BUENOS
AIRES METROPOLITANA II
Por
Pedro C. Sonderéguer *
Un
replanteo de las prioridades de la política urbana, adecuándolas
a la verdadera escala de la renovación territorial en curso en
un escenario político en el cual el Gobierno de la Ciudad ha
ganado margen de acción en la misma medida en que las circunstancias
nacionales lo liberan parcialmente de compromisos y ataduras más
allá de su propia esfera, dibuja una situación propicia
a las grandes transformaciones. Hoy la ciudad puede aspirar a crear
los acontecimientos territoriales necesarios a su propio desarrollo:
a) renovación de la infraestructura ferroportuaria, incorporando
el manejo del puerto a las atribuciones del gobierno urbano; b) recomposición
jurídico-administrativa del área urbanizada, ajustándola
al funcionamiento de la ciudad real; c) revitalización de la
tradición urbana de participación y creación de
conocimiento, orientando los esfuerzos a una mirada prospectiva de largo
plazo (ver m2 del 11/11/2000).
En el AMBA un replanteo jurisdiccional permitiría conjugar acciones
y sumar esfuerzos de manera adecuada a la gravedad de la situación.
Buenos Aires podría incorporarse así a un movimiento continental
que, aunque tardíamente, parece anunciarse en las principales
ciudades de América latina, desde la renovación política
de las ciudades brasileñas hasta el profundo cambio de régimen
y cultura políticos que por estos días inicia México.
Es, aunque con vacilaciones, un ciclo histórico el que se cierra,
clausurando un largo período en el cual la tradición urbana
de América latina recupera paulatinamente capacidad de interpretación
del momento histórico. Finalmente, han sido las ciudades, casi
sin excepción histórica, las conductoras de las más
profundas transformaciones sociales en el continente.
Si recientemente en México este proceso fue especialmente confuso
(el PRD, que inició la renovación política en la
ciudad, terminó su campaña intentando atraer el voto campesino
y perdiendo no sólo las elecciones nacionales sino hasta la mayoría
política en la capital y hoy el rol renovador ha sido en gran
medida asumido por sectores aliados directamente al presidente electo),
en Brasil la izquierda parece haber logrado articular finalmente un
discurso urbano moderno. En Buenos Aires, la intensa labor de arquitectos
y urbanistas en las últimas dos décadas ha preparado la
masa crítica necesaria, una suma de proyectos y experiencias
que deberá reflejarse en la acción de gobierno no como
banco de soluciones sino como el resultado de una larga etapa de reflexión
que conviene conducir a un ineludible momento de articulación
de prioridades. Las condiciones están dadas: la necesidad de
una renovación urbana también.
La globalización supone una reducción del Estado nacional
pero, al mismo tiempo, la transformación del escenario urbano
otorga al municipio y a la Universidad nuevas funciones. Herencias de
tiempos confusos: si un rasgo de los tiempos son los piqueteros y el
incremento de la pobreza urbana en la periferia, otro rasgo de los tiempos
son las nuevas universidades que caracterizan el área suburbana.
Una verdadera cadena de universidades nuevas estructura hoy la primera
corona del AMBA. Ahora bien: juntos el municipio y la Universidad pueden
ser una herramienta de transformación, el par destinado a impulsar
la economía, fomentar los intercambios, desarrollar los conocimientos,
mediar en las relaciones de los nuevos actores sociales.
*
Arquitecto. Director de la Carrera de Gestión Ambiental Urbana
de la Universidad Nacional de Lanús.