SE
VIENE EL 5to AJUSTE CONSECUTIVO EN LA TASA
DE INTERES AMERICANA
Fantasmas
en la city
La
nueva suba en la tasa de interés que dispondrá la
Reserva Federal en marzo
alimenta los temores entre los financistas.
Alan
Greenspan ya lo advirtió, y de una manera nada sutil. La
Reserva Federal (banca central estadounidense), organismo que él
preside, volverá a elevar la tasa de interés de corto
plazo a mediados de marzo. Será el quinto ajuste consecutivo
en nueve meses para prevenir un rebrote inflacionario en los Estados
Unidos. Por ahora, la economía estadounidense se resiste
a perder fuerza a pesar de las continuas subas en el costo del dinero.
Sin embargo, un fantasma recorre la city. ¿Qué sucederá
en caso de que, efectivamente, la economía de los Estados
Unidos se enfríe? ¿Wall Street podría dejar
de ser el reaseguro de la tranquilidad en el mercado financiero
mundial? ¿Qué pasaría con la Argentina si hay
un fuerte ajuste en la Bolsa estadounidense?
El estado de cosas en la actualidad es el siguiente: Estados Unidos
transcurre su 108º mes consecutivo de crecimiento económico,
un record histórico absoluto. Hasta ahora, la inflación
no ha sido más que un fantasma que azuza a los financistas
y al propio Greenspan. Es el mal más temido, potenciado por
el imparable aumento del petróleo.
Mientras tanto, las familias estadounidenses siguen endeudándose
para hacer rendir sus ahorros en la Bolsa. En los últimos
cinco meses, los préstamos bancarios para financiar inversiones
en acciones crecieron nada menos que un 40 por ciento, haciendo
trepar al stock hasta los 243.000 millones de dólares, un
monto semejante a lo que la Argentina produce anualmente. El dato
es inquietante. Pregunta: ¿qué sucedería si
se diera una corrección importante en Wall Street? Respuesta:
en medio del pánico y obligados a cubrir sus deudas, los
pequeños inversores se lanzarían a vender sus tenencias
provocando una aceleración en la caída de los papeles.
La posibilidad de un fuerte ajuste en la Bolsa neoyorquina no escapa
a la atención de los financistas. Justamente, las continuas
subas de la tasa impulsadas por Greenspan no hacen más que
realimentar ese temor. En efecto, el mayor costo del dinero terminará
por enfriar la economía con el consiguiente descenso del
consumo y de las ganancias de las compañías. En ese
marco, ¿seguiría siendo rentable apostar en papeles
empresarios, o más bien los inversores terminarán
huyendo hacia un refugio seguro?
Estas incógnitas no sólo desvelan a los ahorristas
y administradores de fondos estadounidenses. La inquietud ya está
instalada en la city porteña. Cada vez que Greenspan decide
un alza de la tasa de interés, la Argentina debe hacer frente
a un financiamiento más caro. Y la sombra de un bajón
en Wall Street enciende las luces de alarma entre los financistas,
ante la posibilidad cierta de que un eventual sacudón se
contagie a Buenos Aires y al resto de los recintos de la región.
Y seque el mercado de capitales internacional, lo que haría
subir las tasas de interés por las nubes.
Por ahora, los ajustes de Greenspan no trajeron mayores consecuencias.
Pero los inversores no le pierden pisada al banquero. De sus decisiones
también depende la suerte que termine corriendo la economía
argentina.
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