblo de mi Patria, estoy en contra de los trabajadores? ¿Que yo,
Fernando de la Rúa, estoy en contra de la familia obrera? Por favor. Esta
ley que ha propuesto el Poder Ejecutivo no viene a flexibilizar a nadie�.
El discurso comenzó a las 9. Pese a que es la única vez en el año que
se reúne la Asamblea Legislativa �el conjunto de diputados y senadores�,
el recinto de la Cámara de Diputados lució con varias butacas vacías. A
la derecha del Presidente, el bloque justicialista siguió el mensaje sin
reaccionar, salvo al final cuando se pararon para aplaudir.
Como suele suceder, las repercusiones del discurso fueron diversas. En la
Alianza generó un entusiasmo unánime. �Fue claro y la gente va a ver
obras muy importantes en poco tiempo�, opinó el ex presidente Raúl
Alfonsín. En cambio, la crítica más repetida desde la oposición fue la
�teatralidad� que creyeron ver en algunos gestos presidenciales. �Fuemediático
y efectista�, respondió el jefe del bloque de diputados justicialistas,
Humberto Roggero (ver página 4).
En los palcos del primer piso, en el centro, se sentó la primera dama,
Inés Pertiné, junto a sus dos hijos, Antonio y �Aíto�. En la
ubicación vecina se ubicó Cecilia Felgueras y los hijos del
vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez. En el mismo piso se asomaban
otros funcionarios como los secretarios Hernán Lombardi y Patricia
Bullrich. Los ministros, en cambio, se acomodaron en un palco ubicado a la
derecha de la presidencia de la Cámara junto a invitados especiales como
el gobernador Carlos Ruckauf y el titular de la Corte Suprema, Julio
Nazareno.
De la Rúa atacó a contrabandistas y narcos. �Tengo un mensaje para los
contrabandistas: tienen en mí un acérrimo enemigo�, dijo. �Quiero el
dinero que nos roban y defender nuestra producción y nuestro comercio.�
Ahí fue cuando arremetió con uno de los párrafos más comentados: �Hablando
de contrabando, Honorable Congreso, algo más: maldita cocaína�. Una
defensa a la polémica campaña publicitaria lanzada desde Presidencia
luego de la última internación de Diego Maradona. De la Rúa dijo que la
droga no debía ser un tema tabú para ningún gobierno. �Les declaro la
guerra a los narcotraficantes y les extiendo mi mano a los adictos�,
lanzó.
Luego de proclamarse �el presidente de Internet y las nuevas
tecnologías� prometió que al fin de su mandato cada alumno tendrá
acceso a una PC y al conocimiento globalizado que brinda la red de redes.
De la Rúa imaginó que si cuando asumió hubiera anunciado que en 80
días iba a hacer todo lo que logró hasta ahora, no le hubieran creído.
Y pasó a enumerar: �El camino del equilibrio fiscal, la reducción del
gasto público, el acuerdo con las provincias, el saneamiento del PAMI, la
Ley de Empleo, el acuerdo con FMI, la reactivación económica, la
reestructuración de la SIDE�, entre otras cosas.
Una hora después, en los pasillos del Congreso no se veía a nadie. Sólo
quedaban Chacho Alvarez, Alberto Flamarique, Rafael Pascual y Carlos
Ruckauf, los cuatro infatigables en eso de defender el discurso
presidencial en cuanto micrófono le pusieran delante.
Les llega la
hora a sueldos grandes, medianos y otros
Efectos del impuesto sobre los sueldos. No se
podrán deducir como cargas a esposas y padres con ingresos
mayores a 310 pesos.
Ministro José Luis
Machinea y gobernador Carlos Ruckauf.
Cambiando impresiones antes del discurso del Presidente. |
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Por Raúl Dellatorre
El paso de los días
va calentando el clima en torno del impuesto a las ganancias que deben pagar
los trabajadores en relación de dependencia con sueldos medios (1500 a 2000
pesos) y altos. Entre cálculos y especulaciones sobre cuánto le tocará
pagar a cada uno a partir de abril (cuando se cobre los devaluados sueldos
de marzo), crecen la impresión y las advertencias acerca de la caída sobre
el consumo privado que provocará la reforma tributaria.
A medida que los asalariados van conociendo los detalles de la reforma,
toman conciencia de que los cambios lo afectarán en mayor magnitud de lo
calculado. Es que no sólo la baja del mínimo no imponible y la deducción
especial (valores básicos para considerar qué sueldos están alcanzados
por el impuesto) los afecta. La suma de dichos valores se redujo de 22.800
pesos anuales (1753,85 pesos mensuales, considerando el aguinaldo) a 17.520
(1347,70 mensuales), monto a partir del cual deberían pagar impuesto los
sueldos netos de los trabajadores sin carga de familia ni otros ítem
deducibles (seguros, sepelio, medicina prepaga, aportes voluntarios a AFJP).
Sobre el monto excedente, se paga un impuesto del 9 por ciento (antes, 6 por
ciento).
También se redujeron los montos deducibles por familiares a cargo (de 2400
a 2040 anuales por el cónyuge, y de 1200 a 1020 por hijo, hijastro o nieto
menor de 24 años o incapacitado para trabajar). Pero, además, para los
padres, abuelos o bisabuelos a cargo del trabajador, no sólo se rebajaron
las deducciones en un 15 por ciento, sino que además, si cobran
jubilaciones o pensiones superiores a 310 pesos, ya no los podrán tener a
cargo. Antes, ese límite se corría hasta 370 pesos. Lo mismo sucede
respecto de los ingresos del cónyuge para poder incluirlos como familiares
a cargo o no.
No son pocos los casos de trabajadores con padres jubilados a cargo y
esposas con tareas de baja remuneración (maestras, por ejemplo) a los que
las nuevas escalas les dejan a los parientes afuera de las deducciones de
ganancias. Así, un empleado con un sueldo neto de 2300 pesos, esposa
maestra con 350 pesos de sueldo, dos hijos menores y una madre a cargo con
jubilación o pensión de 330 pesos, hasta ahora no pagaba impuesto a las
ganancias. A partir de este año, le corresponde pagar 74,85 pesos
mensuales: el 3,25 por ciento de su sueldo.
�Sería una buena muestra de comprensión que se diera marcha atrás con
esto, porque es realmente injustificable�, señaló ayer en una entrevista
radial Raúl Cuello, ex secretario de Ingresos Públicos. El tributarista
criticó en particular el impuesto que afecta a los salarios altos (puede
llegar a superar el 20 por ciento de los ingresos), al señalar que afecta a
personal jerárquico que se encuentra muy expuesto a ser despedido en razón
de las fusiones o ventas de empresas. También advirtió sobre la inequidad
de que quien tiene una colocación financiera por un millón de pesos y
cobra una renta de 10 mil pesos mensuales, no paga impuesto a las ganancias,
mientras que quien recibe esa remuneración por su trabajo, debe pagar hasta
un 20 por ciento.
�Hay 900 mil personas que se llevan el 40 por ciento de la renta nacional
para su grupo familiar, y se presentan por año unas 20 mil declaraciones
juradas con un promedio de ingresos de 10 mil pesos por mes. Si hay que
combatir a la evasión es allí donde hay que apuntar�, aseguró Cuello.
CAIDA DE LA RECAUDACION
IMPOSITIVA
�Necesito la plata�
�Voy a recaudar,
necesito la plata�, fue una de las prioridades que remarcó Fernando de
la Rúa en su discurso de ayer ante la Asamblea Legislativa. Seis horas
más tarde, datos oficiales contrastaron rotundamente sus deseos.
Economía informó que la recaudación de febrero derrapó 0,4 por ciento
respecto del mismo mes de 1999, por lo que acumula una caída del uno por
ciento en el primer bimestre en comparación con igual período del año
anterior. El descenso en los ingresos se produjo a pesar del aumento de
impuestos establecido en la reciente reforma tributaria.
La recaudación de febrero totalizó 3739,3 millones de pesos, frente a
los 3754,2 millones del segundo mes del �99. Uno de los datos del
informe oficial revela que la reactivación económica sigue sin
efectivizarse, dado que los ingresos por IVA vinculados estrictamente con
el consumo bajaron 9,1 por ciento, al totalizar 1101,6 millones (frente a
los 1212 millones de febrero del �99). En cambio, el IVA que recauda la
Aduana por importaciones creció 2,4 por ciento.
También aumentaron 8,7 por ciento los ingresos por Ganancias.
Curiosamente, los impuestos internos aportaron 90 millones de pesos, un 23
por ciento menos que los 117 millones recaudados en febrero del año
pasado. Pero algunos productos �como cigarrillos, cerveza, bebidas
alcohólicas, gaseosas y bienes suntuarios� fueron alcanzados por un
incremento de las alícuotas de ese gravamen en la reforma tributaria.
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