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DE LA RUA HABLO ANTE EL CONGRESO CON MUY POCOS ANUNCIOS
�Yo no voy a flexibilizar a nadie�

El Presidente prefirió defender su gestión de gobierno y pedir el apoyo para futuras medidas, incluida la Reforma laboral. Su principal promesa fue bajar los impuestos cuando �todos paguemos�.

La primera dama Inés Pertiné en un palco junto a sus hijos Antonio y Fernando �Aíto� escucha el discurso del Presidente.


Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes) El presidente Fernando de la Rúa inauguró ayer las sesiones ordinarias del Congreso con un breve discurso en el que insistió en los tópicos que el Gobierno eligió como estandartes: el desarrollo de las pymes, el combate a la evasión y al desempleo. Como para atenuar los sufrimientos presentes, el mismo día que comenzaba a descontarse de los sueldos el nuevo impuesto a las ganancias De la Rúa prometió bajar los tributos, aunque recién el imaginario día que �todos paguen�. Las frases más duras, con todo, fueron reservadas para enemigos indiscutidamente malos como los narcotraficantes y los contrabandistas. Sin barras en los palcos ni fervor en las bancas, el mensaje �en el que se notó la mano de los comunicólogos delarruistas� pareció pensado para su retransmisión televisiva. �Maldita cocaína�, llegó a decir el Presidente, evocando el último éxito de su equipo de imagen. De la Rúa no hizo anuncios y, en cambio, sí defendió lo realizado hasta ahora, al tiempo que reclamó colaboración.
En la redacción del discurso trabajaron el martes el secretario de Medios, Darío Lopérfido, y el secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa. El Presidente se quedó haciéndole correcciones hasta la 1.30 de la mañana en Olivos, y la trasnochada hasta terminar de pasarlo en limpio la cumplió Lopérfido. En Presidencia se preocuparon en marcar que los publicistas que trabajan habitualmente en las propuestas de campaña esta vez no habían intervenido.
Según explicaban en el Salón de Pasos Perdidos luego de la ceremonia, la idea era repetir el estilo del mensaje navideño, emitido el pasado 23 de diciembre. Aquella vez De la Rúa se había mostrado exaltado por el déficit que había encontrado en las cuentas oficiales. El estilo implicaba un De la Rúa de anteojos, saco oscuro, camisa blanca y corbata a tono hablando con oraciones cortas, y, cada tanto, poniéndole énfasis en alguna palabra como para sacudir la modorra.
La escena, a grandes rasgos, se repitió ayer. En apenas 33 minutos, De la Rúa desgranó las ocho páginas de discurso durante el que fue aplaudido en quince oportunidades, siempre por iniciativa de la bancada aliancista.
�Mi gobierno tiene una estrategia sencilla: crecer, crecer y crecer�, aseguró el Presidente apenas comenzó. A partir de ahí, se ocupó de hablar de las pymes y las dificultades que tenían para desarrollarse. Y marcó que uno de los problemas del país es la falta de competitividad de sus empresas y que, como contrapartida, los políticos se dedicaron demasiado a competir entre ellos. �¡Pobre pueblo y pobre ejemplo!�, se agitó el Presidente, que leyó su discurso.
Como se esperaba, reclamó a los senadores que aprueben la ley de Reforma laboral que ya cuenta con media sanción. �Sabrán entender que necesita un tratamiento urgente�, azuzó De la Rúa, en la primera de las referencias al proyecto en el que más energías puso el Gobierno. Bastante más adelante volvió a mencionar el tema anunciándolo así: �Y ahora es el momento de hablar otra vez del desempleo�. Entonces, en una combinación de preguntas y respuestas, dijo: �Me pregunto: ¿alguien puede pensar que yo, Fernando de la Rúa, que he sido elegido Presidente del pueblo de mi Patria, estoy en contra de los trabajadores? ¿Que yo, Fernando de la Rúa, estoy en contra de la familia obrera? Por favor. Esta ley que ha propuesto el Poder Ejecutivo no viene a flexibilizar a nadie�.
El discurso comenzó a las 9. Pese a que es la única vez en el año que se reúne la Asamblea Legislativa �el conjunto de diputados y senadores�, el recinto de la Cámara de Diputados lució con varias butacas vacías. A la derecha del Presidente, el bloque justicialista siguió el mensaje sin reaccionar, salvo al final cuando se pararon para aplaudir.
Como suele suceder, las repercusiones del discurso fueron diversas. En la Alianza generó un entusiasmo unánime. �Fue claro y la gente va a ver obras muy importantes en poco tiempo�, opinó el ex presidente Raúl Alfonsín. En cambio, la crítica más repetida desde la oposición fue la �teatralidad� que creyeron ver en algunos gestos presidenciales. �Fuemediático y efectista�, respondió el jefe del bloque de diputados justicialistas, Humberto Roggero (ver página 4).
En los palcos del primer piso, en el centro, se sentó la primera dama, Inés Pertiné, junto a sus dos hijos, Antonio y �Aíto�. En la ubicación vecina se ubicó Cecilia Felgueras y los hijos del vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez. En el mismo piso se asomaban otros funcionarios como los secretarios Hernán Lombardi y Patricia Bullrich. Los ministros, en cambio, se acomodaron en un palco ubicado a la derecha de la presidencia de la Cámara junto a invitados especiales como el gobernador Carlos Ruckauf y el titular de la Corte Suprema, Julio Nazareno.
De la Rúa atacó a contrabandistas y narcos. �Tengo un mensaje para los contrabandistas: tienen en mí un acérrimo enemigo�, dijo. �Quiero el dinero que nos roban y defender nuestra producción y nuestro comercio.� Ahí fue cuando arremetió con uno de los párrafos más comentados: �Hablando de contrabando, Honorable Congreso, algo más: maldita cocaína�. Una defensa a la polémica campaña publicitaria lanzada desde Presidencia luego de la última internación de Diego Maradona. De la Rúa dijo que la droga no debía ser un tema tabú para ningún gobierno. �Les declaro la guerra a los narcotraficantes y les extiendo mi mano a los adictos�, lanzó.
Luego de proclamarse �el presidente de Internet y las nuevas tecnologías� prometió que al fin de su mandato cada alumno tendrá acceso a una PC y al conocimiento globalizado que brinda la red de redes.
De la Rúa imaginó que si cuando asumió hubiera anunciado que en 80 días iba a hacer todo lo que logró hasta ahora, no le hubieran creído. Y pasó a enumerar: �El camino del equilibrio fiscal, la reducción del gasto público, el acuerdo con las provincias, el saneamiento del PAMI, la Ley de Empleo, el acuerdo con FMI, la reactivación económica, la reestructuración de la SIDE�, entre otras cosas.
Una hora después, en los pasillos del Congreso no se veía a nadie. Sólo quedaban Chacho Alvarez, Alberto Flamarique, Rafael Pascual y Carlos Ruckauf, los cuatro infatigables en eso de defender el discurso presidencial en cuanto micrófono le pusieran delante.

 

 

Textuales

  �La impunidad se terminó. Será mejor que todos paguen sus impuestos porque cuando todos paguemos los impuestos, voy a bajar los impuestos.�
  �Quiero que me acompañen en esta nueva tarea que nos urge: la transformación del Estado argentino. Este que tenemos ahora, si me disculpan la expresión, no sirve para nada.�
  �Evadir es un delito y voy a tratar a los evasores como delincuentes.�
  �Declaro la guerra a los narcos y extiendo mi mano a los adictos.�
  �Tengo un mensaje para los contrabandistas: tienen en mí un acérrimo enemigo. Quiero el dinero que nos roban y defender nuestra producción.�
  �Hablando de contrabando, algo más: maldita cocaína.�
  �La ley (de reforma laboral) ya tiene media sanción en el Congreso y estoy convencido, señores senadores, que merezco la oportunidad que el pueblo me dio en las urnas de implementar mi plan para superar la crisis.�
  �Si en aquella mañana del 10 de diciembre pasado hubiéramos anunciado que en 80 días se lograrían estos resultados, quizás se hubiera pensado que estábamos haciendo ingenuas manifestaciones voluntaristas.�

 

 

Les llega la hora a sueldos grandes, medianos y otros

Efectos del impuesto sobre los sueldos. No se podrán deducir como cargas a esposas y padres con ingresos mayores a 310 pesos.

Ministro José Luis Machinea y gobernador Carlos Ruckauf.
Cambiando impresiones antes del discurso del Presidente.

Por Raúl Dellatorre

El paso de los días va calentando el clima en torno del impuesto a las ganancias que deben pagar los trabajadores en relación de dependencia con sueldos medios (1500 a 2000 pesos) y altos. Entre cálculos y especulaciones sobre cuánto le tocará pagar a cada uno a partir de abril (cuando se cobre los devaluados sueldos de marzo), crecen la impresión y las advertencias acerca de la caída sobre el consumo privado que provocará la reforma tributaria.
A medida que los asalariados van conociendo los detalles de la reforma, toman conciencia de que los cambios lo afectarán en mayor magnitud de lo calculado. Es que no sólo la baja del mínimo no imponible y la deducción especial (valores básicos para considerar qué sueldos están alcanzados por el impuesto) los afecta. La suma de dichos valores se redujo de 22.800 pesos anuales (1753,85 pesos mensuales, considerando el aguinaldo) a 17.520 (1347,70 mensuales), monto a partir del cual deberían pagar impuesto los sueldos netos de los trabajadores sin carga de familia ni otros ítem deducibles (seguros, sepelio, medicina prepaga, aportes voluntarios a AFJP). Sobre el monto excedente, se paga un impuesto del 9 por ciento (antes, 6 por ciento).
También se redujeron los montos deducibles por familiares a cargo (de 2400 a 2040 anuales por el cónyuge, y de 1200 a 1020 por hijo, hijastro o nieto menor de 24 años o incapacitado para trabajar). Pero, además, para los padres, abuelos o bisabuelos a cargo del trabajador, no sólo se rebajaron las deducciones en un 15 por ciento, sino que además, si cobran jubilaciones o pensiones superiores a 310 pesos, ya no los podrán tener a cargo. Antes, ese límite se corría hasta 370 pesos. Lo mismo sucede respecto de los ingresos del cónyuge para poder incluirlos como familiares a cargo o no.
No son pocos los casos de trabajadores con padres jubilados a cargo y esposas con tareas de baja remuneración (maestras, por ejemplo) a los que las nuevas escalas les dejan a los parientes afuera de las deducciones de ganancias. Así, un empleado con un sueldo neto de 2300 pesos, esposa maestra con 350 pesos de sueldo, dos hijos menores y una madre a cargo con jubilación o pensión de 330 pesos, hasta ahora no pagaba impuesto a las ganancias. A partir de este año, le corresponde pagar 74,85 pesos mensuales: el 3,25 por ciento de su sueldo.
�Sería una buena muestra de comprensión que se diera marcha atrás con esto, porque es realmente injustificable�, señaló ayer en una entrevista radial Raúl Cuello, ex secretario de Ingresos Públicos. El tributarista criticó en particular el impuesto que afecta a los salarios altos (puede llegar a superar el 20 por ciento de los ingresos), al señalar que afecta a personal jerárquico que se encuentra muy expuesto a ser despedido en razón de las fusiones o ventas de empresas. También advirtió sobre la inequidad de que quien tiene una colocación financiera por un millón de pesos y cobra una renta de 10 mil pesos mensuales, no paga impuesto a las ganancias, mientras que quien recibe esa remuneración por su trabajo, debe pagar hasta un 20 por ciento.
�Hay 900 mil personas que se llevan el 40 por ciento de la renta nacional para su grupo familiar, y se presentan por año unas 20 mil declaraciones juradas con un promedio de ingresos de 10 mil pesos por mes. Si hay que combatir a la evasión es allí donde hay que apuntar�, aseguró Cuello.

 


 

CAIDA DE LA RECAUDACION IMPOSITIVA
�Necesito la plata�

�Voy a recaudar, necesito la plata�, fue una de las prioridades que remarcó Fernando de la Rúa en su discurso de ayer ante la Asamblea Legislativa. Seis horas más tarde, datos oficiales contrastaron rotundamente sus deseos. Economía informó que la recaudación de febrero derrapó 0,4 por ciento respecto del mismo mes de 1999, por lo que acumula una caída del uno por ciento en el primer bimestre en comparación con igual período del año anterior. El descenso en los ingresos se produjo a pesar del aumento de impuestos establecido en la reciente reforma tributaria.
La recaudación de febrero totalizó 3739,3 millones de pesos, frente a los 3754,2 millones del segundo mes del �99. Uno de los datos del informe oficial revela que la reactivación económica sigue sin efectivizarse, dado que los ingresos por IVA vinculados estrictamente con el consumo bajaron 9,1 por ciento, al totalizar 1101,6 millones (frente a los 1212 millones de febrero del �99). En cambio, el IVA que recauda la Aduana por importaciones creció 2,4 por ciento.
También aumentaron 8,7 por ciento los ingresos por Ganancias. Curiosamente, los impuestos internos aportaron 90 millones de pesos, un 23 por ciento menos que los 117 millones recaudados en febrero del año pasado. Pero algunos productos �como cigarrillos, cerveza, bebidas alcohólicas, gaseosas y bienes suntuarios� fueron alcanzados por un incremento de las alícuotas de ese gravamen en la reforma tributaria.

 

OPINAN

Por Julio Nudler

Por Mario Wainfeld

 

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